‘Evolución de los contratos tramitados por el Mitradel, síntoma de la debilidad estructural de la economía’

Actualizado
  • 10/01/2024 00:16
Creado
  • 09/01/2024 19:39
Así lo afirmó el consultor laboral, René Quevedo, advirtiendo que los jóvenes son las principales víctimas de la ‘precarización laboral ocasionada por el deterioro de la confianza en el clima para la inversión privada en sectores clave’

El Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel) tramitó unos 227,558 contratos de trabajo de enero a octubre de 2023, lo que representa un aumento de 13.9%, si se compara con igual periodo del 2022, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (Inec) que publicó la Contraloría General.

Del total, 114,383 contratos fueron tramitados en la sede central del Mitradel y 113,175 en las sedes regionales. La mayor parte fueron contratos definidos (56,511 en la sede central y 55,710 en la regional).

Solo en el 2022, el Mitradel tramitó 199,752 contratos, en 2021 se contabilizaron 183,519, en 2020 fueron 109,263 y en 2019 unos 326,789, lo cual evidencia que para la fecha todavía no se han recuperado las cifras de contratación laboral prepandemia.

El consultor laboral, René Quevedo, analizó estos resultados y consideró que la “evolución de los contratos laborales tramitados por el Mitradel no es un fenómeno coyuntural, sino uno de los síntomas visibles de una debilidad estructural de la economía panameña”.

A su parecer, la economía panameña “no está creando empleos de calidad” y los nuevos empleos formales los genera el gobierno. “La planilla estatal y los subsidios son el refugio de quien no encuentra trabajo en una economía que no genera empleos dignos de manera sostenible”, aseveró.

Precarización y estatización laboral

De acuerdo con Quevedo, la evidencia es contundente. Profundizó en que, según cifras del Inec, en la última década (2013-2023) se crearon 266,264 empleos, pero hoy tenemos 25,705 asalariados privados menos y 77,234 funcionarios más, al tiempo que se agregaron 214,735 nuevos informales a la economía.

“La economía está generando empleo informal. Los empleos formales los está creando el Gobierno (que es, por definición, el sector no productivo de la economía). Y, estos empleos formales que crea el Gobierno (planilla estatal), los está financiando con préstamos. Eso no es sostenible”, advirtió el especialista.

Quevedo estimó que “cada trabajador formal del sector privado que perdió su empleo en la última década fue reemplazado en la economía por tres funcionarios y ocho informales”. Aseguró que este patrón se mantuvo con la pandemia y entre agosto 2019 y agosto 2023 se crearon 17,974 empleos, que es el saldo resultante de la pérdida de 19,812 empleos asalariados del sector privado y la incorporación de 36,482 funcionarios a la planilla estatal, al tiempo que se agregaron 49 mil nuevos informales a la economía. “En el 2023 hay casi 20 mil asalariados privados menos que antes de la pandemia y 26 mil menos que hace 10 años, síntoma de una fuerte precarización laboral ocasionada por el deterioro de la confianza en el clima para la inversión privada en sectores clave”, apuntó Quevedo.

Paralelamente, añadió que hoy tenemos más de 36 mil funcionarios que antes de la pandemia y más de 77 mil que en el 2013. Al mismo tiempo indicó que este comportamiento es debido a que los seis sectores que generan la mayoría de los empleos en el país dejaron de ser atractivos para la inversión privada y, en consecuencia, generan principalmente empleo informal, como lo demuestran sus altos índices de informalidad laboral.

Estos sectores son: comercio interno (54% de informalidad, Inec, abril 2022), construcción (73%), logística (61%), industria (64%), hoteles/restaurantes (62%) y otras actividades de servicio (87%), niveles muy superiores a la informalidad laboral de la economía en su conjunto (47.4% a agosto 2023). “La economía no está generando empleos dignos, los empleos formales los está creando el Gobierno, financiados con deuda externa. Esto no es sostenible”, afirmó.

A este escenario, dijo Quevedo, hay que sumarle el impacto que tendrá la suspensión de las actividades mineras. En este contexto, cree que “eliminar abruptamente 5% del producto interno bruto (PIB), 14% de la Inversión Extranjera Directa (IED) y 21% de toda la IED que ha entrado al país desde que tenemos grado de inversión, traerá importantes consecuencias, a nivel nacional e internacional, erosionando aún más la credibilidad de nuestro país como destino confiable para la IED, área donde hemos venido perdiendo competitividad en los últimos años”.

Hace diez año, Panamá acaparaba la atención del mundo financiero, pero las cosas cambiaron, una década y una pandemia después. Según el reciente informe KPMG 2023 M&A in Latam Survey (de mediados de 2023), México, Brasil y Costa Rica lideran el atractivo para la IED, y Panamá ocupa el noveno lugar, superado también por Colombia, Perú, Uruguay y Argentina.

Aparte del efecto a corto plazo, relacionado en los empleos directos, indirectos e inducidos, así como el efecto en el consumo, “el impacto mayor será en el clima para la inversión privada, principal causa de la precarización y estatización laboral de la última década”.

Para Quevedo, “el gran reto para generar empleo de calidad es que haya demanda sostenible, que a su vez genere la confianza para invertir”. De lo contrario, seguiremos generando informales.

“La incertidumbre es el peor enemigo de la inversión y la generación de empleo. Nuestra crisis laboral no es de empleo, sino de confianza”, aseveró Quevedo. Peor aún, “los jóvenes son las principales víctimas de la precarización laboral”, sostuvo el consultor laboral.

Sobre lo que está pasando con la contratación privada explicó que “no son suficientes (los contratos que se han estado dando), máxime que las tres cuartas partes de los contratos laborales que tramita Mitradel son temporales (definidos o por obra terminada). No se generan empleos formales en la economía porque los sectores que generan la mayoría de los empleos dejaron de ser atractivos para la inversión privada”.

Explicó que “al no haber inversión privada, estos sectores generan principalmente empleo informal, y para que haya inversión privada tiene que haber confianza. Esto a su vez implica que se deben crear las condiciones para que haya demanda sostenible (por lo menos que haya perspectiva confiable). Sin esa perspectiva, se mantiene la incertidumbre, que da lugar a la generación de empleo informal”.

Indicó que dentro de esa sostenibilidad juega un papel importante la burocracia, seguridad jurídica, restricciones de movilidad, marco jurídico y otros factores. “La burocracia está ahogando a la empresa privada. Dos de cada tres trabajadores en el país son informales o empleados de empresas con menos de 10 colaboradores. Los micro y mini empresarios son la columna vertebral del empleo en Panamá”, apuntó Quevedo.

Sube la demanda y cae la oferta de empleo digno

Entre enero y octubre 2023, el Mitradel tramitó unos 23 mil nuevos contratos laborales por mes, 30% menos que los 33 mil mensuales procesados por la entidad en el mismo período del 2019, lo cual implica una importante disminución en el número de vacantes a las que pueden optar los jóvenes, dijo Quevedo, estimando que la economía hoy “genera 115 mil vacantes anuales menos que antes de la pandemia”.

“Los jóvenes han venido adquiriendo un cada vez mayor protagonismo en el país, pero cifras oficiales de los últimos 10 años muestran una sistemática alienación de la población joven del ámbito laboral, que lejos de ser un fenómeno coyuntural, se va a agravar”, dijo.

Con relación al 2013, por cada 100 jóvenes de 15 a 29 años, hay seis menos trabajando, seis más estudiando y hay un “nini” menos.

De acuerdo con el Inec, en agosto 2013, los jóvenes de 15 a 29 años eran 33% de la población en edad productiva (15+ años), 28% de los trabajadores y 61% de los desempleados en el país. 56% de ellos estaba interesado en trabajar (Población Económicamente Activa, PEA). En agosto 2013, el desempleo juvenil era 15% y había 203,180 “ninis” en ese rango de edad.

Entre el 2012 y 2013 se incorporaron 4,202 nuevos trabajadores por mes a la fuerza laboral, con una edad promedio de 47 años y 9.6 años de instrucción formal. Un tercio de esos empleos benefició a trabajadores con menos de 30 años, 91% de los nuevos empleos requirieron 12 o menos años de escolaridad.

El especialista laboral enfatizó en que en el significativo aumento de la población estudiantil mayor de 15 años (70,503 en 4 años) y la importante reducción de las vacantes, hacen prever “el agravamiento de la tendencia al aumento de la demanda (más jóvenes buscando trabajo digno) y la disminución de la oferta (menos vacantes disponibles para ellos), traen como consecuencia una aún mayor alienación de nuestros jóvenes del ámbito productivo”. Por eso, insistió que “urge mejorar la confianza de que invertir en Panamá es buen negocio. En la medida en que el clima para invertir en el país mejore, se irán abriendo oportunidades para los jóvenes en el futuro. Sin inversiones no habrá contrataciones y seguiremos generando informales, con los jóvenes siempre siendo los más afectados”.

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