Brasil lastrado por la economía y la corrupción

Actualizado
  • 06/04/2015 02:00
Creado
  • 06/04/2015 02:00
Una economía en recesión y una crisis política por los escándalos de corrupción en una petrolera estatal debilitan la postura del país

Brasil, ‘locomotora’ de América Latina en los últimos años, llega a la Cumbre de las Américas lastrado por una economía casi en recesión y la crisis política generada por los escándalos de corrupción que afectan al Gobierno de Dilma Rousseff.

La mandataria fue reelegida en octubre pasado en unos muy reñidos comicios, en los que se impuso por apenas tres puntos porcentuales al senador opositor Aécio Neves, y la de Panamá será su segunda Cumbre de las Américas, tras la celebrada en Cartagena de Indias (Colombia) en 2012.

Rousseff, quien llegó al poder en 2011, cuando sucedió a su mentor político, Luiz Inácio Lula da Silva, comenzó su segundo mandato el 1 de enero y desde entonces sus índices de popularidad se han desmoronado, abatidos por serias dificultades económicas y un colosal escándalo de corrupción en la estatal Petrobras.

Según datos oficiales, la economía brasileña creció el año pasado un 0.1 %, tras expandirse un 2.7 % en 2013, solo un 1.8 % en 2012 y un 3.9% en 2011.

Para este año las previsiones son peores y el mercado financiero espera una contracción del 1%, según una encuesta realizada por el Banco Central y publicada el pasado lunes.

En opinión de los analistas del sector privado, la situación económica es producto de gruesos errores en la gestión de Rousseff, como un excesivo proteccionismo y numerosos subsidios que ahora, en su segundo mandato, la mandataria intenta desmontar.

Rousseff también ha empezado a aplicar un duro ajuste fiscal, que implica una fuerte reducción del gasto público y alzas de la carga tributaria, con las que apunta a equilibrar las deficitarias cuentas públicas, que en 2014 cerraron en rojo por primera vez desde 2001.

Sin embargo, el propio Gobierno admite que el impacto del ajuste fiscal se sentirá en el medio plazo y que, en los primeros meses, la consecuencia será una contracción económica mayor. Eso ocurre en un escenario en el que casi todos los indicadores económicos son negativos y la desconfianza de los inversores crece y se refleja en la bolsa de Sao Paulo y el mercado cambiario, en el que el real se ha devaluado hasta llegar a los niveles que tenía hace más de una década.

En 2014, la producción industrial cayó un 1.2 %; las inversiones mermaron un 4.4% y el consumo familiar, el gran motor del mercado interno, aumentó sólo un 0.9 %, que supuso su peor desempeño desde 2003.

También el año pasado, la producción fabril, sobre todo en el estratégico sector automotor, cayó un 3.8 % y la construcción civil se contrajo un 2.6 %, todo lo cual encierra una seria amenaza para la tasa de desempleo, que llegó en febrero pasado a casi el 6 %.

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Dilma Rousseff,

‘ Vamos a cortar y racionalizar los gastos del Gobierno’

PRESIDENTA DE BRASIL

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