Un mendigo en un banco de oro

Actualizado
  • 06/11/2008 01:00
Creado
  • 06/11/2008 01:00
Y el diagnóstico nos llevaría a una reveladora conclusión: “El fútbol panameño es un mendigo sentado en un banco de oro”. La cita parafr...

Y el diagnóstico nos llevaría a una reveladora conclusión: “El fútbol panameño es un mendigo sentado en un banco de oro”. La cita parafrasea el célebre pensamiento del sabio italiano Antonio Raimoindi, refiriéndose a la realidad del Perú a finales del siglo 19.

Para llegar a esta conclusión, Raimondi investigó exhaustivamente la fauna, la flora y la geología peruana. Porque haciendo la excepción del ente federativo, la percepción generalizada es que nuestro fútbol carece de apoyo económico y proyecta la imagen de un indigente. Porque una cosa es la FEPAFUT a nivel ejecutivo, y otra es la realidad la del fútbol de base federativo.

La FEPAFUT, con casi ningún esfuerzo y escasos recursos humanos, recauda sumas millonarias gracias al apoyo cuatrenial de un millón de dólares proporcionado por la FIFA y el de sus patrocinadores quienes respaldan al ente federativo por la proyección mediática de sus selecciones nacionales.

En el fútbol de base federativo, llámese ligas distritales, con esfuerzos heroicos y enormes y valiosos recursos humanos, es casi nulo el apoyo federativo y mediático.

Una cosa es la cúpula dirigencial de la FEPAFUT y los que la sostienen (dirigentes de ANAPROF y presidentes de ligas provinciales) quienes disfrutan a plenitud de su bonanza económica. (Turísticos viajes al exterior, con hospedaje y alimentación, incluyendo sus respectivos viáticos).

Mientras la FEPAFUT paga totalmente el arbitraje de los partidos de la ANAPROF, en la otra cara de la moneda está la imagen de una multitud de quijotescos dirigentes de sol y lluvia proyectando la miseria económica de sus organizaciones ante la indolencia federativa.

Esta paradoja es sólo una parte de nuestra realidad futbolística. Continuemos, caro lector, investigando exhaustivamente.

Veamos: Se juega fútbol por todas partes, en todas las clases sociales; sin orden, sin Dios y sin ley que lo regule. Se juega fútbol en canchas privadas pagando alquileres suntuosos y también en canchas estatales.

Sin el apoyo federativo prolifera una multitud de Escuelas de Fútbol, algunas con estructuras impresionantes y con instructores de buen nivel como la del Real Madrid. Y otras de sol y lluvia.

El Club Rotario, sin el respaldo de la FEPAFUT, aglutina a miles de niños desde hace más de 20 años organizando torneos invirtiendo miles de dólares.

Y qué decir de las ligas de veteranos, de periodistas, empresariales, bancarias, estatales. Y si seguimos investigando… Sin ninguna duda llegaríamos a la conclusión de Antonio Raimondi.

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