Flynn, la primera gran baja en el gabinete de Trump

Actualizado
  • 15/02/2017 01:00
Creado
  • 15/02/2017 01:00
El general Michael Flynn, conservador, polémico por sus posiciones ‘antiislámicas' y asesor clave durante la campaña de Trump

El ya exasesor de seguridad nacional de Donald Trump, el teniente general retirado Michael Flynn, que dimitió el lunes de ese cargo por sus coqueteos con Rusia, es un militar tan experimentado como controvertido.

Flynn renunció tras publicarse informaciones que apuntan a que el año pasado habló con el embajador ruso en Washington, Sergey Kislyak, sobre las sanciones impuestas por EE.UU. a Rusia.

Sin embargo, mintió al vicepresidente estadounidense, Mike Pence, y a otros altos cargos del Gobierno al asegurar que no abordó ese tema con el diplomático.

El militar, un feroz crítico de la política exterior del expresidente Barack Obama que ha sido acusado de islamofobia y de defender la tortura a sospechosos de terrorismo, fue el principal asesor en política exterior de Trump en la campaña electoral.

El magnate le designó como su asesor de seguridad nacional el pasado 18 de noviembre, diez días después de ganar las elecciones presidenciales. Flynn tenía como cometido adentrar en las complejas relaciones de EE.UU. a un inexperto presidente, con el que comparte una visión del mundo poco convencional, obcecada en una única prioridad: la lucha contra el terrorismo ‘islámico'.

‘El general Flynn es uno de los expertos más importantes del país en asuntos militares y de inteligencia y será un activo inestimable para mí y mi Administración', llegó a decir Trump sobre su nombramiento.

‘( Fynn) es de los expertos militares más importantes del país, será un activo inestimable para mí y mi Administración' ,

DONALD J. TRUMP (2016)

PRESIDENTE DE EE.UU.

La designación de Flynn no requería el visto bueno del Congreso, lo que le convirtió de inmediato en una de las figuras más poderosas de la Casa Blanca: el principal punto de contacto de Trump con el Departamento de Estado, el Pentágono y la CIA.

Igual que Trump, este exoficial de inteligencia de 58 años ha sido acusado de coquetear con el presidente ruso, Vladímir Putin, y se ha mostrado abierto a rescatar la tortura por ahogamiento simulado a los sospechosos de terrorismo (‘waterboarding') porque es partidario de ‘dejar todas las opciones posibles sobre la mesa'.

Como el presidente, Flynn percibe un reto singular y existencial para la seguridad de EE.UU.: el ‘terrorismo islámico radical', un término que Obama evitó usar para referirse a grupos como el Estado Islámico (EI) pero que él pronuncia orgulloso, convencido de que esquivarlo es pura ‘corrección política'.

El que iba a ser guardián de la estrategia global de Trump llegó a afirmar, en un tuit en febrero de 2016, que ‘el miedo a los musulmanes es racional', y que esa fe tiene un ‘componente enfermo'.

‘Hay algo que va mal en el mundo musulmán. ¿Por qué tenemos más seguridad en los aeropuertos? No es porque la Iglesia católica se esté desmoronando', indicó Flynn el año pasado al diario The Washington Post .

Flynn se convirtió en un ferviente crítico de las políticas de defensa e inteligencia de la del expresidente Barack Obama y, en muchos casos, también de George W. Bush.

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