Cinco claves para entender la segunda vuelta presidencial en Colombia

  • 18/06/2022 00:00
Más de 39 millones de colombianos irán a las urnas este domingo en un proceso electoral inédito. Dos fuerzas políticas contrapuestas, desde la izquierda y la derecha, buscan asumir la bandera del “cambio” tras el rechazo a los partidos de las élites en primera vuelta
Un hombre pasa frente a un grafiti del candidato presidencial Gustavo Petro en Bogotá.

La única certeza sobre los resultados de la segunda vuelta presidencial en Colombia, es la incertidumbre. Según la mayoría de los sondeos, el magnate de derechas Rodolfo Hernández de la Liga de Gobernantes Anticorrupción y Gustavo Petro de la coalición de izquierdas Pacto Histórico, se encuentran en una suerte de “empate técnico”.

Estabilidad política

Petro y Hernández, son dos figuras políticas que han recogido el descontento de amplios sectores de la población contra los partidos tradicionales, históricamente ligados a una lógica oligárquica del poder que parece agotada en el país sudamericano

Si bien ambos candidatos podrían verse como una expresión de un “votos protesta” que afloró en la primera vuelta del pasado 29 de junio, los esquemas clientelares ampliamente cuestionados por ambos candidatos nunca salieron del panorama político, así lo considera José Capera, docente de la Universidad de Los Andes e investigador sobre proceso electorales. Además, en opinión del académico en Colombia se podría estar jugando este domingo la estabilidad social del país, aquejado por problemas estructurales centenarios como la desigualdad, la violencia política o la concentración de la tierra.

“Se habla de la estabilidad democrática en Colombia, pero una estabilidad democratica marcada por una amplia desigualdad, por asesinato sistemático, por violaciones a los derechos humanos, por problemas estructurales y tenemos una pandemia que no nos ha permitido superar algunos rezagos económicos, venimos con unos estallidos sociales y unas movilizaciones muy profundas (…) yo creo que para concretar está en juego la paz”, reflexiona el académico.

Para Capera, la credibilidad de las instituciones colombianas, especialmente las que llevan el proceso electoral podría salir fortalecida o gravemente golpeada tras estos resultados.

Mujeres vicepresidentas

Más allá del resultado de este domingo al cargo a presidente, de lo que sí hay claridad es de que Colombia tendrá a una mujer afrodescendiente en la vicepresidencia del país. Tanto Hernández como Petro cuentan con figuras femeninas: la docente Marelen Castillo y la jurista Francia Márquez. Las dos, aunque comparten un origen común, se encuentran en las antípodas políticas.

Mientras Márquez fraguó su carrera política como activista social y abogada de las comunidades que huían del conflicto armado, además con una clara postura de izquierda y feminista, Castillo era prácticamente desconocida cuando asumió la candidatura en la fórmula con Hernández, formada como profesora; sus posturas políticas parten desde unas premisas conservadoras y con un fuerte componente de creencias cristianas.

Adiós al “centro político”

En menos de tres semanas, así llegan Petro y Hérnandez a los comicios de este domingo 19 de junio; el denominado “centro político” prácticamente se difuminó en la polarización que vive el país.

Gran parte del Coalición de Centro Esperanza de Sergio Fajardo -quién optó por votar en blanco- se inclinó por Petro, entre el que fuera la propia fórmula para vicepresidente de Fajardo, Luis Gilberto Murillo. Otras figuras relevantes del “centro” político que respaldaron al Pacto Histórico fueron el exalcalde de Bogotá, Antanas Mockus y la senadora Angélica Lozano.

Igualmente los políticos Catalina Ortiz y Carlos Amaya, también del Centro Esperanza, decidieron respaldar al “ingeniero”, como se le conoce popularmente a Hernández.

En el caso de la derecha, esta ha endosado su apoyo a Hernández luego de que su candidato, Federico 'Fico' Gutiérrez, no consiguiera pasar a segunda vuelta; mientras que la extrema derecha, enmarcada en el partido Centro Democrático del expresidente Álvaro Uribe, dio casi de inmediato su respaldo al “ingeniero”.

Ambos candidatos han sido cuestionados de fijar alianzas electorales en este balotaje, con fuerzas consideradas de los partidos tradicionales, aunque está por verse si esto les pasará factura el domingo.

A las urnas sin debate

La última gran polémica llegó con la decisión de la Sala Séptima del  Tribunal Superior de Bogotá, que a menos de tres días de este domingo, falló a favor de una tutela (un recurso de amparo) que exigía a Petro y Hernández debatir por 60 minutos con difusión de los medios a más tardar el jueves. Las propuestas de los candidatos por fin serían contrapuestas, en boca de sus proponentes y en televisión nacional. Pero al caer la noche del jueves no hubo debate.

Hernández desde un inicio afirmó que no iría a debates, pero luego de la decisión judicial dijo estar dispuesto a participar pero con condiciones. Que se diera en su natal Bucaramanga, fuera conducido por periodistas específicos y que se trataran temas al margen de los programas de Gobierno, estaban entre la lista de exigencias.

La resolución del tribunal fijaba que ambos candidatos debían negociar los temas y normas del debate, además de pedir conjuntamente en el sistema estatal de televisión la consecución del debate. La campaña de Petro se presentó en la sede del Sistema de Medios Públicos de Radio Televisión Nacional de Colombia (RCTV) pero de la campaña de Hernández nadie asistió.

Petro dijo desde su cuenta de Twitter que “dejaba en manos de la RTVC” la organización del debate, pero al final Hernández desistió y culpó al candidato del Pacto Histórico de “frustrar” la posibilidad. Así las cosas, este domingo la población irá a las urnas sin haber visto a los candidatos discutir sus propuestas.

Voto blanco y abstención

Como parte de las opciones políticas que tendrá la población en el tarjetón electoral estará el voto blanco. Un porcentaje importante de la población, similar al líder del Centro democrático Fajardo, probablemente no se decante por ninguna de las dos propuesta en el marco de la polarización que vive el país.

Otro elemento clave será el alto porcentaje de abstención, un fenómeno que ha acompañado los procesos electorales durante décadas y que en la primera vuelta de 2022 cambió. Con un 47% de no participación, los últimos comicios fueron los de mayor participación en la primera vuelta en los últimos 20 años. Se espera que en esta segunda vuelta se reduzca más el número de personas que eligieron no votar.

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