Cepal y OPS: 'Si no se controla la curva de contagios, no será posible reactivar la economía'

Actualizado
  • 05/08/2020 13:05
Creado
  • 05/08/2020 13:05
Según los organismos, tanto el control de la pandemia de la covid-19 como la reapertura económica requieren políticas nacionales integrales de salud, económicas y sociales

“Si no se controla la curva de contagio de la pandemia, no será posible reactivar la economía de los países”, advierte la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en su nuevo informe conjunto publicado hoy: “Salud y economía: una convergencia necesaria para enfrentar el covid-19 y retomar la senda hacia el desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe”.

Sin embargo, señalan que tanto el control de la pandemia como la reapertura económica requieren liderazgo y una rectoría efectiva y dinámica de los Estados, mediante políticas nacionales que integren políticas de salud, políticas económicas y políticas sociales.

También abogan por un aumento del gasto fiscal para controlar la pandemia y favorecer la reactivación y la reconstrucción; y porque éste sea más eficaz, eficiente y equitativo, de modo que el gasto público destinado a la salud alcance al menos el 6% del producto interno bruto.

“Para que América Latina y el Caribe tenga éxito en esta etapa crítica, las medidas de distanciamiento físico necesarias para enfrentar la pandemia deben complementarse con medidas urgentes de protección social para la población, que garanticen sus ingresos, alimentación y acceso a los servicios básicos”, subrayan en el prólogo del estudio la secretaria general de la Cepal Alicia Bárcena y la directora de la OPS, Carissa F. Etienn.

Por otra parte, indican que la fase de reapertura de la economía debe ser gradual y basarse en protocolos sanitarios que permitan controlar el virus y su propagación, además de proteger a los trabajadores, en particular a los de la salud.

De esta manera, consideran que los países “garantizarán” una reactivación y un entorno laboral seguros. Pero, para ello, es necesario definir y poner en práctica normas y procedimientos que minimicen los riesgos de contagio, que favorezcan una reacción rápida a un entorno de salud pública dinámico y que contemplen, además, los aspectos concretos de los niveles subnacionales o locales.

Este informe conjunto se publica en un momento en el que varios países de América Latina se han convertido en el epicentro de la pandemia de la covid-19. América Latina y el Caribe rozaron este lunes los cinco millones de contagiados de coronavirus que, de acuerdo con cifras del Comité de Emergencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Se estima que los números más significativos de contagiados en Latinoamérica los acumula Brasil con 2.750,318, seguido por México (439,046), Perú (428,850), Chile (361,493), Colombia (317,651) y Argentina (201,919), según el recuento de la Universidad Johns Hopkins, cuyos datos precisan que este lunes los enfermos de esta parte del mundo alcanzaron los 4,985.039 enfermos.

En por su parte en Panamá, hasta el corte de ayer se contabilizó 69,429 casos de contagios acumulados. De los cuales 43,330 son pacientes recuperados y 24,572 son casos activos; y 1,522 defunciones acumuladas, con una tasa de letalidad del 2.2%.

De acuerdo con los organismos, la región es en particular "vulnerable" por sus altos niveles de informalidad laboral, urbanización, pobreza y desigualdad, así como por sus sistemas frágiles de salud y protección social, y una parte importante de la población vive en condiciones de vulnerabilidad que requieren una atención especial. Los países del Caribe han logrado controlar la pandemia con mayor rapidez, mientras que en América Latina los niveles de contagio siguen sin disminuir.

En conclusión, estos dos organismos internacionales consideran que la salud es un “derecho humano” fundamental y un bien público que debe ser garantizado por el Estado mediante políticas de salud e intervenciones intersectoriales que aborden los principales determinantes económicos y sociales.

Para ambos organismos, es evidente que estas transformaciones requieren del fortalecimiento de las funciones esenciales de la salud pública y de una gobernanza y modelos de financiamiento que sean adecuados, eficaces, equitativos y acordes con un enfoque de atención primaria de salud y que den prioridad a las poblaciones en condiciones de vulnerabilidad.

En ese sentido, señalan que deben promoverse sistemas integrales y universales de acceso a la salud y a la protección social y debe prestarse especial atención a la igualdad de género y al aumento de la demanda de cuidados, tanto remunerados como no remunerados.

“Las iniciativas para responder a la pandemia deben considerar el acceso universal a servicios de salud esenciales de calidad, tanto los asociados al coronavirus como al resto de las necesidades de salud. Los sistemas y las instituciones de salud han de garantizar el acceso a servicios integrales y la incorporación de criterios de salud pública que actúen como ejes del fortalecimiento y la transformación de los sistemas hacia la salud universal”, destacan.

Finalmente, invitan a todas las autoridades de las esferas de la salud, la economía y el bienestar social, así como a los líderes políticos, del ámbito académico y de la sociedad civil, a analizar la evidencia y los puntos de vista que aquí se presentan y a evaluar la implementación de lineamientos adaptados a las especificidades de sus países, con miras a promover la resiliencia de la sociedad y, en definitiva, la salud y el bienestar de la población, con la igualdad en el centro.

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