Este evento que se vio fundamentalmente desde América, empezó sobre la medianoche de este viernes 14 de marzo y llegó a su máximo sobre las 3 de la mañana,...
- 03/11/2008 01:00
- 03/11/2008 01:00
PANAMÁ. En una sociedad democrática, es común escuchar que “todo voto cuenta”. La dura verdad es que dentro del sistema electoral de los Estados Unidos, hay muchos votos en las elecciones presidenciales que no contarán para mucho.
El sistema electoral de los Estados Unidos le asigna votos electorales a los 50 estados y al distrito de Columbia, y el candidato con más votos populares dentro de cada estado se lleva todos los votos electorales del mismo. Para llegar a la Presidencia, un candidato debe recolectar 270 de los 538 votos electorales. En estados claramente demócratas o republicanos, un voto para el partido opuesto no tiene peso alguno. Tal es el caso de California, por ejemplo, estado históricamente demócrata. Un voto republicano en California no ayudará a elegir a John McCain, ya que —con un voto popular mayormente demócrata— todos los 55 votos electorales del estado irán para Barack Obama.
A través de esta campaña presidencial, hemos visto varias veces mapas de los Estados Unidos dividido por estados rojos, azules, y morados. Estos mapas representan la inclinación política de la mayoría de los ciudadanos dentro de un estado de acuerdo con las últimas elecciones y las últimas encuestas. Los estados rojos son aquellos que han votado y se espera que seguirán votando por el candidato del Partido Republicano, mientras que los azules muestran una inclinación por el Partido Demócrata. Los estados morados —ni rojo ni azul— son aquellos que no tienen una trayectoria definida y podrían inclinarse hacia cualquier lado del prisma el 4 de noviembre.
De acuerdo con las últimas estadísticas del New York Times, los estados hasta el día de hoy que se han vestido de rojo en definitiva incluyen a Texas, con 34 votos electorales, Tennessee, con 11 votos electorales y Louisiana con 9. La mayoría de los estados rojos tienen entre 3 y 10 votos electorales y, en total, aseguran —según los expertos— 127 votos electorales (fuera de los 270 necesitados para ganar) para el Partido Republicano.
Aparte de los votos rojos están los estados que al momento se inclinan hacia el rojo, como Georgia (15 votos), que en total suman 30. Si las elecciones fueran hoy, además de estos 157 votos, McCain necesitaría 113 votos electorales adicionales para ganar: los 75 votos electorales de estados que todavía no se pueden definir, incluyendo a Florida, y algunos de los que actualmente se inclinan hacia Obama, según las encuestas.
Las últimas encuestas establecen que 244 votos electorales serán definitivamente azules, la mayoría provenientes de estados históricamente demócratas como lo son California, Nueva York e Illinois.
También predicen que 62 votos electorales, incluyendo aquellos de estados históricamente republicanos como Virginia, probablemente terminarán en manos del candidato demócrata. Si estas predicciones se hacen realidad, estos 306 votos le ganarían las elecciones a Obama.
Los candidatos enfocan su tiempo y esfuerzos en los estados morados (también conocidos como “swing states” en inglés), aquellos donde la diferencia de votos entre los partidos demócrata y republicano es tan estrecha, que ponen en juego el resultado de las elecciones. Durante las últimas semanas, Barack Obama y John McCain han viajado repetidamente a estados como Florida y Ohio, tratando de ganarse la confianza y el voto de cualquiera y todos los votantes indecisos.
En el transcurso de las campañas electorales, algunos estados morados han ido cambiando de color: Virginia, con 13 votos electorales y Ohio, con 20 votos electorales (el cual el presidente George W. Bush ganó por un mínimo margen en el 2000 y el 2004), ahora se muestran inclinando hacia el azul, por ejemplo.
Entre los estados que siguen morados están Misuri (11 votos electorales), Carolina del Norte (15 votos electorales), y Florida (27 votos electorales).
Estos serán los estados más interesantes para seguir el día de las elecciones, además de los estados como Georgia y Virginia que se inclinan hacia el rojo o el azul hasta el momento, según las encuestas, pero que podrían cambiar al final.
Con cualquier mínimo movimiento en el espectro, estos estados decidirán al próximo presidente de los Estados Unidos.