‘Obamacare’ divide a Estados Unidos

WASHINGTON. El plan público de salud que quiere impulsar la Casa Blanca en el marco de su reforma médica, bautizada como “Obamacare”, h...

WASHINGTON. El plan público de salud que quiere impulsar la Casa Blanca en el marco de su reforma médica, bautizada como “Obamacare”, ha provocado no sólo la furia republicana sino también la división en las filas demócratas.

Obama quiere mejorar la calidad y cantidad de cobertura médica con la participación directa del gobierno federal en proporcionar cobertura clínica a los 47 millones de estadounidense sin cuidado médico.

Su deseo no ha sentado bien con los grupos de poder aliados a las aseguradoras, cuyo sistema privado podría colapsar si la propuesta presidencial logra ser aprobada y funciona de manera eficiente.

Los problemas de Obama empiezan con varios legisladores republicanos, quienes intentan impulsar para setiembre próximo una reforma híbrida que asegure la vigencia de las compañías de seguro médico y, a la vez, un espacio limitado para la propuesta de la Casa Blanca.

Sin embargo, no paran ahí. Obama tampoco cuenta con el beneplácito de todos los demócratas. Las tensiones internas salieron a plena luz después de que el presidente dijo durante el fin de semana que el plan público era sólo “una pequeña parte” del conjunto de la reforma y de que la secretaria de Salud, Kathleen Sebelius, afirmara el domingo que “no es el elemento esencial” de la reforma.

Para muchos, las palabras de ambos respondían a opiniones de demócratas moderados como Kent Conrad, presidente del Comité Presupuestario del Senado, quien propuso, en lugar de la participación directa del gobierno federal, la creación de cooperativas de salud sin ánimo de lucro que competirían con las aseguradoras privadas y que operarían bajo un paraguas nacional con filiales estatales.

Las declaraciones de Obama amenazan con desincentivar a las bases progresistas que lo llevaron al poder en noviembre pasado, entre los cuales esta el demócrata Howard Dean, ex presidente del partido y médico de profesión, quien opinan que la ausencia de un rol del Estado en el sistema de salud vaciaría de contenido la reforma.

Jim Morone, profesor de la Universidad de Brown, pronostica que si los demócratas deciden debilitar o retirar la “opción pública” de la reforma, los progresistas “se quedarían en casa en los comicios” legislativos del próximo año, como ocurrió cuando el Gobierno de Bill Clinton fracasó con su reforma sanitaria.

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