Pedro 'Mago' Rivas, el 'Mandrake' del baloncesto istmeño

  • 23/11/2020 00:00
De esa amalgama de nombres es que surge la figura de uno de los más grandes baloncelista de Panamá, Pedro 'Mago' Rivas, quien naciera el 24 de noviembre de 1946 en la ciudad de Colón
El jugador colonense Pedro 'Mago' Rivas (segundo de pie de izquierda a derecha) fue uno de los puntales del quinteto, que conquistó el oro en los Centroamericanos y del Caribe de 1970.

El baloncesto panameño ha tenido grandes figuras a lo largo de su historia deportiva, desde que se registraron sus primeros vestigios en los albores del siglo XX.

Según notas del fallecido profesor Luis 'Pipo' Celis Gamboa, un incansable investigador de este hermoso deporte, el mismo llegó al país en 1900, cuando los estadounidenses lo llevaron a la población bocatoreña de Almirante.

En uno de sus tantos escritos sobre la materia, comentó que no había una base científica para sustentar esta afirmación, pero que tampoco había que dejarla a un lado.

Lo cierto es que el baloncesto marca en la historia istmeña como uno de los deportes más populares del país, hasta que algunas personas con la toga de dirigentes se dieron a la tarea de enterrarlo sistemáticamente.

Efectivamente, al tiempo en que el baloncesto se constituía en uno de los deportes de barrio por excelencia, sus presentaciones a nivel internacional se convirtieron en notas de primera página en los diarios locales y del exterior.

Fue así como se dieron a conocer Delmira Pierce y Judith Caballero, tras su actuación en los Centroamericanos de 1946, en Barranquilla; o un poquito más atrás Jack 'Papá' Smith, Francisco 'Lengüita' Brown y Eugenio 'Yuyín' Luzcando, en los Centroamericanos del 38 en la capital panameña.

La narrativa cuenta la historia de tantos y tantos nombres, que van desde Rafael Arana, en los Centroamericanos de La Habana en 1930, hasta Michael Hicks, en el Centrobasket de Panamá en 2006.

De esa amalgama de nombres es que surge la figura de uno de los más grandes baloncelista de Panamá, Pedro 'Mago' Rivas, quien naciera el 24 de noviembre de 1946 en la ciudad de Colón.

El 'Mandrake' del basket

Rivas comenzó a despuntar desde muy joven en este deporte, aunque como les ocurrió a otras grandes figuras, su primer amor fue el béisbol, la actividad por excelencia en las ciudades de Panamá y Colón.

Su talento innato le fue pulido en su época escolar por los técnicos Henry Jones y Jaime Vélez, inscritos en el libro de oro del deporte colonense, y el sobrenombre de 'Mandrake, el mago' le llegó a través de un compañero, en esa misma época.

Es importante destacar que el apelativo, que hacía alusión a aquél héroe de los comics americanos, se popularizó a partir de 1964 tras debutar en el torneo mayor, donde ganó los trofeos de mayor anotador, novato, jugador más valioso y de campeón con el equipo Farmacia Denis.

La magia del 'Mandrake' colonense no solo maravilló a quienes lo vieron desenvolverse en el istmo panameño, sino también en el extranjero, como en el Sporting Club, de Montevideo, por ejemplo, donde le propusieron nacionalizarse uruguayo.

“Mi presentación en cada partido era grande. Me salían canastas increíbles y la forma como escondía el balón al saltar y encestar, llegó a impresionar tanto a los uruguayos, que los elogios eran diarios tanto en la prensa como en la radio”, escribió 'Mago' Rivas en su libro autobiográfico Dos Puntos.

Después llegó el mundial extraordinario de Chile en 1966, donde la revista chilena Gol destacó que “Pedro Rivas, el mejor de Panamá, es un jugador de digna calidad y extraordinarios recursos”.

A propósito, al decir de los cronistas panameños, cuando Michael Jordan electrizó al público de la NBA con sus malabares debajo de los tableros, ya habían pasado algunas décadas desde que Pedro Rivas lo había hecho en los mejores coliseos del mundo.

Magia o anotación

El ascenso del 'Mago' Rivas fue de la mano con lo obtenido por el básquet panameño entre las décadas de los 50 y 60, como lo fue la presea de bronce en los Panamericanos de Winnipeg en 1967.

La actuación en Winnipeg les permitió participar en las Olimpíadas de México del año siguiente, donde dos de sus figuras se hicieron notar. Davis Peralta Jr. fue el máximo anotador y Rivas, elegido entre los diez mejores del torneo.

Después llegó el oro en el Centrobasket de Cuba (1969) y en los Centroamericanos de Panamá en 1970.

Aquí debo hacer un alto. Desde los Centroamericanos de Kingston (1962) hasta la actuación en el Centrobasket de Cuba (1969), nuestros quintetos siempre fueron dirigidos por técnicos panameños, circunstancia que permitió que fluyera la magia y destreza de los jugadores locales.

Davis Peralta (Izq.) y Pedro Rivas (Der.), dos inmortales del baloncesto istmeño para la historia.

No obstante, para los Centroamericanos y del Caribe de 1970 surgió la figura del técnico estadounidense Carl Pirelli Minnetti, quien acabó con ese tipo de individualidades.

“Pirelli Minnetti le pidió al 'Mago' menos filigranas y más concentración al momento de encestar, y eso le impidió al público volver a ver el talento individual que tenía”, señaló el periodista colonense Esteban Lan.

Esta aseveración fue confirmada por el también inmortal del basket, Davis Peralta, quien conoció a Rivas en una final intercolegial entre el Instituto Tomás Alva Edison (ITAE) y el colegio Abel Bravo, en la comunidad coclesana de Antón.

“Eso es cierto. A los técnicos americanos no le gusta mucho los malabares, y Pirelli, le dijo al 'Mago' que tenía las cualidades para hacer las cosas más fáciles. Su pensamiento era que, si haces morisqueta (la canasta) vale dos, y si la haces sencilla (también) vale dos, pero el esfuerzo es menor”, explicó.

Sin embargo, las filigranas del 'Mago' no acabaron, ya que jugar en la selección nacional fue una cosa y otra hacerlo a nivel local, lo que permitió que cientos de fanáticos se deleitaran con su particular juego por unos años más.

Sin lugar a dudas, el día que Panamá cuente con un Salón de la Fama, la figura del inmenso Pedro 'Mago' Rivas, será una de las primeras en ser exaltada.

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