Las preocupaciones sexuales que invaden a mujeres y hombres

Actualizado
  • 28/10/2021 00:00
Creado
  • 28/10/2021 00:00
Cuando uno de los dos evita compartir momentos íntimos, puede tratarse de un problema de ansiedad o 'fobia' lo que conduce a evitar el contacto sexual. Para combatir esto, los expertos invitan a las parejas a buscar apoyo con especialistas
La represión psicológica y social de los impulsos sexuales origina culpa, inadecuación, vergüenza, y esto causa que la persona sufra o viva aislada en su propio erotismo.

Comúnmente suele asociarse el encuentro sexual únicamente al coito. Pero de acuerdo con sexólogos y expertos en la materia, los diferentes tipos de sexo incluyen: el sexo vaginal, oral, anal, la frotación del cuerpo y los genitales, la masturbación. Y hay quienes muchas veces se encuentran en el acto y cambian de parecer porque temen o afirman que no están listos para la penetración.

Ana de Calle, sexóloga y terapeuta de pareja, describe en el diario digital e independiente, Siglo XXI, que muchas veces hay deseo pero prevalece el rechazo a la relación sexual, y es un estado de ansiedad lo que conduce a evitar el contacto sexual.

“Cuando uno de los dos evita compartir momentos íntimos, y puede que no tengan problemas de convivencia y que compartan sentimientos afectivos, puede tratarse de un problema primario, si es de por vida y secundario, si es adquirido o situacional, si es con una pareja concreta”, argumenta la experta.

A su vez, resalta que si afecta toda la vida es un trauma sexual por incesto, violación, abusos sexuales o una educación represiva o religiosa que asocia el sexo con el pecado, y algunos con esta experiencia han decidido seguir vírgenes toda su vida. La aversión al sexo en la mujer provoca miedo al coito, vaginismo (que la vagina se contraiga involuntariamente y sea imposible penetrar). Todo eso se llama 'fobia', dice.

La ayuda psicológica es muy importante para salir de esos miedos que afectan la mente.

Con respecto al hombre, Calle menciona que la fobia surge al momento de mantener el pene dentro de la vagina, y esto puede generar una disfunción eréctil. “Hay parejas en las que la aversión genital la viven los dos, e incluso llegan a casarse pero no a consumar la unión y solo piden ayuda profesional cuando desean tener un hijo, y tienen que utilizar el coito para procrear”, señala.

Ante esta problemática, Pamela Stephenson Connolly, psicoterapeuta y especialista en el tratamiento de trastornos sexuales, señala al diario The Guardian que cuando una persona teme a la penetración es porque el cuerpo “te está diciendo algo que tu mente no comprende completamente: no estás listo para la penetración” y por ende la persona se está poniendo una presión enorme e innecesaria.

“Si se convence a sí mismo de que necesita 'practicar' el sexo, nunca experimentará el placer que se merece. Lo mejor que puede hacer es dejar de lado el impulso de tener relaciones sexuales por ahora y concentrarse simplemente en dar y recibir placer. Para muchas mujeres, el placer erótico sin penetración es su parte favorita del sexo. No busques ni fomentes ningún acto sexual que te asuste. La ansiedad alta reducirá el deseo sexual, así que intente simplemente participar en una exploración sensual, lúdica y relajada”, aclara Stephenson según la publicación.

Por su parte, David Barrios Martínez, médico, sexólogo, psicoterapeuta, describe en su libro En las alas del placer: Cómo aumentar nuestro goce sexual, que es importante comprender que cada ser humano es diferente, y por lo tanto las respuestas varían entre cada individuo. “Así, vemos que alguien puede obtener placer únicamente de determinadas formas y otras que sienten placer al tener ciertas prácticas”.

La educación sexual cumple un rol importante en estos casos.

“Todas las prácticas son válidas siempre y cuando no sean fuera de la ley o de lo normal y ambos miembros de la pareja estén de acuerdo, de lo contrario puede terminar en la separación o una vida sexual tormentosa”, redacta Barrios en su obra.

El sexólogo también afirma que la represión psicológica y social de los impulsos sexuales origina culpa, inadecuación, vergüenza, y esto causa que la persona sufra o viva aislada en su propio erotismo.

De acuerdo con los especialistas, sin importar lo que el sexo signifique para esa persona, mantener una relación sexual implica mucha responsabilidad. Antes de tener sexo debe pensar en las cosas que le gusta hacer y preguntar a la otra persona con qué se siente cómoda, además de pensar sobre los riesgos implícitos, como las enfermedades de transmisión sexual (ETS) o un embarazo no deseado, y cómo prevenirlos.

“Igualmente es importante pensar en aquellas cosas que no nos gusta hacer y luego hablar al respecto con la pareja. Si se encuentra en la mitad de algo que pensó que quería y cambia de parecer, puede parar en el momento que lo desee, lo más importante es estar bien consigo y luego conversar con el otro, y de no poder resolver el problema en casa, entonces es aquí donde entra la terapia sexual o ayuda psicológica por parte de los expertos”, resalta Calle, y a su vez enfatiza que el proceso se iniciará con la persona afectada, sin embargo, la pareja (ambos) debe acudir al tratamiento para que este sea exitoso.

Las preocupaciones sexuales que invaden a mujeres y hombres

Se trabajará, además, con la imaginación en lo relacionado con la sexualidad y para enriquecer sus vivencias eróticas, es un proceso multidisciplinario, es decir que son varios los actores que ayudan.

Educación sexual

De acuerdo con Barrios, aún en pleno siglo XXI persisten los tabúes, los prejuicios y las introyecciones familiares, religiosas y sociales que impiden un erotismo positivo. Muchos les dicen a sus hijos o familiares “eso es sucio” “es malo” “de eso no se habla”, comentarios con valores negativos y que luego se manifiestan en el desarrollo afectivo intelectual, principalmente de aquellos que apenas empiezan a descubrir su sexualidad, la juventud.

En ese sentido, recientemente en Panamá el Ministerio de Educación (Meduca) presentó la guía “Ordenación y formación en materia de educación en sexualidad y afectividad”, la cual permitirá a los estudiantes, docentes, padres de familia y sociedad civil abordar este tema de forma científica y pedagógica con el fin de disminuir los índices de embarazo en adolescentes y la propagación de enfermedades de transmisión sexual.

“Se trata de unas guías que dan un paso adelante en materia de prevención, a fin de combatir el embarazo precoz y reforzar el acompañamiento a las madres prematuras”, dijo Maruja Gorday de Villalobos, titular del Meduca.

La ministra explicó que la maternidad precoz trae consigo consecuencias que afectan la salud física y mental, así como el desarrollo integral de niñas y adolescentes.

Son cerca de 43 mil guías que serán distribuidas a los estudiantes de educación primaria, los de premedia y media, así como una guía para padres y para las menores embarazadas.

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