Pacto de recuperación de covid-19 oxigena a la Unión Europea

  • 24/07/2020 00:00
Tras agrias disputas en el bloque europeo, fue aprobado un millonario acuerdo de estímulo económico. Una victoria para los países del sur en medio de la crisis por la pandemia

Luego de semanas de tensiones en el seno de la Unión Europea (UE), los principales países del bloque acordaron un plan de estímulo económico de 750 mil millones de euros (alrededor de $858 mil millones) para financiar a la región en la recuperación tras la covid-19.

Pacto de recuperación de covid-19 oxigena a la Unión Europea

La aprobación del plan se puede considerar un éxito para la organización, especialmente para los Estados del sur, ante las presiones de Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca, que buscaban recortar los fondos de colectivos. Estas diferencias fueron precisamente las que hicieron fracasar un posible acuerdo en febrero pasado.

Del total del fondo, unos 390 mil millones de euros se distribuirán en subvenciones a fondo perdido y 360 mil millones como préstamos.

La idea tras las ayudas es apoyar los programas de inversión y reformas de las naciones afectadas por el nuevo coronavirus.

Con más de 3 millones de casos confirmados y cifras de muertes que superan los 200 mil, Europa se levanta tímidamente luego de que a mediados de marzo fuera el epicentro mundial de la pandemia. España (267,551 contagios / 28,426 fallecidos), Italia (245,032 / 35, 082) y Francia (167,456 / 30,060) han sido los más golpeados por la crisis; solo superados por el Reino Unido (296,381 / 45,501) que oficialmente se marchó de la UE el 31 de enero pasado.

El reparto del dinero, que se realizará tomando en cuenta el PIB, la cantidad de población y la tasa de desempleo entre 2015 y 2019, se realizará en dos partes: para 2021 está comprometido el 70% de los fondos, mientras que el 30% restante se usará hasta finales de 2023.

Para acceder a las ayudas, los Estados deberán presentar ante la Comisión Europea (CE) sus planes de inversión y reformas, los cuales deberán cumplir con las recomendaciones del organismo, es decir, que su uso potencie la creación de empleo y el crecimiento, así como la transición ecológica y digital.

Igualmente, los fondos deben ser aprobados por una mayoría calificada dentro de la CE, unos 15 países, que equivale al 65% de la población del bloque. También queda establecido que cualquier Estado miembro podrá frenar los desembolsos en caso de considerar haya incumplimientos, elevando su reclamo al resto de los países, para ser discutido en una cumbre de líderes de la UE si se frenan o no las ayudas.

El acuerdo representa un “bálsamo” temporal a las tirantes relaciones que tuvieron lugar durante los primeros meses de la pandemia, cuando la desesperada carrera por insumos médicos ante la saturación de los servicios sanitarios abrió una suerte de “rapiña” que complicó las relaciones europeas.

Pacto de recuperación de covid-19 oxigena a la Unión Europea

Situaciones en las que Francia requisó de manera unilateral un lote de mascarillas de fabricación sueca que tenían como destino España e Italia, solo por estar de paso en territorio galo; o que República Checa hiciera algo parecido con mascarillas chinas que tenían destino Italia, fueron solo algunos de los casos.

Al mismo tiempo, la respuesta de Bruselas al inicio fue errática y sin una coordinación efectiva entre los Estados miembros, sumado al boicot de los países del norte, al acuerdo de ayudas en febrero. Esto llevó a que los países más afectados pidieran ayuda a naciones extracontinentales como China y Cuba, con suministros de pruebas y personal médico.

En medio de la incertidumbre por la falta de vacunas y las consecuencias económicas de la pandemia, que de acuerdo con datos del Banco Mundial se reducirá en un 5,2% este año, convirtiéndose en la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial, el acuerdo podría ubicar al bloque comunitario en una mejor posición en el panorama internacional y evitar que se profundicen más las desigualdades existentes dentro de la organización.

Lo pactado permitirá también a los países hacer importantes inversiones, lo que de alguna forma ayudará a atenuar los efectos de la crisis económica y evitar así –o al menos retrasar– una recesión en la eurozona.

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