Ante la compleja situación social y política que atraviesa nuestro país la Conferencia Episcopal Panameña, el Comité Ecuménico y el Comité Interreligioso,...
- 26/08/2015 02:00
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, admitió ayer que la crisis en que se ha sumergido la economía del país se mantendrá en 2016 y lo atribuyó a las turbulencias globales, de las cuales dijo que se desconoce cómo podrán evolucionar.
‘Espero una situación mejor' para el año próximo, pero ‘no hay cómo garantizar que la situación será maravillosa, porque no será así', dijo la mandataria, quien reconoció que Brasil ‘va a seguir teniendo muchas dificultades'.
Según Rousseff, aún ‘no se sabe cuál será la repercusión de todo lo que está ocurriendo en la economía internacional' y, en especial, de las turbulencias que afectan a China, que se ha convertido en el principal destino de las exportaciones brasileñas.
En una entrevista con radios del estado de São Paulo, Rousseff indicó que la economía brasileña, que está al borde de una recesión y que este año cerrará con una contracción de al menos un 1.5%, de acuerdo con datos oficiales, ‘requerirá mucho cuidado' en 2016.
De acuerdo con analistas del mercado financiero, la economía brasileña se encogerá este año casi un 2% y esa tendencia se mantendrá en 2016, para cuando se prevé que se contraiga otro 0.24%.
Pese a todo, Rousseff se manifestó esperanzada en que el plan de ajuste fiscal ayudará a minimizar el impacto externo en la economía nacional.
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‘No hay cómo garantizar que la situación será maravillosa, porque no será así',
DILMA ROUSSEFF
PRESIDENTA DE BRASIL