Evgeny Boykov: ‘Cada país tiene derecho a elegir libremente a sus socios y aliados, sin distinción alguna’

Actualizado
  • 22/04/2024 10:14
Creado
  • 21/04/2024 22:52
El embajador de Rusia en Panamá también destacó las oportunidades que ofrece Rusia a los países de América Latina, desde los intercambios comerciales mutuamente ventajosos hasta el acceso a sus tecnologías avanzadas de exploración espacial, medicina, energía atómica y una amplia variedad de programas académicos y actividades culturales

“El enfoque que promueve la diplomacia rusa es totalmente distinto. Nosotros creemos que cada país tiene derecho a elegir libremente a sus socios y aliados, sin distinción alguna entre ‘los suyos’ y ‘los ajenos’”, afirmó a este diario el embajador de Rusia en Panamá, Evgeny M. Boykov.

El embajador ruso expresó su postura al respecto, luego de que el pasado 8 de abril, en una nota publicada en este medio, bajo el titulo: “La economía de Ucrania ha sufrido enormemente, con daños estimados en más de $400.000 millones” la embajadora de Ucrania en México y concurrente en Panamá, Oksana Dramaretska, instó a “todos” sus socios, incluso de la región, “a permanecer unidos y seguir apoyando a Ucrania”.

“Tales sugerencias presuntuosas constituyen intromisiones directas en los asuntos internos de Estados independientes, atentando contra el rumbo soberano de sus políticas exteriores”, cuestionó Boykov, recordando que el conflicto en Ucrania “no” comenzó en 2022 ni en 2014. Se trata de “un largo proceso” que se remonta a la desintegración de la Unión Soviética en 1991 y que el 14 de abril se cumplieron diez años desde que “los neonazis ucranianos desencadenaron una ‘operación antiterrorista’ contra los habitantes de Donbás”.

Boykov también destacó las oportunidades que tiene Rusia para los países de América Latina en la parte comercial, innovación, educación y cultural, entre otros. “Rusia tiene mucho que ofrecer a sus amigos latinoamericanos, desde los intercambios comerciales mutuamente ventajosos hasta el acceso a sus tecnologías avanzadas de exploración espacial, medicina y energía atómica, así como una amplia variedad de programas académicos y actividades culturales”, aseveró.

Asimismo, consideró que muchas naciones de la región comparten la “aspiración” de Rusia de “construir un sistema multipolar justo, equitativo y verdaderamente democrático. “Estoy seguro de que en ese nuevo orden global, basado en el respeto mutuo y la igualdad soberana de las naciones, sin injerencias no deseadas y rudimentos coloniales, América Latina logrará consolidar su posición bien merecida de un centro vigoroso e importante”, dijo.

Otro tema que le preocupa a Rusia, según Boykov, es la “seguridad energética”, ya que con el “desafío descarado a las prioridades del desarrollo socioeconómico mundial, Washington y Bruselas estimulan inflación vertiginosa a nivel internacional, con sus sanciones unilaterales ilegales contra el sector petrolero y gasífero de Rusia”. Y es que a su parecer, “hay motivos para sospechar que esta campaña sucia no se limita en las restricciones comerciales sino también podría incluir sabotaje directo”.

En ese sentido, el embajador ruso recordó que pasados casi dos años desde las explosiones “misteriosas” que destruyeron los gasoductos rusos Nord Stream, sus perpetradores nunca han sido identificados a pesar de las investigaciones formales lanzadas por Alemania, Dinamarca y Suecia. “En virtud del impacto colosal que dichos atentados tuvieron en el mercado energético, ¿podríamos esperar que dichas investigaciones nos revelen hallazgos claros e imparciales en relación con lo sucedido? o ¿el Occidente seguirá guardando silencio, poniendo sus intereses egoístas y neocoloniales por encima de las necesidades de la comunidad global?”, reflexionó.

Con respecto a la “supuesta ‘violación’ de la Carta de las Naciones Unidas por parte de Rusia”, de la que Dramaretska hace mención en el escrito, Boykov aseguró que “no fue Rusia quien inició las hostilidades. Son precisamente las autoridades ilegítimas de Ucrania que llevan 10 años exterminando inexorablemente a sus propios ciudadanos, mientras que Moscú sólo deseaba poner fin a este derramamiento de sangre lo antes posible”.

El embajador ruso aseguró que, de plena conformidad con el Artículo 51 de la Carta de la ONU, están llevando a cabo una operación militar especial, únicamente en el contexto del derecho a la autodefensa y la protección de la población rusohablante. “Nos hemos comprometido a defender la seguridad y el bienestar de nuestros compatriotas, a diferencia marcada de Kiev, que sigue negándoles su justo derecho a la autodeterminación en virtud del Artículo 1 de la Carta de la ONU”, afirmó Boykov.

En el plano del derecho internacional, mencionó que “recientemente, un intento de Ucrania de revelar el supuesto ‘carácter terrorista’ del Estado ruso, a través de una denuncia ante la Corte Internacional de Justicia de la ONU, fracasó miserablemente. En su última decisión, la Corte confirmó efectivamente que las acciones agresivas de Kiev contra Donetsk y Lugansk se basaron inicialmente en premisas mentirosas”.

Añadió que “el ilustre tribunal también rechazó los argumentos de Ucrania y los Estados Unidos que culpaban a Rusia del derribo del vuelo MH17 de Malaysian Airlines, los bombardeos de Mariúpol, Kramatorsk y Avdéevka, así como las especulaciones de Kiev sobre algún tipo de discriminación racial en Crimea”.

Al mismo tiempo, “Moscú obtiene cada vez más pruebas de que los servicios especiales ucranianos estuvieron vinculados con varios ataques terroristas perpetrados en el territorio de la Federación de Rusia”, aseveró.

Boykov precisó que se trata, en particular, de los “asesinatos atroces de varios periodistas y políticos, incluidos Daria Dúguina, Maxim Fomín e Illiá Kyva, en grave detrimento de la libertad de expresión a nivel internacional, así como el atentado en que casi perdió la vida el famoso escritor ruso Zajar Prilepin. Tampoco fue una excepción el brutal ataque contra la sala de conciertos ‘Crocus City Hall’, en que se pueden rastrear claramente las huellas del trabajo del régimen terrorista de Kiev”.

El alto representante de Rusia, también cuestionó las palabras de la emisaria del régimen de Kiev referentes a las “negociaciones, de pretender acusar a Rusia de que, presuntamente, ‘no tiene intención de buscar soluciones diplomáticas’, pero al mismo tiempo insiste en que solo las fuerzas armadas ucranianas pueden ‘expulsar al agresor’”.

Boykov recordó que en abril de 2022, en Estambul, Moscú y Kiev llegaron a un acuerdo, cuyo texto ya contaba con el consentimiento de ambas partes. Sin embargo, dijo que “(Volodímir) Zelensky botó aquel documento crucial sin remordimiento alguno por instrucción de sus patrocinadores británicos. Ni hablar de la decisión absurda del caudillo del régimen nacionalista de prohibirle a sí mismo negociar con los dirigentes actuales de Rusia, que fue adoptada mediante un decreto presidencial a finales de septiembre de 2022 y sigue vigente”.

El embajador ruso afirmó que “a diferencia de las autoridades ilegítimas de Ucrania, el gobierno ruso siempre ha mantenido sus puertas abiertas a un desenlace pacífico de este conflicto” y que su “firme compromiso con el camino de diálogo se manifestó tanto en la lucha por el pleno cumplimiento de los Acuerdos de Minsk de 2015 (avalados por el Consejo de Seguridad de la ONU y burdamente saboteados por el Occidente y sus títeres ucranianos), como en nuestra iniciativa de construir un sistema equitativo de paz y seguridad en Europa, que los EE.UU. y la OTAN rechazaron de plano en diciembre de 2021”.

Asimismo, señaló que “Rusia valora mucho las propuestas de mediación presentadas por varios países de la ‘mayoría global’, incluidos Brasil, Sudáfrica y las naciones de la Liga Árabe, así como el plan de la República Popular China que consideramos uno de los más contundentes, ya que se basa en el entendimiento profundo de las causas primordiales de la crisis”.

Indicó que “los líderes del régimen golpista, al declarar irrespetuosamente que ‘no necesitan mediadores’ y que sólo Ucrania como ‘víctima de agresión’ tiene derecho a proponer iniciativas pacíficas, están promocionando agresivamente la denominada ‘fórmula de paz’ de Zelensky”.

De hecho, adujo que el citado proyecto, cuyas cláusulas, según subraya Dramaretska son “indiscutibles”, “no contribuye a la paz, sino la perjudica gravemente, siendo abiertamente sesgado a favor de Kiev. Se trata de una recopilación de inadmisibles ultimátums, un intento de exigir que Rusia se rinda, capitule y retire sus fuerzas armadas de los territorios liberados, socavando los principios de autodeterminación de los pueblos y la seguridad indivisible”.

A su parecer “no es casualidad, entonces, que muchos países del Sur Global han descartado brindar su apoyo a la ‘fórmula’. Evidentemente, no les cabe duda que para la nación rusa, aceptar esta propuesta significaría dispararse en el pie. En ese contexto, los autores de la iniciativa andan tan desesperados que pretenden ‘seducir’ a los países neutrales, al ofrecerles la oportunidad de suscribirse a ciertos puntos supuestamente ‘inofensivos’ de la ‘fórmula’ (tales como la seguridad alimentaria y la liberación de los prisioneros) sin tener que apoyarla en su totalidad. De tal manera, buscan asegurar su participación, a finales del próximo junio, en la ‘conferencia de paz’ en Suiza cuyo objetivo principal – nada más y nada menos – consiste en sacar una foto bien bonita, fingiendo así el respaldo ‘universal’ a la ‘causa ucraniana’”. Más aún, añadió, “la adhesión del mismo régimen de Zelensky y sus patrocinadores occidentales a los 10 puntos que proponen en su llamada ‘fórmula de paz’ suscita cuestionamientos plenamente justificados”.

Seguidamente, mencionó que un buen ejemplo es la “seguridad nuclear”, toda vez que “en pocas decenas de kilómetros del frente de batalla, las autoridades rusas operan, de forma sostenible y segura, la mayor planta electronuclear de Europa, la central de Zaporozhie, bajo la supervisión de una misión in situ del Organismo Internacional de Energía Atómica”.

Mientras tanto, dijo, “los nacionalistas ucranianos continúan sus ataques indiscriminados contra este objeto crucial de infraestructura civil. En particular, el pasado 07 de abril utilizaron drones para asestar golpes contra los reactores Nro. 5 y 6, hiriendo a tres funcionarios de la central. Cabe preguntar: ¿por qué no hemos escuchado condena alguna de este acto atroz de terrorismo nuclear de parte de los países del Occidente?”.

“Frente a todas esas dudas y controversias, los agentes del nacionalismo ucraniano se atreven a ejercer presión sobre los Estados que no están involucrados en el conflicto, para sumarles a sus fines altamente peligrosos”, puntualizó Boykov.

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