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- 11/06/2010 02:00
- 11/06/2010 02:00
LA HABANA. El tema de la producción agrícola en Cuba, es un asunto que parece traído de un cuento que no tiene final, pero tampoco se le puede encontrar el nudo central. El hecho cierto es, que medidas, decretos y reorganizaciones estructurales del sector no han logrado en 50 años mantener una producción estable, y aún menos satisfacer las necesidades de la población.
El gobierno de Raúl Castro, que sufre una aguda falta de liquidez, ha alentado a los agricultores a aumentar la producción para poder reducir las importaciones de productos agrícolas.
Semanas atrás un congreso de campesinos agrupados en la Asociación de Agricultores Pequeños (ANAP), pretendía buscar un diálogo con el gobierno para encausar sus producciones y que este respondiera a sus más apremiantes necesidades.
Se trata a toda costa de estimular la producción agrícola, es decir, que la agricultura en un país con más del 85% de tierras fértiles, pueda producir el 80% de los alimentos básicos para el consumo de la población.
Los productores aseguran que podrían producir hasta el 45% de la necesidad total de arroz para una población de 11.3 millones de habitantes. Para lograrlo, reclaman un enérgico y eficaz apoyo del gobierno en la roturación de tierras y el abasto de aguas, temas hasta ahora no resueltos.
Otro tema con varias aristas es la producción animal. Se produce carne de puerco para satisfacer el consumo, sin embargo, la insuficiente red de frigoríficos impide el crecimiento de la distribución y en consecuencia, el precio de venta se dispara.
La masa ganadera productora de leche es insuficiente, lo que no garantiza ni un litro de leche per cápita. Recientes experiencias aplicadas en comunidades del interior del país, han evidenciado que es posible con los recursos locales, la distribución en esos territorios, del preciado alimento.
Ello evidencia que el Estado no puede ofrecer una respuesta en cantidad, calidad y eficiencia a la producción de alimentos que viene de la agricultura, es sin duda alguna, la pequeña propiedad agrícola quien lo pueden hacer y lo haría mejor si el gobierno apoyara con recursos y menos tecnocracia.
La agricultura en Cuba es controlada por el Estado, quien es dueño del 70% de la tierra cultivable. El otro 30% que se destina a los campesinos, cooperativistas o productores individuales, garantiza el 70% de la producción agrícola. Por otra parte, casi un 37% de las tierras permanecen ociosas.
Producir sin las ataduras del Estado, beneficiaria al propio Estado y contribuiría a disminuir el alto grado las importaciones de alimentos por valor de entre $1,500 y $2,000 millones, un 80% de lo que consume el país.