Singapur, una historia marcada por la sobrevivencia y la lucha

Actualizado
  • 07/08/2016 02:00
Creado
  • 07/08/2016 02:00
El duro trabajo de sus ciudadanos, una visionaria planificación urbana y la gestión gubernamental ha llevado a Singapur de ser un pequeño país colonizado

El país más pequeño del Sudeste asiático y el tercero con mayor renta per cápita del mundo llega al primer año de su segundo medio siglo con el reto de convencer a sus más jóvenes que el esfuerzo de dos generaciones, las de sus padres y abuelos, sigue teniendo razón de ser.

Orgullosos de los resultados del joven país, en tan solo cincuenta años y uno más, a partir del próximo 9 de agosto, primeros en las listas educación, sanidad, transparencia política y competitividad económica, Singapur es uno de los ‘cuatro tigres asiáticos' (junto con Corea del Sur, Hong Kong y Taiwán) y poco les asustan los cuestionamientos sobre la falta de apertura política o exceso de control del Estado. Los números les avalan y su población vive aparentemente feliz.

‘Es necesario', responden convencidos antes cualquier aparente indisposición o las curiosas diferencias con otros países desarrollados, como que sea más fácil para los casados obtener casa propia, rigurosamente gestionada por el Estado si se acude a la vivienda pública, la opción más viable en una isla en la que el suelo tiene precios similares a los de Nueva York o Río de Janeiro.

Todos siguen la ruta trazada, claramente con acierto, a la a luz de los resultados, que marcó Lee Kuan Yew, desaparecido el pasado mes de marzo, a quienes atribuye desde su visionaria planificación urbana, como la poco acción por la gestión del agua (en los años 60) y que en Singapur se hable inglés.

Con una población multiétnica de malayos, emigrantes chinos, indios y grupos autóctonos, LKY, como todavía se le cita, decretó que todos hicieran el esfuerzo de aprender un idioma común.

El inglés de su formación (estudio derecho en Inglaterra), se ha convertido poco a poco en algo que ya reconocen todos como Singlish (Singaporean English), pero ha servido para que todos se entiendan y cimienten una identidad común, como es común también apocopar las palabras y usar acrónimos, sin cuyo conocimiento es imposible comunicarse en el país.

S'pore, como denominan ellos mismos a la ciudad-país o SGP, más economía el lineare, más pragmatismo, es una de las e conocidas ‘ciudades globales', por su reconocida influencia en los cambios mundiales, socioeconómicos, culturales y políticos, como lo es París, Nueva York o Tokio.

En su reducido lugar en el mundo, y a nuestros ojos, remoto (esta muy cerca de ser nuestras antípodas), Singapur se ha ganado un sitio destacado entre la comunidad internacional (todo el mundo sabe dónde está Singapur) y ha consolidado el papel de ‘hub' internacional portuario y aéreo como enlace de Asia con América y Europa.

LA COMUNICACIÓN COMO CLAVE

El gran conector del área es el aeropuerto Changi, con 80 aerolíneas que conectan Singapur con 68 países y 320 ciudades de todo el mundo.

El país, que aprendió pronto a mirar hacia afuera en busca de aliados, es miembro de la ONU, de la APEC y de la ASEAN y ha firmado el TTP, cuenta con 130 acuerdos de servicios aéreos y 60 de "cielos abiertos".

El aeropuerto recibe más de 55 millones de pasajeros al año y 1.8 millones d toneladas de carga.

En el transporte marítimo, PSA (otro acrónimo para la Autoridad de Puertos, ahora de gestión privada) recibe, según sus propias cifras, el 10% del tráfico global, con 65 millones de Teus en 2015.

Singapur es el puerto con segundo mayor tráfico del mundo en términos de carga gestionada y el de mayor número de operaciones, además del centro de repostaje más grande del mundo.

La ciudad cuenta con un avanzado sistema de transporte masivo que enlaza metro y autobús y taxis seguros a precios razonables. Por otro lado, los precios de los automóviles y los permisos de circulación son tan elevados, que solo uno de cada diez singapurenses son dueños de un automóvil.

CUIDAR EL AGUA

A punta de tesón e ingenio, Singapur ha conseguido hacer de una de sus principales debilidades, la falta de agua, sin fuentes naturales suficientes y comprando el recurso a Malasia, una fortaleza.

En la isla hay 17 reservorios de agua dulce y ha embalsado sus cauces naturales para no perder en el mar ni una gota.

Todo el agua de la isla pasa por un riguroso proceso de potabilización y han desarrollado un procedimiento para asegurar la cristalinidad, incluso, de las aguas negras, que ya se embotellan y se incorporan al ciclo de agua dulce recuperada.

Bajo la denominación de ‘Newater', este agua que es apta para beber (como han constatado personalidades internacionales como el actual secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Ban ki Moon) suple las necesidades de la industria local (55%) y el uso doméstico (45%) y el excedente se reincorpora al proceso de potabilización.

Con una demanda diaria de 1.8m3, un consumo por persona de 151 litros al día, y una abultada factura con Malasia, Singapur espera ganar pronto también su independencia hídrica.

Uno de sus principales reservorios, Marina Barrage, que también funciona como un control artificial de mareas contra las inundaciones, se ha convertido en uno de los principales atractivos de la ciudad.

Un ejemplo más de la disciplina con la isla-estado ha conseguido remontar sus flaquezas.

Con un año más a su haber, Singapur tiene por delante el reto de atender las necesidades de las nuevas generaciones, aparentemente complacidas con el país heredado de sus padres, pero tal vez poco dispuestos a someterse a los mismos sacrificios...o al menos no por siempre.

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S'PORE, ¿LAS ANTÍPODAS PANAMEÑAS?

Singapur es un ‘hub' internacional portuario muy reconocido

En el transporte marítimo, Singapur recibe, según sus propias cifras, el 10% del tráfico global.

Singapur es el puerto con segundo mayor tráfico del mundo en términos de carga gestionada y el de mayor número de operaciones.

Su mayor aeropuerto recibe más de 55 millones de pasajeros al año y 1.8 millones d toneladas de carga.

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