La policía acusa a Netanyahu de recibir sobornos

Actualizado
  • 15/02/2018 01:00
Creado
  • 15/02/2018 01:00
Los señalamientos de corrupción en contra del líder israelí provocaron manifestaciones en los últimos meses de 2017, especialmente en Tel Aviv

No es la primera vez que la policía israelí recomienda imputar al primer ministro Benjamín Netanyahu, pues de hecho ya ocurrió en los 90 en dos ocasiones; pero esta vez, a pesar del apoyo inicial de los miembros de su coalición, la amenaza parece más seria y el líder del Likud camina claramente por la cuerda floja.

Los cargos no son menudencias: la aceptación o solicitud de sobornos lleva penas de hasta diez años de prisión y los de fraude y ruptura de confianza de hasta tres, y se le podrían imputar varias veces cada uno, en los dos casos en los que está siendo investigados desde hace más de un año.

En 2017 la Policía sometió a Netanyahu a siete interrogatorios, la mayoría de largas horas, y también cuestionó a su mujer, Sara, en más de una ocasión -una de ellas durante doce horas seguidas- en relación a los regalos recibidos por la pareja.

La investigación policial ha puesto una cifra a lo que ellos califican de ‘intercambio de obsequios normal entre amigos': un millón de shéqueles (unos 230,000 euros) en regalos, un importe que ya no puede desdeñarse.

La imagen de Netanyahu se ha ido dañando progresivamente durante este tiempo, con estos y otros escándalos, aunque no sobremanera, y sigue manteniendo hasta la actualidad el apoyo inquebrantable de sus seguidores y su partido.

‘Es un asunto muy serio, por la cantidad de dinero y por el peso de los cargos', señala a Efe el investigador y analista político Mitchell Barak, que ve probable que el jefe del Gobierno acabe siendo imputado.

Algunos analistas indicaban hasta ahora que, en Israel, un jefe del gobierno no pierde su cargo por ‘unos cuantos puros y champán caros'; pero un millón de shéqueles y, sobre todo, las pruebas policiales de que a cambio de estos se hicieron favores al millonario Arnon Milchan que dañaron las arcas del Estado pueden dar un vuelco a la situación.

En los últimos meses del 2017, se repitieron casi cada sábado pequeñas manifestaciones contra la corrupción en distintas partes del país, que llegaron a ser multitudinarias en Tel Aviv.

Si los israelíes salen de nuevo masivamente a las calles a llamar corrupto a su primer ministro, la presión puede hacerse difícil de soportar para sus socios de los cinco partidos que conforman la coalición.

La recomendación policial para que se le impute es ‘dramática, un terremoto político, pero por ahora no supondrá un cambio sobre el terreno político', dado el cierre de filas de la coalición, explica Abraham Diskin, profesor emérito de Ciencia Política en la Universidad Hebrea de Jerusalén.

‘Netanyahu parece estar bastante decidido a continuar en su cargo' y por el momento no hay nada que se lo impida, ya que la ley israelí solo le obliga a dimitir después de ser juzgado y condenado, algo que tendría que hacer el Tribunal Supremo.

Diskin opina que ‘todos los sucesos señalan que no va a haber unas elecciones en un futuro cercano', ya que cuenta por el momento con el voto de 66 de los 120 diputados de la Knéset (Parlamento).

EVIDENCIAS

Primer ministro israelí niega acusaciones

Los investigadores señalan que hay pruebas suficientes de que el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, recibió sobornos en regalos por valor de hasta 230 mil euros de un millonario a cambio de favores, algo que el jefe del Gobierno niega, aduciendo que se trató de un intercambio de obsequios entre amigos.

El abogado de Netanyahu, Amit Hadad, negó la cifra en declaraciones al diario Times of Israel ' y aseguró que esta ha sido ‘inflada' y que la cantidad no llega a la mitad, un importe que sigue siendo relevante.

El soborno puede ser penado con hasta diez años de cárcel, mientras que el fraude y la ruptura de la confianza pueden conllevar tres.

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