Un día inolvidable con Shane Mosley

Actualizado
  • 23/08/2013 02:00
Creado
  • 23/08/2013 02:00
PANAMÁ. La vida brinda sorpresas, unas agradables y otras no tanto. La recientemente vivida por los prospectos panameños Jezreel Corrale...

PANAMÁ. La vida brinda sorpresas, unas agradables y otras no tanto. La recientemente vivida por los prospectos panameños Jezreel Corrales y Jonathan ‘Tery’ Arenas es simplemente incomparable.

El último miércoles marchaba para los púgiles como uno más en el gimnasio Pedro ‘Rockero’ Alcázar de Curundú con los acostumbrados entrenamientos.

Arenas se encontraba realizando sombras para culminar su rutina, mientras que Corrales saltaba soga pese a la sofocante temperatura que se apodera del gimnasio cuando llegan las primeras horas de la tarde.

Un silencio domina el lugar por un instante, los ruidos de las manos forradas golpeando los sacos y las voces desaparecen, todas las miradas de los presentes (entrenadores, boxeadores y aficionados) se concentran en la entrada principal del inmueble. Un hombre de tez morena, ojos azules y con vestimenta deportiva (buzo y sudadera) color celeste ingresa acompañado por desconocidos.

‘¡Llegó Mosley, este es el campeón!’, gritó uno de los presentes al percatarse de la inesperada visita.

El aviso tomaba de sorpresa a todos, Shane Mosley llegaba al ‘Rockero’ Alcázar.

La sencillez del ex triple campeón mundial pondría a pensar a cualquiera que se trataba de uno más de los tantos boxeadores que llega a entrenar al lugar.

Los que se encuentran en el lugar abordan al púgil de 41 años de edad, quieren conversar con él y tomarse fotos. Él contesta a todo con un amable ‘yes’.

Aparece un traductor y las preguntas de los colegas sobre su carrera salen como balas de metralleta.

El oriundo de Pomona, California, avisa que regresará en horas de la tarde para guantear, no sin antes atenderlos a todos. Tiene combate el próximo 23 de octubre ante el australiano Anthony Mundine y quiere estar en forma.

El reloj marca las 5:15 p.m. y la batería de fotógrafos, periodistas, aficionados y demás espera por Mosley.

Llega media hora después a la cita, con la misma vestimenta de su primera visita, vuelve a contestar infinitas preguntas y finalmente está con ropa adecuada para guantear.

Los privilegiados para intercambiar golpes con el futuro salón de la fama son Corrales y Arenas.

Es el turno de Corrales de estar frente a un púgil que nunca ha sido noqueado. Luego de dos asaltos el visitante solicita uno más. ‘One more’. Le agradó lo escurridizo que es el oriundo de San Miguelito sobre el cuadrilátero.

Termina el tercer asalto y es el turno de ‘Terry’, logra conectar buenas manos en los tres y últimos asaltos de Mosley en un cuadrilátero panameño.

Finalmente el gran boxeador se marcha a su hotel no sin antes despedirse de todos y agradecer la hospitalidad en el día que estuvo en el ‘Rockero’ Alcázar.

EXPERIENCIA

‘Fue algo muy bonito, una gran experiencia. Dice que lo hacía tirar golpes, pude conectarle algunos buenos’, mencionó Arenas con un rostro sonriente sobre lo que platicó con Mosley.

‘Me comenta que lo ponía a pensar y que me movía mucho en el ring’, dijo un Corrales emocionado.

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