Indignación en Rio por muerte de una mujer arrastrada por auto de policía

  • 17/03/2014 19:45
La mujer de 38 años perdió la vida luego de estar colgada del parachoques durante al menos 250 metros. 

Unas 100 personas se manifestaron este lunes en un barrio popular de Rio de Janeiro, para protestar por la muerte de una vecina que fue arrastrada por una patrulla de policía que la llevaba al hospital herida de bala, informó la prensa local.

Un video publicado en el sitio web del diario Extra muestra como el cuerpo de Claudia Ferreira da Silva, de 38 años, colgaba del parachoque de una camioneta de la policía -sostenida apenas por un pedazo de ropa.

En esa condición, la mujer fue arrastrada por unos 250 metros por una transitada avenida del populoso barrio de Madureira.

La mujer había recibido un tiro durante un operativo policial, el domingo en una favela de la zona dominada por narcotraficantes, y la puerta del maletero se abrió mientras era trasladada al hospital, indicó la prensa.

Según familiares, llegó muerta al hospital, pero los médicos sólo lo informaron después de que los oficiales se retiraron.

"Ni el peor traficante del mundo merecía un trato así. Si la arrastraban más, habrían quedado apenas sus huesos", dijo llorando el marido de la víctima, Alexandre Fernandes, el lunes durante el entierro.

La manifestación del lunes trancó los dos sentidos de una avenida de Madureira. "¡Asesinos", gritaban los manifestantes a los policías que custodiaban la movilización. La noche anterior, en otra protesta por la muerte de Da Silva, dos autobuses fueron incendiados.

Los tres policías que trasladaron a Da Silva al hospital fueron detenidos.

"Lamentamos mucho la forma como la señora Claudia fue auxiliada, una forma que no toleramos", aseguró Claudio Costa de la Policía Militar de Rio de Janeiro en una entrevista con el canal Globo News.

Da Silva, que trabajaba como auxiliar de limpieza, dejó cuatro hijos y cuatro sobrinos que criaba.

El gobierno de Rio de Janeiro, uno de los estados más violentos de Brasil, lanzó en 2008 un operativo de seguridad de cara a la Copa del Mundo (del 12 de junio al 13 de julio) y de los Juegos Olímpicos de 2016, que incluye la reconquista de favelas en manos de narcotraficantes y milicias parapoliciales.

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