Nuevo pacto por la salud reproductiva

Actualizado
  • 21/09/2013 02:00
Creado
  • 21/09/2013 02:00
PANAMÁ. ‘Nadie nacerá para morir innecesariamente’. Así concluyó la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa...

PANAMÁ. ‘Nadie nacerá para morir innecesariamente’. Así concluyó la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa Etienne, la mesa redonda que precedió la firma de la Declaración de Panamá para eliminar las desigualdades de salud en Latinoamérica y el Caribe.

Etienne fue enfática y su deseo es el mismo de todos los que hablaron antes que ella.

Como lo describe el documento, al que se adscribieron 26 países y 7 organizaciones internacionales, lo que buscan es que se cumpla ‘una promesa renovada, reducir las inequidades en salud reproductiva, materna-infantil’.

CAUSAS PREVENIBLES

En América Latina y el Caribe han disminuido las cifras de mortalidad materna e infantil. Entre 1990 y 2010 se redujo un 42.9% la primera y en un 57.2% la segunda, pero todavía siguen muriendo madres y niños por causas prevenibles. En el 2011 en la región, 236 mil niños no llegaron a cumplir cinco años y la mitad de ellos murió antes del primer mes de vida.

El administrador adjunto de la oficina de Salud Mundial de la Agencia de Cooperación para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAid), Ariel Pablos-Méndez, explicó que si hoy es necesario que el mundo se vuelque hacía esfuerzos por evitar estos fallecimientos es porque el mal ha perdido protagonismo entre las causas altruistas. Entonces a través del prevención, se pretende evitar estas muertes.

En la década del 80, se dio la primera revolución de la supervivencia infantil. Unió esfuerzos gubernamentales y de organizaciones sin fines de lucro para garantizar la atención primaria selectiva, que consiste en aspectos de salud vitales como la nutrición para el crecimiento, la alimentación de pecho, la inmunización y la solución de rehidratación oral.

ATENCIÓN DESVIADA

A pesar de que la velocidad de la reducción de muertes materno-infantiles aumentaba, ‘la atención global fue disipada por la necesidad de enfocarse en un reto nuevo: el sida, epidemia que amenazaba al mundo’, aseguró Pablos-Méndez.

Sin embargo, ello no quiere decir que la campaña haya sido en vano. El representante de USAid admitió que ‘aunque hubo algunos retrasos, los logros se han mantenido, de hecho las ganancias se han acelerado de manera significativa. Ahora sólo quedan los pocos, los más difíciles que son los sectores más pobres’.

BRECHA ECONÓMICA

Aún así, la región, hoy tiene una brecha económica por salvar con los más pobres.

La secretaria Ejecutiva Iniciativa Salud Mesoamérica 2015 del Banco Interamericano de Desarrollo, Emma Iriarte, estima que para que esta brecha se acorte y se puedan brindar servicios médicos de calidad, ‘se necesitan 500 millones de dólares’.

LAS CIFRAS EN PANAMÁ

Los porcentajes mencionados sobre la disminución de la mortalidad materno-infantil, pueden variar sustancialmente entre países y, casi siempre, las más vulnerables son precisamente, las familias con bajos recursos económicos.

En Panamá, según un informe de la Unicef, publicado en 2011, por cada 100 mil nacimientos, mueren 42 mujeres. Y de esos recién nacidos, 1200 no llegan a su primer año de vida.

Esto representa una disminución de alrededor del 50% en la mortalidad materno-infantil en el país, cuya población más vulnerable, se encuentra en las comarcas y de difícil acceso.

De acuerdo a estimaciones de la Unicef, las principales causas de los padecimientos de las madres se deben a embarazos en edades muy tempranas y la falta de un control prenatal. En cuanto a los niños, las afecciones perinatales, malformaciones congénitas, neumonía, diarrea, desnutrición, accidentes y actos de violencia son los motivos más comunes de las muertes.

INTENCIÓN DE MEJORAR

El secretario general del Ministerio de Salud, Félix Bonilla, sostuvo que en Panamá se está ‘apostando por la prevención’ con proyectos como la capacitación de personal de salud en atención de parto y la creación de albergues para madres y sus familias que viajan desde lugares remotos. ‘Pensamos en el futuro del país, los niños’, aseguró el secretario del Minsa.

Pero para que los niños que esperan proteger puedan llegar al mañana que les prometen, tal vez sea entonces necesario que los esfuerzos se conviertan en soluciones a problemas sociales y económicos que se asocian a la salud para formar el contexto dentro del que viven.

En el istmo, cerca de la mitad de los menores de seis años viven en condición de pobreza y uno de cada tres con bajos recursos está desnutrido. El 11.1% de los infantes entre 4 y 17 años no asiste a la escuela.

Tal como explicó Carissa Etienne en aquel discurso con el que cerró la presentación de la Declaración de Panamá, ‘no se pueden separar las inequidades de todas las áreas, hay que ser integrales’.

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