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El artista fue asesinado de varios impactos de bala...
Con una política basada en ideas libertarias, el presidente electo de Argentina, Javier Milei, va a intentar lograr el equilibrio fiscal de una nación que lidia con una inflación anual de 150% y un tipo de cambio paralelo de $950 pesos argentinos por dólar, en tan solo un año.
“2024 va a terminar con equilibrio fiscal”, aseveró el economista, en una entrevista concedida al medio argentino Neura, esta semana.
La calificadora de riesgo Standard & Poor's Global Ratings (S&P Global Ratings), emitió un informe en el que planteó que si Milei desea concretar la dolarización de la economía argentina, deberá hacerlo en un momento en el que la nación sudamericana presenta bajos niveles de reservas internacionales brutas, que ascienden a $20.000 millones, y negativas, en términos netos, ocasionadas por un desequilibrio macroeconómico, una enorme sequía que le ha generado al país una pérdida de, al menos, $20.000 millones en ingresos por exportaciones y, una fuga de capitales que continúa en aumento.
“La expansión fiscal vía aumento de gasto y baja de impuestos previa a las elecciones llevada a cabo por la actual administración, incrementó la presión sobre las ya estructuralmente frágiles cuentas fiscales”, indicó el informe.
Tras su victoria, el libertario, que no cuenta con respaldo mayoritario en el Legislativo, afirmó que iba a iniciar un proceso de “reconstrucción” en su nación, el cual se pretende conseguir sin gradualismos, mediante la reducción del tamaño del Estado, la desregulación de la economía, la recuperación de credibilidad en los contratos estatales, el estado de derecho y el ordenamiento de la política fiscal y monetaria de Argentina.
Estas medidas son vistas como positivas por S&P Global. “Si estos planes se ejecutan con éxito, podrían respaldar un mayor crecimiento y prosperidad [en el país]”.
Desde la calificadora de riesgo creen que si bien se han planteado ideas positivas, la falta de gobernabilidad va a representar una gran amenaza para su realización. “Para corregir el complejo panorama económico se necesita una gestión política y económica astuta, combinada con una comunicación bien articulada con el electorado, incluida la clase media, los sindicatos, las empresas y los movimientos sociales”, ponderan.
Adicionalmente, las complejas condiciones económicas y sociales propias de un país con una pobreza superior al 40% pueden hacer que los “dolorosos costos de ajustes de políticas” sean demasiado fuertes como para que la población más vulnerable lo soporte.
El lado positivo es que el presidente electo cuenta con un amplio respaldo popular, producto del apoyo recibido en las urnas (55,69% de los votos), el cual puede ayudarlo a generar coaliciones que le permitan incrementar los 38 escaños que tienen en la Cámara de Diputados (que cuenta con 257 escaños) y los 8 senadores que posee en la Cámara Alta (conformada por 72 senadores) y, de esa forma, aprobar las medidas que necesita.
Pese a que Milei afirmó que tiene pensado cumplir con los compromisos económicos que tiene su país, S&P Global Ratings le dio una calificación soberana de CCC- a Argentina, lo que representa el mayor riego de incumplimiento de pago de la deuda que tiene. El soberano no tiene acceso a los mercados globales de capital. “En lo que resta del año, no hay vencimientos de bonos globales, pero a partir de 2024 los vencimientos comienzan a aumentar conforme empiezan a vencer los bonos step-up. En 2024 vencen capital e intereses por $4.300 millones, y $9.400 millones en 2025-2026”, detalló la calificadora.
“La deuda emitida localmente denominada en pesos o vinculada a la inflación o al tipo de cambio que vence durante el próximo año equivale a $100.000 millones, y hay algunos pagos que vencen en lo que queda de 2023. La mayor parte de esta deuda está en manos de entidades del sector público, incluido el banco central (BCRA) y el instituto de seguridad social (ANSES), pero todavía hay una porción relevante de acreedores privados”, anexó.
Estos datos no toman en consideración la deuda contraída con el Fondo Monetario Internacional, una entidad que, en estos momentos, no tiene una buena relación con este territorio. “El gobierno de Fernández dio marcha atrás con sus compromisos negociados luego de los desembolsos del fondo”. Está previsto que el FMI lleve a cabo la próxima revisión del Servicio Ampliado del Fondo (SAF) en noviembre.
La mitad del gasto total del gobierno es producto del dinero que se da a las provincias, es por eso que la relación de Milei con los gobernadores será clave en el proceso de corrección fiscal que emprenderá el país. “Las provincias argentinas en general se benefician de una base fiscal más sólida que la del Gobierno nacional, aunque esto será extremadamente difícil de mantener bajo las actuales distorsiones macroeconómicas, volatilidad e incertidumbre. La alta inflación fue clave para la consolidación fiscal en 2020-2022 porque, si bien los ingresos se ajustan casi automáticamente, el gasto en términos reales se erosionó, en particular los salarios”, relató la calificadora.
Estos gobiernos pueden implicar una presión adicional en los planes del político libertario, el cual tiene previsto limitar las transferencias no automáticas que reciben, las cuales representan, en promedio, entre el 6% y 20% de los ingresos que tienen las provincias.
La mayor parte de las empresas argentinas están preparadas para aprovechar una mejora potencial de la economía, dado que se han mantenido conservadoras, asegurando reservas de efectivos y un apalancamiento en niveles bajos durante los últimos cuatro años. “Las reservas de efectivo en promedio representaban 80% de las deudas a corto plazo al 30 de junio de 2023, mientras que los índices medios de deuda neta a EBITDA estaban cerca de 3x (veces). Además, los vencimientos de bonos nacionales y transfronterizos parecen manejables para 2024”, comentó S&P Global.
El problema es que la escasez de dólares y la alta inflación siguen afectando el perfil crediticio de las empresas y un plan de estabilización implica aplicar medidas impopulares, así que es posible que el primer semestre de 2024 sea desafiante para las corporaciones.