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- 15/10/2008 02:00
- 15/10/2008 02:00
PANAMÁ. El negocio del combustible en Panamá encaja perfectamente con la definición de oligopolio y aunque desde el Ministerio de Comercio e Industrias (MICI) se diga que el mercado está abierto, la realidad es que solo cinco petroleras controlan el mercado desde hace más de diez años.
Hay quienes piensan que además de las distorsiones, la complicada fórmula de paridad y el secreto, lo que no permite una mayor transparencia en este mercado, es la relación estrecha entre las petroleras y algunas figuras del gobierno, que han salido de la propia industria.
Casos puntuales son el director de Hidrocarburos, Wolfram González que trabajó para la trasnacional The Shell Company y el ex ministro de Comercio Alejandro Ferrer, quien laboró en un bufete de abogados relacionado con las petroleras.
Ambos funcionarios han dicho en reiteradas ocasiones que como panameños tienen derecho a ejercer sus profesiones.
Giovani Fletcher, presidente del Instituto Panameño de Derecho de Consumidores y Usuarios (IPADECU) asegura que los últimos dos gobiernos poco han hecho en el tema de los hidrocarburos porque según él, existe un temor reverencial muy fuerte a favor de las petroleras.
“Creo que todo el engranaje gubernamental no está preparado para enfrentar la presión económica, psicológica o política de las petroleras” dice.
Fletcher cuestiona que mientras los funcionarios están tratando de entender la fórmula de paridad, las petroleras siguen manejando el mercado e imponiendo los precios.
Luis Espósito Picardi, presidente de la Unión de Gasolineros Independientes de Panamá, también dice que las dos últimas administraciones han hecho poco para que la ruta del combustible sea más trasparente y entendible para los consumidores.
Pero los funcionarios se defienden. El ex ministro de Comercio e Industrias, Joaquín Jácome y el viceministro de Comercio Interior, Manuel José Paredes, aseguran que sí se han hecho cosas importantes.
Jácome señala que durante su administración además de cerrar la refinería “que estaba obsoleta”, se abrió el mercado de importación y se cambió la referencia de precio, que antes era la del Caribe, y ahora es la del Golfo de Estados Unidos (USGC).
“Estoy de acuerdo con que se revise la fórmula y que se busque un índice que más convenga”, apunta Jácome al tiempo que señala creer en el libre mercado con las correcciones en las distorsiones, pero “no en un mercado regulado”.
Paredes respalda la apertura y agrega que además de las petroleras ya instaladas en el país, otras transnacionales tienen permiso de importación, “pero el mercado local sigue siendo tan pequeño, que nos convierte en una plaza poco atractiva”.
durmiendo el sueño eterno
En medio de todo el control que ejercen Chevron, The Shell Company (WI) Ltd. Panama, Esso Standar Oil, S.A. Limited, Petróleos Delta y ACCEL, “las cinco hermanas” hay demandas por prácticas monopolísticas absolutas que no han procedido.
Una de ellas fue presentada en 2002 por la desaparecida CLICAC, hoy Autoridad de Protección al Consumidor, pero después de seis años, aún no se ha fallado. El caso está en el Juzgado Noveno en manos de la juez Rubi Ibarra, y solo se sabe que están por iniciarse las prácticas de pruebas.
Pero además, el IPADECU interpuso dos demandas por los mismos cargos, una en 2003 y otra en 2005. Las dos fueron desestimadas. La primera se presentó alegando un acuerdo entre las petroleras para no aumentar el precio sugerido por el gobierno y la segunda se presentó por un acuerdo entre todas las petroleras y el MICI para no aumentar el precio del combustible en la provincia de Colón a un precio no superior al que se vendía en la capital.
Fletcher asegura que las petroleras cada vez han sofisticado la manera de ponerse de acuerdo.
“No se reúnen ni intercambian correos, pero acuerdan precios”, apunta.