Mitos y realidades sobre el comercio

Actualizado
  • 27/03/2016 01:00
Creado
  • 27/03/2016 01:00
En esta reñida campaña, un área de acuerdo une a los principales candidatos: el comercio

En esta reñida campaña, un área de acuerdo une a los principales candidatos: el comercio.

Bernie Sanders se jacta de haberse opuesto a todos los acuerdos comerciales; Hillary Clinton ahora rechaza el Acuerdo Trans-Pacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), éxito comercial del presidente Obama que en una época ella apoyó; y Donald Trump culpa a negociadores comerciales incompetentes por las devastadoras pérdidas de puestos de trabajo que se transfirieron a China y que podrían curarse con un arancel del 45% sobre las importaciones chinas.

Hay que tomar todo esto con pinzas.

Es cierto, el influjo de importaciones chinas en los últimos 15 años costó hordas de puestos de trabajo en Estados Unidos. En un estudio reciente, tres respetados economistas —David Autor, del Massachussets Institute of Technology; David Dorn, de la Universidad de Zurich y Gordon Hanson, de la Universidad de California en San Diego— calcularon que la pérdida de puestos de trabajo manufactureros fue de 985,000, entre 1999 y 2011.

Pero esa gran cifra requiere contexto. En el mismo período de tiempo, todos los puestos manufactureros de Estados Unidos cayeron en 5.8 millones; la porción causada por China representó un poco menos de un quinto.

Cuando los economistas sumaron el impacto de China sobre empresas no-manufactureras, la caída de puestos más que se duplicó a 2.4 millones. Aun así, esa cifra representa menos del 2% del total de 131 millones de empleados de la nómina en 2011, y 143 millones en la actualidad. La Gran Recesión fue más poderosa en la destrucción de puestos de trabajo (8.7 millones de puestos de trabajo perdidos en dos años).

Además, hay puestos de trabajo en exportaciones. Como las exportaciones de Estados Unidos representan alrededor de un 80% de las importaciones, contrarrestan la mayoría —aunque no la totalidad— de la pérdida de puestos relativos al comercio. En 2014, las exportaciones generaban 11.7 millones de puestos, según el Departamento de Comercio: 7.1 millones para productos (aviones, equipo médico) y 4.6 para servicios ( software, films ).

El debate del comercio produce mitos. He aquí tres de ellos.

Mito: Los persistentes déficits comerciales de Estados Unidos reflejan los recientes acuerdos de libre comercio y, dice Trump, los despistados negociadores norteamericanos

Realidad: La causa subyacente de los déficits comerciales de Estados Unidos es el papel especial del dólar como principal moneda internacional del mundo.

Estados Unidos ha tenido déficits comerciales anuales continuos desde 1976, mucho antes del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (1994) y de que China se integrara en la Organización Mundial de Comercio (2001). La explicación es que se utiliza el dólar para las transacciones comerciales, para realizar inversiones a través de las fronteras y para las reservas internacionales —de los gobiernos.

La consecuente demanda de dólares en los mercados extranjeros de cambio eleva el valor del dólar en relación con las demás monedas. Por esa causa las exportaciones norteamericanas son más caras y las importaciones a los Estados Unidos, más baratas. En el pasado, Japón y China magnificaron el efecto manteniendo sus monedas artificialmente bajas. Los economistas debaten en qué medida ocurre eso ahora, si es que ocurre.

Mito: Los norteamericanos se han vuelto decididamente en contra de las políticas de libre comercio.

Realidad: La opinión pública durante mucho tiempo ha sido ambigua, tanto a favor como en contra.

Una encuesta de Pew de 2015 refleja la ambivalencia. Por 58 contra 33%, los encuestados hallaron que los acuerdos de libre comercio son ‘positivos'. Más norteamericanos (un 42 contra un 36%) piensan que las finanzas de su familia se benefician. Pero cuando se les preguntó de qué manera los acuerdos afectan los jornales, el 46% dijo ‘más bajos' y sólo un 11% dijo ‘más altos' (el resto: no hay diferencia.)

Mito: El gran déficit comercial (540,000 millones de dólares en 2015) es causa importante del lento crecimiento económico de Estados Unidos.

Realidad: Aunque el déficit ascendente perjudica, los daños son modestos. Comparada con muchos países, la economía de Estados Unidos está impulsada principalmente por el consumo interno .

Estamos menos integrados en la economía mundial que la mayoría de los países. En 2014, exportamos alrededor del 14% de nuestra producción (producto bruto interno). En cambio, la misma ratio exportación-a-PBI fue del 23% para China, 46% para Alemania y 50% para Corea del Sur, informa el Peterson Institute. (Los países con grandes exportaciones también tienen grandes importaciones.) Aun así, el lento crecimiento económico en el exterior daña la economía norteamericana al debilitar la demanda de nuestras exportaciones.

La política de comercio abierto ha sido positiva para Estados Unidos. Avanzó nuestros objetivos estratégicos —apoyando la recuperación de Europa en la década de 1950 y 1960, mejorando las relaciones con México en los años 90— mientras ofreció a los consumidores norteamericanos más selección y precios más baratos. El problema constante es que los beneficios son recibidos por muchos habitantes mientras que los costos sociales se concentran en trabajadores desempleados y empresas en bancarrota.

Aún no pudimos resolver ese problema, en parte porque es difícil trazar una línea entre las empresas que quiebran debido a la competencia extranjera y las que quiebran por la competencia interna. El dólar se ve involucrado en un dilema similar. Un dólar ‘fuerte' es positivo para el mundo; crea una cierta confianza. Pero un dólar fuerte también penaliza a los exportadores norteamericanos y subsidia a los importadores norteamericanos. Satisfacer ambos objetivos simultáneamente es difícil.

La retórica engañosa de la campaña es peligrosa si conduce al próximo presidente a iniciar una guerra comercial (Trump) o a repudiar el Acuerdo Trans-Pacífico de Cooperación Económica (Clinton y Sanders). Es mejor vigilar la manipulación de la moneda y los subsidios ilegales. Las alternativas son más atractivas políticamente pero implicarían una enorme herida económica autoinfligida.

ANALISTA DE THE WASHINGTON POST

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‘Como las exportaciones de Estados Unidos representan alrededor de un 80% de las importaciones, contrarrestan la mayoría de la pérdida de puestos relativos al comercio'.

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‘Un dólar ‘fuerte' es positivo para el mundo; crea una cierta confianza. Pero un dólar fuerte también penaliza a los exportadores...'.

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GM TABLA BULLET

Es jefe de la ONU desde el 1 de enero del año 2007. Asumió en

remplazo de Kofi Annan. Lleva dos periodos continuos al frente de esta organización.

Nació en Corea del Sur e inició su vida diplomática en su país, donde llegó a ser Ministro de Relaciones.

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