La monogamia, una obligación durante la cuarentena

Actualizado
  • 21/05/2020 09:27
Creado
  • 21/05/2020 09:27
Expertos afirman que este tiempo de confinamiento ha servido para que las parejas afiancen la comunicación familiar y sexual

Si de algo ha servido este confinamiento es para que muchas parejas hayan tenido más tiempo para dedicarle a su relación y sanar heridas que se habían acumulado durante años. También ha contribuido para que los infieles ahora estén sumergidos en la monogamia obligada.

Al respecto, Eliécer Pérez Rivera, psicoterapeuta de familia y parejas, explicó que muchas parejas han aprovechado el momento para nutrir la comunicación familiar y sexual. “Aquellas parejas que gozaban de una relación saludable antes del confinamiento, hoy siguen disfrutando el tiempo en familia, compartiendo y conociéndose más. Mientras, que aquellas parejas que llevaban una relación en crisis, se han visto obligadas de una u otra forma a llevar una relación de fidelidad o más sana”, reconoció el psicólogo.

En una entrevista con Infobae, Fiorella Litvinoff, psicoanalista de parejas y familia, admitió que la cuarentena obliga a quienes conviven a conocerse de otro modo. “El exterior como forma de evasión del otro o como una distancia ya no es una posibilidad. Y para aquellas parejas que no conviven quizá no sea la mejor opción hacerlo ahora, ya que estarían tomando la decisión no por un proceso de maduración de la pareja, sino forzados por circunstancias externas”, mencionó.

Según Pérez Rivera, la comunicación emocional es la clave en estas situaciones. Se trata de un factor extremadamente importante si decide convivir con alguien a largo plazo. “Las cuarentenas pueden ser situaciones de alto estrés, por lo que las parejas que ya han experimentado problemas de comunicación deben considerar quedarse en sus propios hogares, en lugar de convivir juntos”, comenta.

Otro factor importante, según Rivera, es compartir las tareas de casa. “Encontrar un equilibrio con todo lo que se debe hacer, desde la limpieza hasta la dedicación a los niños ayuda a fortalecer la relación, ya que ninguno se sentirá que hace más que el otro”, explicó Rivera.

Expertos dicen que la cuarentena ayudó a las parejas a comunicarse mejor.

El psicólogo añade que en tiempos de confinamiento es necesario que las parejas se den su espacio dentro del hogar. “Para que una relación funcione es básico tener tiempo para uno mismo, de vez en cuando, lo que permite de una u otra forma descansar un rato el uno del otro. Aunque no haya demasiado espacio en casa, hay que conseguir cierta distancia e intimidad”, puntualizó.

La monogamia y estudios no concluyentes.

Un estudio publicado en la revista Proceedings of the Natural Academy of Science detalla que la monogamia es esa tendencia que tienen algunas especies a aparearse y mantener una relación con una sola pareja, que podría estar inserta en nuestro código genético. Es la conclusión a la que llegaron los investigadores Hans Hofmann y Rebecca Young.

Este grupo de científicos analizó el comportamiento sexual de los machos en cinco pares de especies estrechamente relacionadas: dos ratones, dos campañoles (un tipo pequeño de roedor), dos aves canoras, dos ranas y dos peces cíclidos. Cada par incluía una especie monógama y una no monógama

El resultado fue que las cinco especies que habían desarrollado la monogamia tienen los mismos 24 genes que afectan al funcionamiento de su cerebro.

Por ejemplo, estos genes mejoran la memoria de los machos y esto es importante, porque los individuos monógamos necesitan reconocer a su pareja a lo largo de su vida.

Esto no es demasiado sorprendente desde el punto de vista de un biólogo evolutivo. “Todas las cosas que suceden en nuestro cuerpo tienen una historia evolutiva que lleva a un antepasado común, y solo hay muchas maneras diferentes de resolver un problema”, dijo Hofmann a New Scientist.

En otro estudio llevado a cabo en Estados Unidos, publicado en la revista Nature, revela que el tipo de relación que sostienen dos tipos distintos de ratones (de pradera y de pantano) depende exclusivamente de un gen, encargado de codificar la proteína que tiene por nombre receptor de vasopresina. La proteína antes mencionada trabaja en el paladium ventral, región cerebral que regula la sensación de premio, e íntimamente relacionada con la memoria.

Un virus, procesado genéticamente para expresar el mencionado gen, fue inyectado en el cerebro de ratones de pantano, conocidos por sus conductas polígamas. Sorprendentemente su conducta cambió radicalmente al volverse monógamos.

Como en otros casos, se podrían extrapolar resultados al ser humano; pero los artífices del experimento afirman, “esta investigación podría dar una orientación para explicar por qué algunos seres humanos no se comportan igual que otros en sus relaciones de pareja”.

La monogamia, especialmente la humana, es de por sí un tema fascinante. Diversos estudios han entrado en el eterno debate de si somos una especie monógama o polígama por naturaleza y como es de imaginarse, los resultados han sido no concluyentes.

“Desde mi punto de vista, la monogamia es un modelo de familia que ha tenido una función en general muy importante en la educación de los hijos, por su estabilidad, y por el referente que pueden encontrar los hijos de polaridad femenina y masculina, al estar cada una de ella representada por la madre y por el padre respectivamente”, aclaró en uno de sus textos Ramón V. Albareda, psicólogo y sexólogo.

“Es un modelo muy arraigado en la sociedad y todavía es válido –y probablemente seguirá siendo válido por mucho tiempo– para un gran número de personas, hombres y mujeres. Sin embargo, no podemos cerrar los ojos ante la crisis actual de la pareja, que nos invita a buscar y experimentar otros modelos que puedan ser una alternativa para los hombres y las mujeres que sienten que la pareja tradicional ya no es un modelo de relación y de familia, acorde con sus necesidades e inquietudes de desarrollo integral”, determinó Albareda en el texto 'Sexualidad, la apasionante aventura de la vida'.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus