Pronóstico de lluvias, huracanes y el impacto de El Niño en Panamá

El Imhpa espera lluvias normales, con ligero aumento en el Pacífico y leve descenso en el Caribe entre mayo a junio. Los vientos alisios se debilitarán, el Veranillo de San Juan será poco notable. Pese a una activa temporada de huracanes en el Atlántico, el riesgo para Panamá es bajo o casi nulo

El Instituto de Meteorología e Hidrología de Panamá (Impha) presentó un análisis detallado de las condiciones climáticas esperadas para los meses de mayo a julio de 2025, un período crucial que marca la transición hacia la temporada lluviosa en el país. Los pronósticos indican un comportamiento de las precipitaciones generalmente dentro de los parámetros normales, aunque con matices regionales importantes: una ligera tendencia al aumento en la vertiente del Pacífico y una suave disminución en la vertiente del Caribe. Paralelamente, anticipan una disminución en la intensidad de los vientos alisios del noreste y un Veranillo de San Juan que pasaría casi inadvertido. En cuanto a las temperaturas, se prevé que se mantengan en valores cercanos a la normalidad climática en todo el territorio nacional.

Estos hallazgos son el resultado de la participación activa del Impha en el LXXVII Foro del Clima de América Central, un evento que congregó en Guatemala a los principales expertos en climatología, meteorología e hidrología de la región. El objetivo primordial del foro fue delinear la perspectiva climática unificada para América Central durante el trimestre comprendido entre mayo y julio de 2025, proporcionando información para la planificación y la toma de decisiones en diversos sectores.

Un aspecto central del análisis regional fue el seguimiento del fenómeno de El Niño – Oscilación del Sur (ENOS). Actualmente, ENOS se encuentra en una fase neutral, y los modelos climáticos internacionales convergen en una alta probabilidad, superior al 80 %, de que esta neutralidad se mantenga a lo largo de los próximos tres meses. Esta estabilidad en el ENOS influye significativamente en los patrones de lluvia y temperatura a nivel global y regional.

Otro punto relevante abordado en el foro fue la temporada de huracanes del Atlántico para 2025. Las predicciones sugieren una temporada más activa de lo habitual, con una estimación de 17 tormentas tropicales con nombre. Sin embargo, es importante destacar que, para Panamá, la probabilidad de una afectación directa por estos sistemas ciclónicos durante el periodo de mayo a julio de 2025 se considera muy baja o casi nula. Esta información es crucial para la preparación y la tranquilidad de la población.

El clima en Panamá

En Panamá, el trimestre de mayo a julio coincide con los primeros meses de la temporada de lluvias en la vertiente del Pacífico, sucediendo al mes de abril, que tradicionalmente marca la transición de la estación seca a la lluviosa. En contraste, la vertiente del Caribe experimentará lluvias a lo largo de todo el año.

Según la proyección del Impha durante estos meses, se espera una mayor frecuencia de días nublados y un aumento en las precipitaciones, un comportamiento directamente ligado a la oscilación de la Zona de Convergencia Intertropical, una franja nubosa que ejerce una influencia determinante en el régimen de lluvias del país.

Además, identificaron la posibilidad de que masas de agua más cálidas de lo normal emerjan en la superficie del océano Pacífico, al sur de las costas panameñas. Paralelamente, en las costas del Mar Caribe se prevén temperaturas cercanas a los promedios históricos. La ausencia de un contraste térmico significativo entre ambas costas podría favorecer un escenario de lluvias dentro de lo normal, complementado por la ocurrencia de eventos de precipitación de carácter localizado.

Con base en el pronóstico de lluvias del Impha por regiones en las provincias de Chiriquí, al norte y centro de Veraguas, Coclé, Herrera, Los Santos, Panamá Oeste y Colón. Los análisis indican que las lluvias se mantendrán en los rangos típicos para la época, aunque con una ligera inclinación hacia valores superiores a lo normal, con un posible incremento que podría oscilar entre el 5 % y el 15 %. Esta información es vital para la agricultura, la gestión de recursos hídricos y la prevención de posibles inundaciones en estas áreas.

En contraste, para las regiones del sur de Veraguas, Panamá, Darién, Bocas del Toro, la comarca Ngäbe-Buglé y la comarca Guna Yala, se espera un comportamiento de las lluvias que se alinea con los patrones climatológicos habituales, pero con una suave tendencia a la disminución, estimada entre un 5 % y un 10 %. Este pronóstico es relevante para la planificación en sectores como la agricultura y el suministro de agua en estas zonas.

La transición de la temporada seca a la lluviosa en la vertiente del Pacífico se prevé que se desarrolle dentro de los plazos habituales, basándose en la información de años con condiciones climáticas similares (2001, 2009 y 2018) y el análisis de las condiciones actuales. Este proceso ya se ha iniciado en el occidente de la provincia de Chiriquí desde finales de marzo. Se espera que continúe hacia la segunda quincena de abril e inicios de mayo en el oriente de Chiriquí y las regiones centro y sur de Veraguas. Para las provincias de Herrera, Los Santos, Coclé, Panamá Oeste, Panamá y Darién, se estima que el inicio de las lluvias se producirá alrededor de la segunda quincena de mayo de 2025.

Alisios débiles y Veranillo casi imperceptible

En lo referente a los vientos, se pronostica un debilitamiento de los alisios del noreste, con una velocidad promedio cercana a la superficie que variará entre 1 y 3 metros por segundo. Además, se anticipa que el mes de julio podría ser más ventoso en comparación con mayo y junio. Esta condición podría tener implicaciones en los niveles de radiación y la nubosidad, lo que a su vez podría influir en un aumento de las temperaturas y la humedad relativa, generando condiciones que podrían ser atípicas para el mes de julio.

Con respecto al Veranillo de San Juan o Canícula, el informe del IMHPA señala que el tradicional periodo seco de la segunda quincena de junio no se espera que cause una disminución marcada en las lluvias este año, siendo probablemente un evento de muy corta duración, de uno a tres días, o incluso imperceptible. En cuanto a la Canícula, se prevé que se manifieste de forma localizada entre el 10 y el 20 de julio, así como a principios de agosto de 2025, con una leve reducción de las lluvias durante un periodo aproximado de seis a diez días. Durante estas fechas, dependiendo de la región, podría registrarse un aumento en la temperatura y una menor cobertura nubosa. Es importante recordar que la intensidad tanto del Veranillo como de la Canícula puede variar significativamente en función de su duración y la magnitud de la disminución de las precipitaciones en cada área del país.

La directora del Imhpa Luz Graciela de Calzadilla, ofreció una visión integral de la situación expresando: “Si bien la llegada de la temporada lluviosa se proyecta dentro de los parámetros normales, es crucial recordar las condiciones particulares que vivimos durante la estación seca previa. Experimentamos un exceso de humedad y una saturación de los suelos, especialmente en la región que se extiende desde el este de Coclé hasta Chiriquí. Este fenómeno fue una consecuencia directa de la influencia de La Niña, que propició un aumento significativo de las lluvias en todo el país”.

Y finalizó agregando: “Para el trimestre que ahora abordamos, de mayo a julio de 2025,” continuó la ingeniera De Calzadilla, “nuestra expectativa principal es que prevalezca el comportamiento climático típico para esta época del año en todo el territorio nacional. Esto implica que, aunque debemos mantenernos informados sobre las particularidades regionales en cuanto a la intensidad de las lluvias y la posible ocurrencia de la Canícula, en términos generales no anticipamos desviaciones significativas de los patrones climáticos habituales. El monitoreo continuo es fundamental para adaptar nuestras acciones a las condiciones cambiantes”.

Al consultarse sobre la presencia del fenómeno opuesto al ENOS, La Niña, el Impha confirmó la finalización del evento para el trimestre analizado entre mayo a junio.

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