Piense en los activos del carbón

ESTADOS UNIDOS. Muchas compañías en Estados Unidos, especialmente las de tamaño mediano, han tratado de eludir a los mercados que ofrecen créditos a cambio de la reducción de emisiones de anhidrido carbónico.

La práctica, en la cual una autoridad central, generalmente un gobierno o un organismo internacional, establecen un límite para la cantidad de contaminantes que puede emitir una empresa, y recompensa con créditos a quienes producen contaminantes por debajo de los límites establecidos, y sanciona con multas a quienes superan el límite de contaminantes autorizados, ha recibido críticas. De ahí que la demora en la participación sea comprensible. Los mercados de esos créditos que recompensan la baja en la emisión de contaminantes se hallan en su mayor parte en ultramar, y se encuentran todavía en etapa de evolución. Pero es riesgoso esperar hasta que las regulaciones sobre la emisión de gases causantes del efecto invernadero sean aprobadas por el Congreso de Estados Unidos.

El costo de ignorar un activo que en algún momento será creado es bastante significativo. Y es posible que otros competidores ya hayan aprendido cómo generar créditos por la reducción de emisiones de contaminantes. Una vez se aprueben las regulaciones en Estados Unidos, esas compañías estarán en gran ventaja.

Con el propósito de que las empresas que sienten aprensión sobre la reducción de emisiones de contaminantes entiendan los riesgos y beneficios subsiguientes, he aquí una guía que hemos elaborado en colaboración con Joanne Howard y Lindsey Bartlett, del consulado general de Gran Bretaña en Houston.

¿CuÁnto representa el crédito por la reducción de emisiones de anhídrido carbónico?

El crédito por disminuir anualmente la reducción de emisiones de anhídrido carbónico, medido en toneladas métricas, va desde algunos dólares hasta más de 40, dependiendo de numerosos factores. El crédito es ofrecido por una organización tal como las Naciones Unidas para países firmantes del protocolo de Kioto, o por mercados sin fines de lucro.

Mi compañía reemplazó sus lámparas incandescentes por lámparas fluorescentes compactas. ¿Puedo aplicar a un crédito?

Posiblemente no. En empresas de mediano tamaño (cuyos ingresos anuales son inferiores a los 1.000 millones de dólares) tal iniciativa es demasiado pequeña para generar mucho valor. Pero hay otros campos a tomar en cuenta.

¿Qué otra iniciativa podría adoptar mi empresa?

Pasar a una producción que necesite el uso de menos combustibles fósiles, utilizar combustibles "limpios", generar energía renovable, o capturar metano, gases industriales o energía desechada.

¿CuÁnto dinero costaría la reconversión?

Generalmente, entre 50,000 y 150,000 dólares por proyecto. El desarrollo de una nueva metodología podría añadir entre 50,000 y 200,000 dólares. Por ejemplo, recuperar gas y calor desperdiciados en una empresa siderúrgica podría generar 200,000 créditos anuales, por un valor de cinco millones de dólares.

Digamos que adopto una nueva tecnología para reducir la emisión de gases causantes del efecto invernadero, y luego vuelvo a antiguas formas de producción que causan una gran contaminación

¿Qué ocurre con los créditos?

Esos créditos desaparecen. La reducción en las emisiones de gases industriales debe ser verificada anualmente por un contador acreditado. Esas auditorías cuestan alrededor de 10,000 dólares.

¿Puedo vender los créditos y quedarme con el dinero?

Sí. Los créditos pueden venderse. Muchos bancos, corredores de bolsa o fondos de inversiones, los compran. Y luego los revenden a empresas que los necesitan para cumplir con las estipulaciones.

Una vez haya determinado cómo crear y vender créditos por la reducción de emisiones de anhídrido carbónico ¿ya está todo hecho?

No. La disminución de las emisiones de gases industriales será algo más que un problema regulatorio u operacional. Será un asunto estratégico. La reducción de las emisiones de gases causantes de contaminación ambiental generará nuevas corrientes de activos.

Y las empresas más exitosas serán aquellas que adviertan con más rapidez las consecuencias estratégicas de la reducción de emisiones de anhídrido carbónico.