Un fondo verde para el Harpía

Actualizado
  • 15/04/2018 02:02
Creado
  • 15/04/2018 02:02
La bióloga Karla Aparicio propone la creación de un ‘fondo verde' de $50 mil para el estudio y conservación de la especie. Dieciséis años después de haber sido declarada como ‘Ave Nacional de Panamá', la recuperación de la especie avanza a pasos muy lentos

El ‘Ave Nacional de Panamá' solo ha logrado incorporar a su población cuatro nuevas parejas en nueve años. Su recuperación ha sido muy lenta.

El estudio más reciente —2012— de la organización Naturaleza y Ciencia 507 y el Ministerio de Ambiente (Miambiente) estimó que 227 parejas de esta emblemática especie pueden habitar en los bosques panameños, es decir, 4 más que en 2003.

Estas estimaciones fueron hechas introduciendo variables ambientales y geográficas en un modelo computarizado que buscaba determinar el hábitat disponible para esta especie, explicó Karla Aparicio, bióloga que ha estudiado la especie desde hace 24 años, y quien forma parte del equipo de Fundación Naturaleza y Ciencia 507.

Este estudio, sin embargo, data de seis años y puede que no esté acorde con la realidad actual de la especie. ‘No tenemos otra opción. El último mapa fue del 2012 yMiambiente no tiene ninguna otra actualización', añadió la especialista.

Esta ave requiere de bosques de tierras bajas donde haya pocas viviendas y carreteras. Lo mínimo que necesita cada pareja es 600 metros alrededor de su nido para sobrevivir. ‘Eso requieren los harpías jóvenes de hasta dos años para perfeccionar su vuelo y técnicas de cacería', explicó Aparicio.

A partir de los cuatro años y medio, las harpías están reproductivamente activas. En esa etapa están listas para buscar pareja y un árbol hogar apropiado para criar a sus pichones.

Las águilas ponen hasta dos huevos, pero solo uno sobrevive. Ellas procrean un pichón cada tres años siempre y cuando no tengan una pérdida. Pero, si ocurre una pérdida, la hembra se activa reproductivamente dos veces en un mismo año.

En una segunda ocasión, las parejas toman precaucaciones y puede que abandonen los nidos porque sienten que sus pichones no estarán seguros., es decir, cuando han experimentado pérdidas. Este tipo de caso se ha presentado en la provincia de Darién y en el Parque Nacional Chagres.

Cuando ocurre la copulación, las parejas de harpías, como buenos padres, tienden a ayudarse mutuamente. Ambos trabajan en la construcción de un nido. Pero, si no son primerizos y se quedan en el mismo nido reacomodan los nidos con palitos nuevos antes de que llegue el nuevo pichón. ‘Es por eso que algunos nidos son muy profundos porque son reutilizados temporada tras temporada', añade Aparicio.

Los nidos se construyen en árboles emergentes —Cuipo, Ceiba y Frijolillo— que pueden alcanzar hasta 60 metros, entre el tronco y las ramas principales y pueden medir entre 1.4 y 1.6 m de ancho.

El 90% de la incubación lo hace la hembra. En ese periodo —dos meses— el macho sale en busca de comida para alimentar a la hembra. Pero, en el momento que la hembra se levanta a estirar sus patas y alimentarse, el macho se sienta en el nido. Las crías nacen entre noviembre y diciembre.

La distribución del harpía va en el Caribe desde Bocas del Toro hasta Darién, mientras que en el Pacífico, desde Chepo hasta Darién.

Las estadísticas indican que la mortalidad del ave, que puede sobrevivir por más de cuatro décadas, es alta. En 2016, se reportaron cinco muertes. En 2017, fueron un par de ellas. Mientras que en lo que va de 2018 se ha reportado una pérdida. Según Aparicio es una estadística alta para un animal que se desarrolla o se reproduce una vez cada tres años.

Por último, la bióloga propone la creación de fondo verde de $50 mil para que el proyecto de conservación del ‘Ave Nacional' se sostenga a través del tiempo. Ahora mismo, la bióloga trabaja con recursos limitados que obtiene a través de propuestas de cooperación. Así fue que este año pudo realizar importantes estudios de esta ave en el Parque Nacional Chagres. Pero, reconoce que hace falta mucho por hacer en Guna Yala, Darién, Donoso y Bocas del Toro, por ejemplo.

RELACIÓN CON LOS INDIOS

El águila es parte de la cultura de la población. Los indígenas, por ejemplo, la exponen en sus huacas y en sus tallados.

Para ellos, las águilas son sinónimo de inteligencia, tenacidad y amor por su cultura por eso las tallan en los árboles de cocobolo. ‘Y eso es lo significa el águila Harpía para Panamá', explicó la bióloga.

El águila fue instituida como ‘Ave Nacional de Panamá' un 10 de abril de 2002 mediante la Ley 18.

En ese momento, Panamá no contaba con un ave nacional y no solo fue la oportunidad para designarla sino también para promover su conservación considerando que está en peligro de extinción. En principio, la propuesta estaba dirigida a retirar el águila Dorada de los Estados Unidos del Escudo para poner la Harpía. Pero, la solicitud fue rechazada porque el escudo es una obra con derechos de autor.

Con el fin de promover la conservación de esta ave, todos los años en abril se celebra el Festi Harpía, en el Parque Municipal Summit.

Este 18 de abril, panameños y extranjeros podrán disfrutar desde las 9 a.m. hasta las 4 p.m. de múltiples actividades como tarima artística, juegos inflables, giras guiadas y la esperada exhibición del águila Harpía. El costo de la entrada es de $2, para jubilados y estudiantes (con carné)$1 y los menores de 6 años entran gratis.

‘‘Yo, seguiré caminando las montañas de mi país hasta que las rodillas me den para seguir estudiando el águila Harpía'

KARLA APARICIO,

BIÓLOGA DE LA FUNDACIÓN NATURALEZA Y CIENCIA 507

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