Manglares, escudos acuáticos de la naturaleza

Actualizado
  • 25/08/2021 00:00
Creado
  • 25/08/2021 00:00
Estos ecosistemas están amenazados actualmente por la degradación de las zonas costeras debido al desarrollo industrial y urbano, la amenaza a la biodiversidad marina por factores humanos y climáticos, y la contaminación marina por desechos domésticos e industriales. En Panamá, las instituciones buscan su protección a través de diferentes normativas
Panamá está entre los países con la mayor variedad de especies de mangle del continente americano, habiéndose reportado 12 de las 65 especies (no híbridas) identificadas en el mundo.

El pasado 16 de agosto se celebró el Día del Manglar en Panamá, una fecha importante para resaltar la importancia de estos ecosistemas y su impacto en el medio ambiente.

Los bosques de manglar no son apreciados por un público que prefiere costas con arenas blancas, pero su existencia es vital en términos ecológicos, justo cuando se evidencian las consecuencias del cambio climático.

Un manglar es un tipo de ecosistema costero, con abundante biodiversidad la cual se forma al contacto entre el ambiente terrestre y el ambiente marítimo (mar, ríos y lagos), por lo que también reducen el desgaste o erosión de los suelos y son protección natural contra fuertes vientos y oleajes, evitando que se acumulen sedimentos en las playas, aunque su papel más importante es la conservación de diversas especies vegetales y animales (aéreas, terrestres y acuáticas). Sin embargo, estos ecosistemas son amenazados actualmente tanto por la crisis climática como por factores antropogénicos, entre ellos la degradación de las zonas costeras debido al desarrollo industrial y urbano, la amenaza a la biodiversidad marina debido a factores humanos y climáticos, la contaminación marina por desechos domésticos e industriales, la extracción de los recursos costeros no renovables, en especial arena y grava, el incumplimiento de las reglamentaciones del transporte marítimo, elevación del nivel del mar, aumento de la temperatura del mar, mareas de tempestad, pesca ilegal, tala y extracción ilegal de madera, según reconoce a La Estrella de Panamá, Mayté González, directora de la Fundación Wetlands International, dedicada a la gestión, protección y restauración de los humedales, priorizando los manglares.

Según González, los humedales costeros, destacando entre ellos los manglares, representan ambientes de interfaz entre ecosistemas terrestres y marinos altamente sensibles a las características de las masas de agua que entran y salen de ellos. “No solo representan hábitats únicos e importantes para gran número de especies de vertebrados e invertebrados, sino que proveen una serie de servicios ecosistémicos, entre los cuales se destacan los de retención y remoción de nutrientes, estabilización de la línea de costa a través de la acumulación de sedimentos, secuestro de carbono, provisión y mejoramiento de la calidad del agua y aminoramiento del efecto de tormentas, inundaciones y otros desastres naturales; esto último por la función que cumplen de atenuación de la intensidad y altura de los fuertes oleajes”, informa la directora.

Los manglares representan un elemento de seguridad alimentaria para las comunidades, debido a que son hogares de moluscos, crustáceos y peces.

Pero, ¿qué se está haciendo en Panamá para su protección y conservación? ¿Cuántas especies de mangle hay? ¿Qué beneficios aportan al ser humano? De acuerdo con el Atlas Mundial de los Manglares, Panamá cuenta con la mayor variedad de especies de mangle en el continente americano.

Según investigaciones del Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, en las costas del país se encuentran unas 12 especies reconocidas como manglar, de las 65 especies puras identificadas en el mundo. Algunas de estas son el mangle negro, mangle blanco, mangle rojo y mangle piñuelo.

“En todas las provincias de Panamá hay especies de manglar. El territorio cuenta con más de 165,000.00 hectáreas de mangle. Aproximadamente el 85% lo encontramos en la costa del Pacífico y el resto en el Caribe”, detalla MiAmbiente en un comunicado.

Para la institución estos datos son realmente reveladores, ya que sitúan al país como un territorio clave en la lucha contra el cambio climático, debido a que los manglares absorben y almacenan una gran cantidad de carbono no solo en su estructura física, sino también para el suelo, razón por la que son conocidos como reservas y sumideros de carbono y brindan servicios ecosistémicos con el fin de aportar en la adaptación al cambio climático.

Todas las provincias del país cuentan con especies de manglares.

Según datos del plan de conservación para los humedales de la bahía de Panamá, estos ecosistemas poseen una gran variedad de especies de cangrejos violinistas que cualquier otro lugar del mundo, con un total de 271. “Estos animales son uno de los elementos más visibles de la fauna en los bosques de manglar en todo el planeta. Los manglares son casa de aves como pelícanos, cormoranes, gaviotas y gaviotines, nutria de río neotropical, cocodrilo americano y mono araña de Geoffroy. A su vez sirven como hábitat para muchas especies de moluscos, crustáceos y peces en las primeras etapas de su vida, previo a su arribo a mar abierto”, constata el plan de conservación.

Humedales de importancia internacional

En Panamá, cinco sitios son reconocidos como humedales de importancia internacional o Sitio Ramsar con una superficie de 220,737 hectáreas.

“Tenemos manglares en muy buen estado de conservación, por ejemplo, los manglares en el golfo de Chiriquí, los manglares de río Congo y Cucunatí en Darién, entre otros. También manglares gravemente amenazados como los manglares de la bahía de Panamá, afectados por el desarrollo urbano descontrolado, el irrespeto del área protegida y la contaminación”, explica Lanneth Barrera, ingeniera ambiental de la Fundación Wetlands International.

En el país, encontramos mangle rojo, blanco, negro, botoncillo.

Añade que es necesario realizar acciones de protección y de restauración de manglares tanto en la costa del Pacífico como en el Atlántico.

Actualmente, el Ministerio de Ambiente desde la Dirección de Costas y Mares, trabaja en una ley de manglares que recogerá muchos aspectos dispersos en diferentes normativas sobre este ecosistema, con miras a ordenarlos y actualizarlos a la realidad y necesidad actual.

Agenda global

De acuerdo con Barrera, los humedales forman parte de las agendas ambientales de los países en el mundo, implementado marcos y mecanismos jurídicos ambientales bajo el enfoque de uso racional de los humedales, cuyo propósito es el mantenimiento de las características ecológicas de los mismos (componentes, procesos y beneficios/servicios del ecosistema en un determinado momento) mediante la aplicación de enfoque por ecosistemas, en el contexto del desarrollo sostenible.

“Es clave la Convención Ramsar sobre humedales de importancia internacional, de la que Panamá es parte. También los humedales son clave para lograr los compromisos de las convenciones de biodiversidad y cambio climático, así como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”, señala Barrera.

Para la ingeniera, la formalización y establecimiento de dicho conjunto de leyes, normas y reglamentos, que han sido elaborados también desde la perspectiva del cambio climático, ha determinado acciones de adaptación y mitigación, entre las que destaca la protección y conservación de ecosistemas estratégicos como son los humedales. “Esto bajo el entendido de que el uso racional se centra en el manejo de los humedales y de las necesidades humanas en los diferentes espacios naturales, en colaboración con las comunidades locales y, que, para ser eficaz, debe estar respaldado por una buena gobernanza”, subraya Barrera.

En ese sentido, este año MiAmbiente presentó el Manual de Técnicas de Restauración de Área Degradadas de Manglar en la ciudad de Las Tablas, durante la celebración del Día Internacional de la Conservación del Ecosistema de Manglares que se hace cada 26 de julio.

Este documento busca guiar a los técnicos sobre los diferentes escenarios que se van a encontrar en campo y qué técnicas aplicar de acuerdo a los objetivos, recursos, tiempo, clima y otros factores a considerar al momento de iniciar la restauración de un sitio degradado, especialmente en el ecosistema de manglar, reconoció Cindy Monge, viceministra de Ambiente en ese entonces.

A su vez, Monge dijo que con este manual se busca elevar las probabilidades de éxito de los esfuerzos por la recuperación de áreas degradadas de manglar. “Este documento pone a disposición de nuestros profesionales las bases teóricas y prácticas de cómo desarrollar un proceso de restauración de áreas impactadas de manglar que han perdido la capacidad natural de regenerarse, y requieren la intervención humana para recobrar esta vegetación”, dijo la funcionaria.

BENEFICIOS QUE BRINDAN LOS MANGLARES
| Estos ecosistemas son barreras de protección de las costas contra catástrofes naturales y dan importantes servicios como:
| Tienen un alto nivel de producción de oxígeno; absorben y mitigan los ruidos.
| Tienen usos medicinales. El néctar de sus flores es utilizado por las abejas para producir miel de calidad.
| Su madera sirve para construcción, artesanías, producir carbón, y extraer tinte para cueros, pero no olvidemos que esta solo debe aprovecharse de manera sostenible.
| Sirven de barrera contra fenómenos naturales como los oleajes, las mareas, los huracanes, y los efectos de la sal marina.
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