Rogelio Espiño, forjador de campeones mundiales de boxeo

Actualizado
  • 26/10/2020 00:00
Creado
  • 26/10/2020 00:00
Espiño ha organizado 120 funciones de boxeo en todo el país, sin contar las que realizaron otras empresas y contaron con su apoyo, entre octubre del año 2000 y febrero de este año

Al grupo de más grandes promotores boxísticos en Panamá, se unió un día Rogelio Espiño, quien tras 20 años en el negocio, es el principal responsable de que varios púgiles llegaran a campeones mundiales. De sus triunfos y decepciones es de lo que nos habla.

Espiño y CMB. Espiño (izq.) recibió el reconocimiento del CMB por su apoyo al boxeo.

Espiño jamás estuvo involucrado directamente con el deporte -salvo por los acostumbrados patrocinios a equipos del barrio- ni mucho menos al boxeo. “Siempre practiqué el fútbol y al boxeo solo lo seguía porque era fanático de Roberto Durán, y recuerdo que en casa teníamos veladas familiares, precisamente para ver peleas donde estaba involucrado”, señaló Espiño.

Y fue en la última pelea de Durán en Panamá (junio de 2000), cuando un periodista le habló de Pedro Alcázar, un púgil que se sentía poco respaldado a pesar de estar clasificado mundialmente.

Alcázar se acercó a Espiño y, a partir de allí, se forjó una gran amistad y comenzó oficialmente la carrera para ambos. Uno al estrellato y el otro a ser el más importante promotor del nuevo siglo.

En esa primera cartelera realizada en el Yuyín Luzcando, de Bethania, apareció como protagonista Alcázar, y también vio acción Ricardo Córdoba, un futuro campeón de las 122 libras.

Aprendizajes y satisfacción

Las próximas dos funciones de Espiño, una de ellas de campeonato mundial, se registraron en el gimnasio Nuevo Panamá (hoy, Roberto Durán), donde el novato promotor aprendería una amarga lección.

Era común en esa época que la venta de los boletos y el posterior conteo del dinero estuviera en manos de funcionarios del Instituto de Deportes (INDE), que al decir de Espiño: “Me robaron a dos manos, fue una cosa de locos; una lección muy cara”.

Sin embargo, su mayor satisfacción fue ver a Alcázar titularse campeón la noche del 16 de junio de 2001. Espiño vio coronado el esfuerzo de una persona que siempre ha visto al boxeo como un pasatiempo, así como el de un púgil que supo que tenía madera para llegar a los primeros planos.

No obstante, una tragedia vino a cruzarse en el camino de ambos un año después, cuando el boxeador fallece luego de perder el título en Las Vegas frente al mexicano Fernando Montiel. “Una de las experiencias más tristes que he vivido; una de las más impactantes; casi me hace colgar los guantes, pero no lo hice por el compromiso con los otros muchachos”, aseveró.

La decepción más grande fue la que recibió con el ex campeón Vicente Mosquera, quien poco tiempo después de perder el cetro en Panamá tuvo problemas con la justicia y estuvo detenido durante tres años. Mosquera volvió a la brega después de esos 36 meses de ausencia y apenas colgó una derrota en diez encuentros, pero ya no fue el mismo.

El empresario capitalino fue uno de los responsables en la ola de púgiles venezolanos que llegaron a Panamá a partir de 2004, en busca de mejores derroteros y de una oportunidad por un título mundial.

En el grupo de los venezolanos estaban Ogleydis Suárez, Johan Pérez, Nehomar Cermeño, quienes llegaron a campeones mundiales.

En su cuadra tuvo campeones como Alcázar, Mosquera, Celestino Caballero y Luis Concepción, y apoyó las carreras de Guillermo Jones, Ricardo Córdoba, Rafael Concepción, Anselmo Moreno, Shantall Martínez y Jezreel Corrales, entre otros.

Espiño ha organizado 120 funciones de boxeo en todo el país, sin contar las que realizaron otras empresas y contaron con su apoyo, entre octubre del año 2000 y febrero de este año.

“Lo que más me satisface, es ver a boxeadores retirados que hoy son profesionales, y que quizás no llegaron a ser campeones, pero evitaron caer en el mal camino y son responsables y grandes ejemplos”, concluyó.

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