La eliminatoria suramericana pondrá a prueba si Messi está mutando

  • 06/03/2020 06:00
Siempre en el centro de los elogios o las críticas, Messi afrontará con Argentina un nuevo examen que pudiese contrarrestar la baja calificación ante el Madrid

Las eliminatorias para Catar 2022 se inician este mes en Suramérica, una región que palpita intensamente el recorrido por llegar a un Mundial como resultado de la incidencia social, cultural y económica que históricamente el fútbol ha alcanzado en la región, cuya trascendencia está marcada por las nueve copas mundiales conquistadas en este deporte y el prestigio de que gozan sus principales figuras.

Y es precisamente esta última capacidad: la destacada participación internacional de sus figuras, principalmente en el profesionalismo europeo, la que agita actualmente el panorama de la eliminatoria porque en sus nombres rutilantes se afincan las esperanzas de alcanzar el objetivo de la clasificación, pues desde hace tiempo el núcleo principal de las selecciones suramericanas se sustenta en los jugadores que militan en el exterior.

A escasos 21 días de jugarse la primera fecha, de un calendario estipulado en 18 jornadas que debe concluir en noviembre de 2021, las miradas no dejan de seguir a Lionel Messi. El excepcional jugador argentino que lo ha ganado todo en el fútbol profesional con el Barcelona, tiene en sus vitrinas de trofeos dos espacios aún por llenar con su selección: la Copa del Mundo y la Copa América. La primera debe procurar encaminarla desde ahora, para la segunda tiene la oportunidad servida en junio y julio próximos.

Un clásico gris y un 'nuevo Messi'

Con más de una década sentado en el trono mediático como “el mejor del mundo”, un calificativo al que solo ha hecho permanente resistencia Cristiano Ronaldo, Messi es el jugador que más imán proyecta en la eliminatoria de la Conmebol, por ello la derrota del Barcelona el pasado domingo 2-0, ante el Real Madrid, dejó abiertas incógnitas sobre su presente de cara al segundo partido clasificatorio de Argentina frente a Bolivia en La Paz, el martes 31 de marzo (no podrá estar por sanción de la Conmebol en el primero ante Ecuador, en Buenos Aires, el viernes 27 de marzo).

A Messi se le vio solo ráfagas de su buen juego, incómodo en su posicionamiento en el campo, controlable por la defensa rival, falto de eficacia, un tanto lento, a veces molesto y descontrolado como en la patada sobre Casemiro. Jugando con el Barcelona ha alcanzado los picos más altos de su rendimiento, su calidad y destreza. De allí surgió un criterio general que al balancear sus logros dispares entre el Barcelona y la Selección Argentina, sustenta que en el Barcelona cuenta con un equipo hecho a su medida, mientras en la Selección Argentina se encuentra con un conjunto que no corresponde a su nivel y dinámica de juego.

Los jugadores y los equipos mutan, para mejorar o para perder trascendencia, ya sea porque buscan hacerlo o porque las condiciones cambiantes lo imponen etc., pero lo cierto es que al club Barcelona se le ha hecho cada vez más dificultoso concebir un equipo en torno a Messi con las cualidades y efectividad de años anteriores. Una situación que le desfavorece, pues asume y acumula un mayor desgaste al no encontrar los socios confiables de antaño con los que repartía responsabilidades, pero también lo podría inclinar a sentirse más acompañado en este momento con la propuesta renovadora que ha ido moldeando el técnico de la Selección Argentina, Lionel Scaloni, encontrando en la selección albiceleste lo que otrora le ofrecía el Barcelona: un fútbol de conjunto consistente que le acompañe.

Lionel Scaloni tomó interinamente las riendas de la Selección Argentina después del fracaso en Rusia 2018, superando la fuerte oposición del poderoso periodismo argentino (que lo consideraba no apto para ese cargo). Aunque no ha logrado un título, la ventaja de los resultados positivos sobre los negativos le ganaron la continuidad en el cargo. A Messi se le ha visto empático con Scaloni, manifestando su complacencia por la sociedad que podría armar con Lautaro Martínez, la joven perla del fútbol argentino que brilla en el Inter de Italia y que el Barcelona quiere adquirir.

La sonrisa ausente en el rostro de Messi, ante el Real Madrid del pasado domingo, podría regresar a su versión feliz con la selección, si Scaloni continúa dando en la tecla con la renovación. El 31 de marzo cuando juegue ante la siempre difícil Selección de Bolivia, en la asfixiante altura de La Paz, Messi posiblemente dará pistas de si está mutando y concede leña al fuego de afirmaciones negativas como las del célebre ex portero argentino Hugo Gatti, después del clásico español: “Messi ya parece un exjugador de fútbol”.

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