Janette Mendoza, la basquetbolista istmeña que fue tentada por México

Actualizado
  • 21/02/2022 00:00
Creado
  • 21/02/2022 00:00
Janette inició su periplo en la escuela primaria de Pablo Arosemena, en donde participó en todos los deportes del momento
Mendoza intercambia impresiones con las jugadoreas de Dominican College, donde fue 'coach' asistente.

Su primera experiencia con el baloncesto fue tan común, como para cualquier joven de los barrios de aquella época, a falta de un lugar adecuado para introducir una pelota en una canasta.

Una lata vacía recortada en uno de sus fondos, un pedazo de madera, un clavo, un martillo y una puerta dispuesta a ser mancillada, eran suficientes elementos para iniciar una birria del mejor básquet que haya existido.

Así empezó Janette su relación con el deporte que la llevaría a la selección nacional, y a dirigir equipos colegiales en los Estados Unidos.

Esta es la historia de Janette Mendoza, entre las mejores jugadoras de todos los tiempos en Panamá, que a sus 70 años se siente realizada, como persona, atleta y profesional.

Las Seahawks fueron uno de los quintetos universitarios que dirigió Mendoza en Estados Unidos.

Cada uno de estos espacios ocupados, en su momento, con talento, carácter y los consejos que le diera mamá Myrtle en la calle Cuarta de Colón.

“Ella me decía: 'No importa a qué país vayas ni dónde estés, solo acuérdate que no eres mejor que nadie y nadie es mejor que tú', consejo que siempre he llevado conmigo”, recordó.

Talento por doquier

Janette inició su periplo en la escuela primaria de Pablo Arosemena, en donde participó en todos los deportes del momento, inclusive el boxeo, porque por sus venas 'además de sangre, corría el deporte'.

Su mente divagó unos segundos, cuando trató de decirnos a qué edad comenzó su relación con el deporte, porque en los callejones de los barrios casi que es la misma en que tomas el biberón.

“Quizás tendría siete u ocho años o tal vez fue más temprano”, alcanzó a decir.

“Cuando empecé no había gimnasios, ni muchas canchas, así que cortábamos la parte de abajo de una lata de avena y la clavábamos en la parte de arriba de la puerta y con una pelota de tenis, jugábamos por horas”, sostuvo.

“También recuerdo que (Ismael) Laguna me ponía los guantes para boxear con los pelaos en el 20-30”, dijo al mencionar el gimnasio municipal de la calle Cuarta, que después fue llamado 'Everardo Núñez'.

Su infancia se desarrolló precisamente en esa calle, la misma que vio desarrollar las aptitudes de Laguna, Ernesto Marcel, Pedro 'Mago' Rivas, y de muchos otros.

No obstante, la inquieta niña se inclinó por el baloncesto, donde fue seleccionada por primera vez a los 12 años, después de realizados los juegos nacionales infantiles.

Tentada por México

A partir de 1965, cuando participó en un torneo en Tegucigalpa (Honduras) no falló en un seleccionado femenino hasta su retiro en 1973, después de los juegos Bolivarianos en Panamá.

Participó en selecciones mayores que estuvieron en Honduras, Perú y Ecuador, en 1969; en México y los Centroamericanos y del Caribe de Panamá en 1970; en Colombia en 1971, y en los Bolivarianos de 1973.

En el 70 cobró la presea de bronce, con Magaly Boza, Erna Holmes, Alicia Galván, Arvis Brady, Narcisa McFarlane, Claudia Beckford, Graciela y Briseida Hernández, Claudia Davis, Urania Mancilla e Inés del Carmen Cedeño.

Recordó que también hizo la selección para jugar en el equipo nacional de voleibol, pero los horarios de competencia chocaban, por lo que tuvo que decidirse por uno de los dos.

Luego de esos juegos en Panamá, el quinteto femenino fue invitado a participar en un torneo en México, que se desarrolló en el Distrito Federal y en Guadalajara.

“Después de esa competición, la directora del equipo mexicano me invitó a jugar con ellos en su equipo nacional, que buscaría su clasificación a los juegos Olímpicos de Munich (1972)”, señaló.

“Me dijo que su equipo tendría muchas más posibilidades conmigo de clasificar, pero me negué. La idea de estar en unas Olimpíadas era tentadora, pero no veía jugando con otro equipo que no fuera Panamá”, dijo.

La entrenadora mexicana vio su gran potencial, porque luego en los Centroamericanos de Baloncesto de Costa Rica (1971) y Guatemala (1972), fue escogida la más valiosa al destacarse en varios departamentos ofensivos.

Viaje sin retorno

Una situación familiar la hizo viajar en 1974 a los Estados Unidos y mientras arreglaba sus documentos, el dirigente León 'Cocoliso' Tejada le dijo que no se preocupara, porque podría ser convocada si la necesitaban.

Pero eso nunca sucedió

Janette se quedó en Nueva Jersey y trabajó en el programa de Acción Comunitaria, financiado con fondos federales en Hackensack, y pudo jugar en varias ligas de baloncesto tanto en Nueva York como Nueva Jersey.

Entrenó a niños en la Liga Atlética de la Policía de Hackensack; a niñas en la liga Teaneck CYO; y a mujeres en Fairleigh Dickinson University (1977-1978).

Un poco antes, en 1976, participó en un try-out con el New Jersey Gems, que fue parte de la primera liga profesional femenina antes de que se constituyera la WNBA.

Luego de varios días de entrenamientos quedó entre las últimas 18 entre 150 jugadoras.

“Ellos tenían que recortar a otras cuatro y me llamaron para informarme que se querían quedar conmigo, pero que habían visto jugar a las otras en las universidades, y no sabían cómo me iba a desenvolver y me dejaron fuera”, precisó.

Después viajó a Nueva York y estudió en el Dominican College, en Orangeburg, donde se graduó y fue la asistente por seis años del técnico Steve Baxter, miembro del Salón de la Fama de la Central Atlantic Collegiate Conference (CACC).

Aunque la formación académica de Mendoza no era la típica de los entrenadores universitarios, Baxter encontró su experiencia equivalente a un título avanzado.

“Mientras estudiaba en el Dominican College, trabajé 'fulltime' para la corporación multinacional Del Monte, y todavía tuve tiempo para ser asistente”, recordó.

Estuvo con Del Monte por espacio de ocho años para la región de Nueva York, y ganó varios premios como la mejor vendedora.

“Para mí todo eso significaba competencia, y me gustaban esos retos”, expresó.

Luego se mudó a Florida, donde abrió la tienda deportiva 'Teams Logos', y conoció a muchas figuras, como Ed Pinckney, Pat Riley, Michael Jordan, Dan Marino, Robert Parrish, Larry Bird, Martina Navratilova y Chris Evert.

Estuvo diez años ligada al baloncesto. Seis con Dominican, tres en Broward Community College, y uno en Fairleigh Dickinson University.

A sus 70 años sigue laborando. Trabaja en un programa de la Corte de la Florida, supervisando reuniones entre padres e hijos con problemas.

“Después de esas reuniones, hago un reporte, voy a la corte y doy mi testimonio”, indicó.

Janette cuenta los días en que podrá volver a Panamá. La última vez fue en 2019, durante la Jornada Mundial de la Juventud, cuando lo hizo junto a su hermana, Rosaura Mora.

“Estoy deseosa de volver a Panamá. A pesar de los años de estar viviendo en Estados Unidos, aún la extraño, sobre todo a mi querido Colón”, dijo.

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