Este 3 de noviembre en el Palacio de Las Garzas el presidente José Raúl Mulino encabezó los actos en honor a los 121 años de la separación de Panamá de...
- 29/04/2016 17:38
- 29/04/2016 17:38
De pie en la parte de atrás de una camioneta, Manny Pacquiao saborea una ovación mientras reparte caramelos, camisetas y apretones de manos entre la muchedumbre. Para esta leyenda del boxeo, las senatoriales filipinas son su combate más sencillo.
Nadie pone en duda en Filipinas su victoria en las elecciones del 9 de mayo, después de sus dos mandatos en la cámara baja del Parlamento, y sobre todo la inmensa popularidad de este deportista de origen humilde, uno de los mejores pagados del mundo, Y él todavía menos.
Por eso se ha permitido el lujo de esperar hasta esta semana para lanzar la campaña, cuando otros ya llevan meses de mítines.
Antes de concentrarse en la política, el octacampeón del mundo tenía que terminar con el cuadrilátero. Lo hizo por todo lo alto, ganando el 9 de abril en Las Vegas el último combate de su dilatada carrera contra el estadounidense Tim Bradley.
Los sondeos muestran que Emmanuel "Manny" Pacquiao tiene prácticamente asegurado uno de los 12 puestos de senadores (sobre 24) que se disputan el 9 de mayo, lo que explica que no tenga que esforzarse por convencer a los escépticos."Me siento feliz de hacer campaña. Hay tanta gente que me anima", declaró a la AFP.
- Ayudar a los pobres -
Aunque corren rumores sobre una vuelta a los rings para medirse a su gran rival Floyd Mayweather, él asegura que ya no piensa en el boxeo."Ahora soy un político a tiempo completo", explica Pacquiao, criticado con frecuencia por su absentismo en el parlamento durante sus dos mandatos.
"Todavía recuerdo cuando me lancé en el boxeo e hice cuanto pude por ser campeón. Ahora siento lo mismo".Su aura se empañó en febrero, cuando dijo que los homosexuales eran "peores que los animales". Pero sus palabras sólo tuvieron repercusión en el extranjero, en su tierra sigue siendo tan popular como antes.
El jueves, en la ciudad filipina de San Pablo, al sur de Manila, la gente se disputaba un apretón de manos o un selfi con el campeón.
"Pacman", como se le conoce, nació en 1978 en el seno de una familia pobre. Hubo un tiempo en el que vendía buñuelos en la calle y se dedicó al boxeo para salir de la miseria.
Desde su punto de vista, su trayectoria será muy útil para ayudar a los pobres, por ejemplo subiendo el salario de los profesores, dando becas a los estudiantes con pocos medios y subvenciones a los campesinos.
-'No tiene necesidad de ser corrupto'-
"Le digo a la gente que no pierda la esperanza porque su vida no es peor de lo que era la nuestra. No teníamos casa, ni tierras y a veces ni siquiera comida", explica.
"Sé lo que es dormir en la calle", añade el boxeador, que según Forbes ganó 147 millones de euros en 2015.
En San Pablo su discurso convence. "Espero que dé perspectivas a los que no tienen diplomas", afirma Jessica Bautista, un ama de casa de 29 años.Su marido Julius, conductor de tuk-tuk (motocicleta de tres ruedas) también es partidario de él.
"Es tan rico que no necesita ser corrupto", asegura. A los que dicen que no tiene la formación necesaria ni resultados políticos para ser un buen senador, Pacquiao les responde con su trayectoria de hombre hecho a sí mismo.
"Dios me ha permitido subir de la nada para convertirme en alguien", declara el campeón, que aspira a ser presidente del país algún día.