Kevin Durant, el punto de inflexión en estas finales

Golden State Warriors tiene prácticamente el mismo equipo que en las dos últimas temporadas llegó a las finales de la NBA, dividiendo honores con los Cavaliers de Cleveland.

En esta campaña, sin embargo, solo añadieron un jugador conocido en su plantilla; no cualquier canastero, uno sólido y lo más importante: hambriento de un campeonato.

Kevin Durant fichó con los Warriors por 56 millones de dólares y solo dos temporadas. La idea del equipo era reforzar con un jugador estelar a un plantel repleto de talento individual y que juegan en conjunto como una orquesta bien afinada.

El jugador ha sido señalado tal vez con más dureza de lo que en su momento fue LeBron James, cuando armó su triunvirato que le llevó a cuatro finales y dos campeonatos con el Miami Heat, junto con Dwyane Wade y Chris Bosh.

‘Juego para ser campeón, ese es el objetivo, hacia allá estamos caminando todos aquí'

KEVIN DURANT,

GOLDEN STATE WARRIORS

Entonces, James fue acusado por los aficionados de los Cleveland Cavaliers y en general de la NBA de haber armado un equipo para satisfacer su ego. ¿Quién no querría formar un equipo para ganar campeonatos como objetivo supremo?

Cuando Durant dejó a Oklahoma City para fichar por Golden State, se le señaló como ‘un hombre ingrato', y peor, ‘un traidor que tomó el camino más fácil para ganar un campeonato'.

La verdad es que Durant no ha ganado más que un partido de los cuatro que necesitan los Warriors para recuperar el trono que perdieron dramáticamente en siete encuentros en la pasada temporada.

Luciendo impresionante en el partido del jueves, Durant anotó 38 puntos, la segunda mayor cantidad de puntos sin pérdidas de balón en un encuentro de finales de la NBA desde 1978.

Jugó perfecto. Muestra clara del enfoque que tiene en busca del objetivo del campeonato para los Warriors.

Golden State está a lid de tres triunfos del campeonato, y si ganan esta noche en la Arena Oracle de Oakland, darán un segundo paso en esa dirección.

El camino para Kevin Durant en esta final sigue por el momento despejado, a menos que LeBron James se le interponga y le saque de golpe de la ilusión y el sueño.