Golazo de Berardi, frenazo del Inter

  • 27/09/2023 15:57
Al Inter lo ha alcanzado el Milan, con los mismos puntos, pero peor diferencia de goles
Lautaro Martinez se lamenta durante el partido.

Aún sostiene el liderato del Inter, pero ya sin pleno, ya sin la determinación de las primeras jornadas, ya sin la condición imponente de invencible en este inicio de la Serie A, doblegado por el Sassuolo y un golazo de Berardi, que marcó la diferencia con un zurdazo para culminar la remontada y el desconsuelo 'neroazzurro' (1-2).

Al Inter lo ha alcanzado el Milan, con los mismos puntos, pero peor diferencia de goles. Sus cinco victorias consecutivas, su firmeza de este comienzo del torneo, acabó de repente en su estadio, por el empeño, el fútbol y la convicción del Sassuolo, que jamás desistió, que dispuso de más ocasiones que el líder de la tabla y que, finalmente, obtuvo la recompensa.

Primero golpeó el Inter: al borde del descanso, Denzel Dumfries esperó, esperó y esperó, durante cinco segundos, con el balón controlado, de frente a Viti, defensa del Sassuolo, hasta que desbordó primero, se abrió hueco y lanzó el zurdazo que adelantó a su equipo, aliviado hasta entonces por las intervenciones de Yann Sommer.

Las dos paradas del portero internacional suizo a Berardi y Bajrami, ya superada la media hora, con sendos disparos (a uno voló para repeler el balón por encima del larguero y a otro se lanzó al suelo para frustrar el intento lejano), habían sostenido hasta entonces el 0-0, hasta la aparición decisiva de Dumfries con el 1-0 que apenas duró en el marcador.

Porque Sommer, el mejor del primer tiempo, falló en el segundo. Ya había avisado Erlic, con un cabezazo desviado, solo ante el gol. El centro había sido de Berardi, que puso en jaque varias veces a la defensa del Inter de Milán, que en el minuto 54 recibió su segundo gol de toda la temporada en la Serie A, marcado por Bajrami, con un tiro al primer palo que no atajó el guardameta suizo, señalado por tal acción, por el 1-1 que abrió de nuevo el duelo.

Aún fue peor para el Inter, irreconocible, expuesto al daño inminente y a un golazo de Berardi, que agarró la pelota en la esquina del área y soltó un zurdazo fantástico al otro poste, lejos del alcance de Sommer. Un zapatazo incontestable poco después de la hora del encuentro. A nadie le extrañó. Tal y como iba el encuentro, era predecible incluso el 1-2.

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