El sueño de María Miranda

Actualizado
  • 27/12/2009 01:00
Creado
  • 27/12/2009 01:00
CHIRIQUÍ. Con una alegría y esperanza en su rostro María Miranda, una niña de tan sólo 11 años que reside con su madre enferma de cáncer...

CHIRIQUÍ. Con una alegría y esperanza en su rostro María Miranda, una niña de tan sólo 11 años que reside con su madre enferma de cáncer en la comunidad de Villa Escondida en el corregimiento de Pedregal, tiene en su mente varios sueños que desea se les haga realidad en Navidad o en el Año Nuevo.

“Bueno.. uno de mis sueños es tener una casa en mejores condiciones para mi mamá y yo, otra es estar en la Red de Oportunidades, tener una estufa, una lavadora, una beca para seguir estudiando, una laptop y como si fuera poco hasta un Blackberry”, señaló María Miranda.

Miranda, afirmó con seguridad que uno de sus sueños es tener una casa, que su mamá tenga su máquina eléctrica para que de esta manera pueda lograr ingresos para sus gastos, ella sabe coser y anteriormente hacia trabajos en la comunidad logrando su sustento, pero por la condición de la salud le impide seguir usando máquinas de pedal.

Nos cuenta María que la maquinita de su mamá ya está viejita que de tanto usarla ya no soporta más y es el único sustento de mi mamá, dijo la niña Miranda con lágrimas en los ojos mientras nos mostraba su humilde casa.

La vida en la casa de Miranda es tan difícil que ella se levanta todos los días a las cinco de la mañana antes de ir al colegio para ayudar a su madre a sacar agua de un pozo que sólo lo busan para lavar, menos para tomar.

En la comunidad de Villa Escondida ningún morador cuenta con agua potable ya que tienen que caminar largos caminos para obtener el líquido en un grifo o pluma comunal, donde tienen que formar largas filas para recoger y cargar el agua por laderas en tanques hasta sus casas.

La menor dijo que muchas promesas han llegado a su casa, pero todo queda allí, mientras viven una realidad.

“Yo le pido al gobierno o al ministro del MIDES, Guillermo Ferrufino para que se acuerde de nosotros que no tenemos nada, una humilde casa de zinc en techo y paredes, piso de tierra y sin esperanzas de que alguien nos ayuden.

OPERACIONES

María Eudosia González, es la madre de la niña María, ella nos contó que fue operada dos veces de cáncer, ahora no puede trabajar como antes y está necesitando su máquina para poder ayudar a su hija.

“Yo coso de todo, pantalones, camisas y vestidos para ocasiones especiales”, afirmó Eudosia.

Agregó que tiene que acudir citas a la capital, comprar los medicamentos en la mayoría de las ocasiones no tiene dinero para comprarlos.

APOYO

El único apoyo que recibe esta familia son 60 dólares de la pensión de la niña, pero no es suficiente porque debe pagarse la luz, alimentación, el transporte, útiles escolares y otros gastos.

Realizan actividades como venta de masa de maíz que la niña lograr ubicar entre los moradores.

La comunidad por medio de la iglesia del lugar le hacen llegar ciertos apoyos.

María Miranda, una niña dinámica y alegre, es actualmente tesorera de la Cooperativa de Jóvenes de Villa Escondida, no pierde las esperanzas y tiene su fe en que Dios se va a acordar de ellas.

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