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- 05/02/2018 20:30
El Congreso brasileño regresó hoy al trabajo tras más de un mes de receso y lo hizo centrado en la votación de la polémica reforma del sistema de pensiones y jubilaciones, eje central del paquete económico propuesto por el Gobierno de Michel Temer.
El mandatario no estuvo presente en la ceremonia que da inicio al año legislativo, pero mandó un mensaje en el que destacó la urgencia de "arreglar" el sistema de pensiones y jubilaciones de Brasil porque, según explicó, "las cuentas no cierran".
"El actual sistema es socialmente injusto y financieramente insostenible", resaltó el jefe de Estado.
Los representantes de la Cámara Baja y el Senado respaldaron el mensaje de Temer en sus respectivos discursos y defendieron la aprobación del texto, así como la votación de medidas sobre seguridad pública en medio de la creciente ola de violencia en algunos estados de Brasil.
"Ese sistema de pensiones viene para garantizar la igualdad", aseguró el presidente de la Cámara Baja, Rodrigo Maia, quien defendió también una reforma de los gastos públicos.
El presidente del Senado, Eunício Oliveira, por su parte, señaló que la medida, duramente combatida por los sindicatos y los trabajadores, busca "eliminar los privilegios".
El enorme agujero en el sistema previsional se ha convertido en una de las mayores preocupaciones para el Gobierno de Temer, que desde 2016 presentó un proyecto de reforma para dificultar el acceso a las jubilaciones en un intento de sanear las cuentas públicas.
La iniciativa establece como edad mínima para jubilarse en Brasil 62 años para las mujeres y 65 para los hombres.
Actualmente, Brasil permite a las mujeres jubilarse con 30 años de cotización y a los hombres con 35 sin que exista ningún límite de edad para ello, por lo que hay casos en los que personas con apenas 50 años ya pueden acogerse al sistema estatal de protección social.
En medio de los fallidos intentos de Temer para aprobar el régimen, el déficit del sistema de jubilaciones en Brasil alcanzó un récord de 268.700 millones de reales (unos 82.676 millones de dólares) en 2017.
El proyecto de reforma de Temer llegó a ser aprobado por una comisión de Diputados a finales de 2016, pero las discusiones se paralizaron durante todo 2017 y el Gobierno espera que el pleno de la Cámara Baja lo pueda votar este mes, en pleno año electoral.
Los sindicatos brasileños pretenden organizar una "jornada nacional de lucha" el próximo 19 de febrero, cuando está previsto que comiencen las discusiones sobre el tema en el Congreso, para frenar la eventual aprobación de la reforma, santo grial de la política económica de Temer.
El Gobierno pretende intensificar la articulación política en los próximos días para conseguir el número de votos suficientes en el Legislativo para dar luz verde al texto.
Al tratarse de una propuesta de enmienda a la Constitución, la reforma de las pensiones precisa pasar por el pleno de la Cámara de Diputados en dos turnos y conseguir los votos de al menos tres quintas partes de los diputados (308 de los 513) para ser aprobada.