El presidente José Raúl Mulino reiteró la mañana de este jueves 19 de junio en su conferencia matutina que no sancionará una reforma a la Ley No. 462
Protestas carcomen el turismo en Isla Colón con hoteles y comercios en subsistencia





- 20/06/2025 00:00
Una turista estadounidense llega a un restaurante de comida criolla, mira el menú y pide a la señora Roselis, administradora del local, unos pancakes para almorzar. Una solicitud extraña para una fonda, pero no en Isla Colón, cuya principal dinámica económica y social se funde en torno al turismo.
Ubicada en el archipiélago de Bocas del Toro, la paradisíaca isla es un famoso destino de fiesta y playa, que ahora sufre las consecuencias de la crisis desatada tras la aprobación de la Ley 462 que reforma la Caja de Seguro Social (CSS).
Roselis explica a La Estrella de Panamá que, de los diez trabajadores que tenían en el restaurante -cuyo dueño es otro norteamericano que no vive en Panamá-, ahora trabajan con cuatro. La pandemia fue la primera herida de la cual no se pudo recuperar la isla; luego los viejos problemas de agua potable, alcantarillado y otros letargos que de manera contradictoria aún no se han resuelto, a pesar del boom turístico que obliga a mejorar la infraestructura de servicios.
Como acabose, cuenta Roselis mientras suspira, el paro por la Ley 462 complicó todo. Conseguir verduras, carnes o aceite se ha vuelto una odisea que cuesta el doble por la especulación producto de la escasez, que se agravó con la suspensión del tránsito de los puertos de Almirante y Chiriquí Grande por parte de las autoridades ante los cierres.
“La huelga y cierres nos golpearon, ahora estas medidas de la Policía. Entiendo, hay que poner orden, pero ¿por qué no usar otra vía para solucionar esto?”, reclama la mujer de 69 años, de los cuales 21 ha sido administradora del restaurante.
Para el empresario y presidente de la Cámara de Comercio del archipiélago de Bocas del Toro, Manuel Sanjur, se trata de resolver el asunto de manera rápida y sin desestimar la vía de la fuerza. “Existe mucha desinformación, son personas presas de la cultura del TikTok, de creer lo primero que ves en redes. Además, a quien cierre debe caerle el peso de la ley”, dijo.
En medio de las afectaciones por las protestas, Juan Pablo Caro, presidente de la Cámara de Turismo de Bocas del Toro (Camturbo) mencionó a este medio que “la mayoría de los hoteles y zonas de hospedaje están entre 10 % y 20 % de ocupación, y la declaratoria de estado de emergencia en la zona ha generado la cancelación de muchas de las reservas, lo que representa un gran problema para nosotros”.
Caro comentó que los más de 115 hospedajes que hay en el área están preocupados por el futuro de la industria en Bocas del Toro, que posee una larga trayectoria turística.
Recalcó que los restaurantes y otros sectores están en 80 % de baja y eso no es sostenible, porque los números están en rojo. “La gente habla de los empleos que se están perdiendo en Chiquita Panamá, pero si no se hace algo con esto, se van a terminar muchas más plazas de trabajo”, agregó.
La directora de la Autoridad de Turismo de Panamá, Gloria De León, a través de un video publicado, comentó que se encuentran trabajando en conjunto con las diferentes instituciones, para ayudar a Bocas del Toro, sobre todo a Isla Colón.
Para ello, dijo, analizan la creación de un corredor marítimo que conecte Colón e Isla Colón, en colaboración con el Servicio Nacional de Fronteras y el Ministerio de Seguridad, para poder abastecer a los comercios de la isla.
“Estamos analizando crear un puente aéreo entre Puerto Limón e Isla Colón, aunque todavía está en proceso de coordinación”, agregó la titular de la ATP.
La funcionaria remarcó que la mayoría de los turistas que llegan a esa isla lo hacen por tierra, por lo que se están analizando vías alternas para su traslado. “Estamos estudiando la posibilidad de conectar Puerto Viejo e Isla Colón por agua”, reveló.
“Tratamos de solucionar todo en los próximos días. Esperamos poder concretar esto esta misma semana”, adelantó.
Sobre los paquetes turísticos, la principal de la ATP dijo que forman parte de la campaña “Tripea lo tuyo”, para estimular el turismo interno. “Son paquetes que van a mezclar aerolíneas y hoteles panameños con actividades dentro de Isla Colón”, indicó.
“Estamos en coordinación directa con los empresarios y comercios de Bocas del Toro para buscar soluciones inmediatas a corto, mediano y largo plazo para esa región. Los estamos escuchando y estamos dispuestos a tomar las medidas necesarias para mantener a Bocas dentro del menú de los mercados emisores, porque es un destino muy importante”, concluyó.
El 14 de junio, el Gobierno autorizó la operación Omega, un duro despliegue policial por tierra, aire y mar para romper los cierres por la fuerza a lo largo de la provincia. A pesar de esta ofensiva en tierra firme, los cierres persisten. Maestros e indígenas son quienes mayormente figuran en estas protestas y piden derogar la ley. Pero el presidente, José Raúl Mulino, ha sido tajante: la 462 no será revisada ni derogada, lo que deja poco margen de acercar posiciones.
Mientras tanto, en la isla, Ernesto, de 28 años, piensa que debe haber un punto medio en todo esto. “El ferri con comida no llega y ya dos de las tres empresas que construyen en la isla dejaron a los trabajadores en sus casas.
Esto no se resiste, si a la brava no se termina esto, deberíamos abrir un debate el jueves cuando el presidente habla y explicar la ley para corregir lo que no gusta”, subraya el obrero nacido en Isla Colón, que no terminó la escuela primaria luego de convertirse en padre a los 16 años.
Ernesto recuerda que tareas sencillas como retirar dinero de un cajero ante la falta de efectivo o conseguir combustible, se ha vuelto un problema cada vez más acuciante.
En tanto, los grandes hoteles de la zona se han visto obligados a reducir su equipo de trabajo ante una caída de la demanda. Algunos con 70 habitaciones y que en estas fechas –temporada baja- deberían tener por lo bajo 40 reservas, ahora solo tienen cinco.
Lorenzo es gerente de uno de los hoteles grandes, es decir, con el capital suficiente para sortear la crisis por un tiempo corto, pero igual toma medidas. “Hemos decido racionar el gas, además tengo un chef que le tomó cuatro horas llegar a su puesto, cuando es un trayecto de 30 minutos”, dijo.
Piensa que la gente que protesta desconoce la ley, aunque no descarta buscar una salida negociada.
Ángel, microempresario y con negocio de comida criolla, mira el problema como una cuestión de voluntad, que parece no buscarse. “Yo tengo que pagar cuentas y resolver. No estoy de acuerdo con la Ley 462, pero los cierres me están afectando mi negocio. Si hay que dialogar, no se qué estamos esperando”.
El gobierno ha insistido en que la Ley 462 no será derogada, mientras que los grupos en protesta piden que se abra un espacio para revisar la norma con intermediación de la Iglesia católica. Por ahora, en Bocas del Toro, una región marcada por profundas desigualdades, el diálogo aún parece estar muy lejos.