Rescate en Chiriquí Viejo

PANAMÁ. La flora y la fauna se ve afectada cuando se construye en lugares cercanos a los ríos y a los bosques. Pero, ¿cómo reducir las a...

PANAMÁ. La flora y la fauna se ve afectada cuando se construye en lugares cercanos a los ríos y a los bosques. Pero, ¿cómo reducir las amenazas? No parece fácil. Pero un grupo de técnicos de la empresa Ideal, en la provincia de Chiriquí, intenta que se construya las hidroeléctricas Mina y Baitún, en Chiriquí, sin afectar en gran medida el ambiente.

El plan que han puesto en marcha para lograrlo consta de varias partes. Uno de ellas es el rescate y reubicación de las especies de plantas y animales endémicos de la zona aledañas al río Chiriquí Viejo, explicó Juan Carlos Flores Cano, Gerente General IDEAL Panamá, S.A. De noche y de día los especialistas han trabajado para elaborar un inventario cuyo propósito es levantar información sobre la diversidad biológica de esta zona y su interacción en otros hábitats. Con estos datos en mano se procede a la captura y traslado de especies a otros ambientes similares donde su sobrevivencia sea garantizada. Para capturar los animales se colocaban trampas donde se observan huellas o cuevas, todo supervisado por la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM).

Con esta estrategia se logró rescatar desde zorras comunes, conejos pintados, osos perezosos, sapos de bosque y de río, geckos, iguanas verdes, víboras equis y boas contrictor, entre otros reptiles y anfibios. Y hasta el mono ardilla, una especie en riesgo, se salvó de caer en las garras de la muerte. Se observó el comportamiento de la especie cuya distribución se extiende desde el sudeste de Costa Rica hasta el sudoeste de Panamá, explicó Ana Morales, de asuntos ambientales de IDEAL Panamá S.A.

Los técnicos no dejan escapar ni un detalle. El transporte a otros hábitats debe ser seguro para evitar que animales sean lastimados.

Pero el trabajo no termina con el traslado de un lado a otro. Durante cinco años, los técnicos contratados para esta labor evaluarán la adaptación de los animales y plantas reubicadas como lo exige ANAM-. La entidad exige cuidar la flora y la fauna silvestre dentro de los Estudios de Impacto Ambiental (EIA).

No es un trabajo sencillo pero sí interesante. Como prueba de ello es que en el área se ubicaron especies de flora y fauna que no se conocía que existían en el área y que están consideradas en riesgo por la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza (UICN) y la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre (CITES).

Para evitar la desaparición de los árboles que serán destruidos durante la construcción de las hidroeléctricas se contempla un ambicioso plan de reforestación, el cual ha permitido la siembra de 58 mil 360 árboles en 92 mil 47 hectáreas, hasta ahora.

Entre las especies nativas sembradas están el guayacán, roble, amarillo, caoba nacional, espavé, marañón, mamón chino, guayaba, sigua y pifá, entre los más conocidos.

El trabajo de estos técnicos, además, contempla el levantamiento de información científica de los ecosistemas acuáticos. Se midió la temperatura del agua, su oxígeno y su turbiedad. Se extrajo una muestra de 30 especies entre sardinas, mojarras, sábalo, pez gato, parivivo y lisa. La labor se completa promoviendo en las escuelas el conocimiento de la diversidad biológica y conservación del medio ambiente.

La implementación de esta estrategia permitirá poner a salvo la biodiversidad aledaña al río Chiriquí Viejo. Y así se envía un mensaje al mundo de que en Panamá se construyen con el compromiso ambiental.

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