Control y 'atención plena' contra las adicciones

Actualizado
  • 27/02/2019 10:28
Creado
  • 27/02/2019 10:28
El mindfulness sigue abarcando espacios como práctica y estilo de vida en busca de potenciar la salud emocional

Las adicciones son un cáncer de nuestros tiempos; se trata de enfermedades caracterizadas por comportamientos compulsivos y generalmente, conllevan al abuso sostenido de sustancias o drogas, una problemática que trasciende al paciente y encierra un conglomerado de secuelas para todo el ecosistema personal y familiar.

Sin embargo, en la actualidad, a las numerosas alternativas para tratar al paciente adicto, se suma el mindfulness; una práctica que está demostrando con sustento científico, ser capaz de impactar positivamente en el comportamiento humano.

La 'atención plena', como se le conoce en habla hispana,  sigue abarcando espacios como práctica y estilo de vida, para potenciar la salud emocional, desde sus pininos en 1979, cuando Jon Kabat Zinn llevara  acabo su programa para la reducción del estrés. De hecho, grandes referentes como la Univesidad de Harvard, estimulan su práctica desde espacios como el Centro para la Promoción de la Salud y el Bienestar en su campus.

Elí Bravo, periodista y comunicador, encargado del programa de Mindfulness en el Uleru Institute de Miami, compartió con La Estrella de Panamá vía telefónica que el mindfulness como práctica permite abordar efectivamente a pacientes adictos. “Una de las cosas que ofrece la atención plena es entender los circuitos del deseo que tocan la compulsión o que motivan el consumo de la sustancia y las razones o elementos de fondo que lo disparan”.

La atención plena facilita “el darse cuenta de los ciclos del deseo, de los gatillos de las conductas de consumo y la capacidad de manejar los picos emocionales” obteniendo herramientas  favorables combinadas con otras técnicas, acota Bravo.

Desde su experiencia por más de diez años en esta práctica, asegura que “con las adicciones, las personas pueden caer en un ciclo de castigos, autocrítica, flagelación, que si se maneja con autocompasión, el adicto llega a rechazar la adicción”, destaca.

Sin magia

A pesar de que, según expone, “el mindfulness no es una píldora mágica o una receta que se aplica a todo el mundo" quienes lo practican, encuentran grandes beneficios.

“Hablamos de crear nuevos hábitos, hacerlos de manera constante y regular (...) lo que lleva a un cambio de conciencia, un cambio en la manera como te das cuenta de lo que te pasa y cómo te relacionas con ello”.

“Esta no es una práctica para que los problemas de tu vida desaparezcan o que te va a llevar a un estado pletórico de felicidad de manera constante”, por el contrario nos das recursos y resiliencia para manejar las situaciones cotidianas y “cuando desarrollas esas habilidades entiendes la felicidad como un estado interno de conexión contigo y tu entorno”.

“En el tratamiento de estos padecimientos, hay técnicas conductuales  efectivas y cuando se le agrega este elemento de una mayor capacidad de conciencia y autocompasión, es mucho más efectivo y profundo”, concluye.

Un estudio publicado en la edición de junio 2018 de Psychosomatic Medicine, con un equipo liderado por investigadores del Hospital General de Massachusetts (MGH), en colaboración con los miembros de los dos programas líderes de reducción del estrés de la mente y el cuerpo, documenta los diferentes efectos que los programas basados en la meditación, como el mindfulness,  tienen en el cerebro.

Sobre esta práctica en particular, se obtuvo como resultado que los 16 adultos sanos elegidos - con altos niveles de estrés y que completaron el programa - lograron mejoras en medidas como la autocompasión y la rumia.

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