Lula será el candidato del PT; se complica situación legal de Bolsonaro
A poco menos de cuatro meses para la celebración de elecciones presidenciales en Brasil, se empieza a despejar el panorama con el izquierdista Lula Da Silva reafirmando su candidatura y a la espera de la confirmación este domingo del ultraderechista Bolsonaro, que aspira a la reelección

El presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil, el juez Edson Fachin, dio cinco días –a partir del pasado jueves– al presidente Jair Bolsonaro para que responda por los ataques que propagó sobre el sistema electoral y las urnas electrónicas en un acto con embajadores extranjeros que tuvo lugar esta semana.
La orden de Fachin parte como consecuencia de una demanda presentada por varias fuerzas de la oposición, entre ellas el Partido Laborista Democrático (PDT) y el Partido de los Trabajadores (PT), en la que acusaban a Bolsonaro de varios delitos, entre ellos los de propaganda electoral anticipada, abuso de poder y crímenes contra el Estado democrático.
En la demanda presentada este martes, la oposición solicitaba a Facebook e Instagram que eliminaran de sus plataformas los videos en los que se ve a Bolsonaro arremeter una vez más sin pruebas contra las urnas electrónicas, con las que mantiene una particular cruzada desde que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva recuperó sus derechos políticos y se colocara como favorito para las elecciones.
El PDT pide además al Tribunal Electoral que multe al “máximo nivel” a estas plataformas mientras los vídeos continúen en línea, así como a Bolsonaro y su Partido Liberal (PL) por la difusión de noticias falsas.
“Esta situación caótica provoca efectos nocivos al proceso electoral, en especial en lo que se refiere a su integridad, por lo que la justicia electoral ha actuado de manera hercúlea para remover todas estas imprecisiones y demostrar a la población que el sistema electrónico es honesto y confiable”, remarca el PDT.
Por su parte, el PT solicitó al TSE que ordenara eliminar todos aquellos “contenidos con desinformación” de los perfiles en redes sociales de Bolsonaro, bajo pena de multa, ya que “los impactos negativos (...) siguen siendo evidentes (...) llegando a un número inestimable de votantes para influir directamente en su elección, violando el derecho a votar libremente”.
Este lunes, Bolsonaro congregó a decenas de embajadores y otros representantes de delegaciones diplomáticas extranjeras para presentarles sus dudas acerca de la fiabilidad del sistema electoral brasileño. Sin embargo, las fuentes allí presentes a las que tuvo acceso el diario O Globo coincidieron en señalar que el presidente no presentó prueba alguna sobre sus teorías conspirativas.
Lula vuelve al ruedo
También este jueves, el PT proclamó la candidatura del exmandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien llamó a “derrotar” al presidente Bolsonaro en las elecciones de octubre para “recuperar la democracia”.
La convención en la que se hizo oficial la candidatura de Lula fue un acto de bajo perfil, celebrado en un hotel de Sao Paulo a puerta cerrada, mientras que el líder progresista encabezaba un mitin en la ciudad de Recife, a 2.600 kilómetros de distancia, en el que arremetió contra Bolsonaro.
“No nos enfrentamos a una elección común, enfrentamos a un fascista cercado de milicianos por todos lados y necesitamos derrotarlo para recuperar la democracia”, afirmó el exgobernante (2003-2010) en un acto con el mundo de la cultura, en el que estaba acompañado del liberal Geraldo Alckmin, su candidato a vicepresidente.
Lula, quien es el favorito para las presidenciales del 2 de octubre según todos los sondeos electorales, explicó que se presenta por sexta vez a la carrera presidencial con la intención de “arreglar” a Brasil y hacer “más y mejor” las cosas que en los ocho que ocupó la Presidencia.
“Podría quedarme en casa, guardarme el título de mejor presidente de la historia de Brasil y vivir los últimos años de mi vida, pero estoy viendo un país siendo destruido”, señaló.
Sin embargo, advirtió que el país está hoy en peores condiciones que cuando asumió el poder por primera vez en 2003, con “una deuda, una inflación (de casi el 12%) y un desempleo (11%) mayores”, en medio de “la destrucción de instituciones y el desmonte de políticas públicas”, que atribuyó a la gestión de Bolsonaro.
Por ello, anticipó que, si gana las elecciones, tendrá que hacer algo “diferente” porque “si solo se piensa en política fiscal y techo de gastos” estarían “acabados”.
El augurio argentino
En ese punto expresó su temor a que le pase como al presidente de Argentina, su “amigo” Alberto Fernández, quien ganó las elecciones de 2019 con “la perspectiva de resolver” los problemas económicos de su país, pero “no lo consiguió” por la millonaria deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que –subrayó– heredó del mandato de Mauricio Macri.
Fernández “se preocupó en resolver el problema del FMI, que sOlo molesta cuando la crisis es en un país pobre”, manifestó Lula, quien dijo tener “autoridad moral y experiencia política” para encontrar soluciones para Brasil.
“Mañana, este Brasil va a volver a ser el país de nuestros sueños, con cultura, empleo, ocio, y en el que todos ayudan a construirlo”, concluyó ante sus simpatizantes en la capital del estado de Pernambuco.
De la cárcel al favorito en las encuestas
Esta será la sexta ocasión en la que el antiguo tornero mecánico luchará por ser el presidente de Brasil, después de tres intentos fallidos (1989, 1994 y 1998) y dos victoriosos (2002 y 2006).
En 2018, año en el que ganó Bolsonaro, también aspiraba a buscar la Presidencia, pero la Justicia electoral se lo impidió al estar condenado por corrupción.
Pero en marzo de 2021 su vida dio un vuelco de 180 grados cuando recuperó sus derechos políticos gracias a un fallo de la Corte Suprema que anuló las dos sentencias que pesaban en su contra y por las llegó a pasar 580 días en prisión.
Desde entonces, la candidatura de Lula era un hecho e incluso el propio exmandatario se postuló de forma informal en un evento solemne el pasado 7 de mayo en Sao Paulo, al que acudieron cientos de simpatizantes llegados de diferentes partes de Brasil, si bien solo este jueves fue oficializada por el PT en la convención que tuvo lugar en un hotel de Sao Paulo.
La celebración de las convenciones partidarias son un paso imprescindible dentro del proceso electoral brasileño, pues en ellas se definen los nombres que van a disputar los cargos electivos con vistas a las elecciones presidenciales, regionales y legislativas.
El PDT inauguró en la víspera el ciclo de convenciones en Brasil, con la proclamación de Ciro Gomes, tercero en los sondeos, como su candidato presidencial.
Mañana es el turno de Bolsonaro, que será proclamado candidato del Partido Liberal (PL) en un acto en Río de Janeiro, cuna política del líder ultraderechista y mayor adversario político de Lula.
Río, balas y violencia
La proclamación de Bolsonaro se da en momentos que la ciudad vive una dura escalada de violencia.
El número de muertos que dejó un operativo policial que se llevó a cabo también el jueves en una favela de Río de Janeiro subió de 5 a 18, según confirmaron las autoridades brasileñas en una rueda de prensa.
Se trata de la tercera operación más letal en Río de Janeiro en menos de 14 meses.
En un primer anuncio, solo se había oficializado la muerte de cinco personas: una mujer de 50 años, vecina del lugar y que según sus familiares murió dentro de un carro por una bala perdida; un cabo de la Policía Militarizada y tres sospechosos.
Pero más tarde representantes de las policías Civil y Militarizada de Río señalaron que, además de la mujer y el uniformado, 16 sospechosos murieron durante el operativo.
La Defensoría Pública de Río de Janeiro señaló en un comunicado que sigue con atención el caso, que se trataría de una de las acciones policiales más letales de Río y en la que hay indicios de “graves violaciones a los derechos humanos”.
La acción, que tuvo lugar en el complejo Alemao, un deprimido conglomerado de favelas, en el norte de Río, buscaba dar con los miembros de una banda dedicada al robo de automóviles y vehículos de carga y al asalto de bancos.
En ella participaron cerca de 400 agentes apoyados por cuatro aeronaves y 10 vehículos blindados, que según indicaron las autoridades, “fueron atacados a balazos en diferentes puntos”.
Desde el inicio de la tarde, testigos ya hablaban de un número mayor de muertos y publicaron videos y fotografías en las redes sociales que mostraban cómo varios cuerpos envueltos en sábanas eran cargados por vecinos.
No obstante, solo hasta entrada la noche las autoridades confirmaron que casi una veintena de personas habían fallecido.
La magnitud de los hechos prendió las alertas de la Defensoría Pública y otras organizaciones defensoras de derechos humanos que acompañan “con preocupación” los hechos.
No es la primera vez que este tipo de acciones policiales deja un saldo tan alto de muertos.
Hace dos meses, 25 personas murieron en una acción en Vila Cruzeiro, y en mayo del año pasado se registró la más letal en la historia de Río, con 28 fallecidos en la comunidad de Jacarezinho.
Las acciones de los uniformados fueron aplaudidas por el gobierno de Río de Janeiro y el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quienes lamentaron la muerte del cabo de la Policía.
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