Más que un avistamiento, todo un mercado mundial

Actualizado
  • 25/09/2013 02:00
Creado
  • 25/09/2013 02:00
Colón sabía que la tierra era redonda, pero la imaginó más pequeña de lo que es. Sus cálculos reflejan que medía 30 mil kilómetros de ci...

Colón sabía que la tierra era redonda, pero la imaginó más pequeña de lo que es. Sus cálculos reflejan que medía 30 mil kilómetros de circunferencia. En realidad la tierra tiene 10,000 kilómetros más. Además de una demostración científica, buscaba especias. Lógicamente había una motivación económica, ‘Colón no estaba buscando descubrir almas pueblos diferentes ni nada de eso, él iba a buscar riqueza’, resume el historiador Omar Jaén.

Ambición. Sólo querían encontrar una ruta para comerciar especias y terminaron transformando toda la estructura comercial del mundo. Intencional o no, la llegada de Vasco Núñez de Balboa al Mar del Sur le convirtió en el mayor estratega de su época, y posicionó a Panamá en un lugar clave en la geopolítica mundial. Estatus que no perdería ni con el paso del tiempo.

No estaban buscando lo que encontraron. Sabían que del otro lado de Eurasia estaba China, el sitio donde se podía encontrar el clavo, y otras especies valiosas capaces de conservar la carne. Desde la edad media existía un comercio activo; la ruta de la seda de la China, de Japón y de la India, de donde prevenían los productos que vendían los musulmanes. Los portugueses habían atravesado el Cabo de Nueva Esperanza, en el extremo sur de África, al que Bartolomé Díaz bautizó como ’el cabo de las Tormentas’. Durante muchos años, los navegantes temieron no encontrar una posible ruta marítima que llegara hasta la India, por lo que denominaron a este cabo de Buena Esperanza. Lo que no sabían en aquel entonces es que había otras aguas más calmadas que conducían directamente al desván del oro del mundo.

UN LARGO CAMINO

Los españoles llegaron a la costa norte. No sabían qué había del otro lado, ni siquiera que al descubrir el nuevo mar se abriría un mundo infinito. Sospechaban, no sabían, hasta que Balboa llega y se da cuenta de que el que pisaba, de donde salían los peces que comían para cenar, era otro mar. El Mar del Sur.

–¿Cómo se da cuenta que esta en otro mar? –Cualquier navegante puede diferenciar que las mareas en el Pacífico son muy distintas a las del Caribe, incluso las playas son enormes –responde Jaén–. Las mareas se alejan de la costa entre 60 a 70 kms, y eso no ocurría en el mar donde acostumbraba navegar Balboa.

Al golfo de San Miguel llegan el 29 de septiembre. Desde entonces nada sería igual.

–¿Que significó para este primer europeo ver un nuevo mar?, ¿tenía conciencia de lo que significaba ese descubrimiento? –No, realmente no. Sabía que ese no era el Caribe de donde venían, pero tampoco tenía conciencia de la enorme magnitud del mar que tenía enfrente. Ni tampoco de adónde le llevaría.

Podía ver a lo lejos el archipiélago de Las Perlas. En un principio pensó que estaban en una isla más; desconocía que la tierra que pisaba bajo sus pies pertenecía a un continente de 15,000 kilómetros de extensión. En 1525 las fronteras litorales empiezan a tomar forma, pintan en el mapa lo que conocen y lo nombran de acuerdo a como nombran los sitios. Pero la obsesión por pasar de un lado a otro no deja de martillar la cabeza de la corona. Las expediciones que mandarían para encontrar ese paso llegaría hasta el Rio de la Plata por el sur, y el Rio Hudson al norte.

‘Balboa es, junto con los indígenas, el protagonista que revela a Europa la existencia de un nuevo mar’; y con ello, la constatación de que la tierra es tan redonda como la creía Colón. Una revelación que causa una revolución cosmológica, un golpe a las creencias mas arraigadas, a lo que creía la gente de todas partes; a los amerindios gente distinta a la conocida, luego otro mar diferente al que conocían. ‘Es tan grande como si hoy se descubriera que en una luna de Júpiter hay una población de seres extraños’, describe Jaén.

Es insolito para todos, tanto para los que llegan como para los que están. Una época de eventos fabulosos, el nacimiento de una nueva mitología.

DOMINIO DEL MAR DEL SUR

Los españoles van a dominar México y después de Perú, de donde extraerán todo su oro. Pero la geopolítica del Mar del Sur comienza desde Panamá. De aquí surgen las expediciones que van a El Salvador, las que conquistan el Perú y el Pacífico mexicano hasta California. Los principales puertos del Pacífico comienzan a aflorar; se establecen astilleros, se construyen naves y comienzan las grandes expediciones hasta Filipinas. Y Panamá era el centro de todo este desarrollo.

Se crean dos rutas del oriente hacia Europa; una era la que empleaban los portugueses, que iba a través del estrecho de Málaga y del Océano Índigo. La segunda era la ruta del Galéon de Manila, que iba de Filipinas a Acapulco, atravesando el territorio mexicano.

Todos los años se reunían las mercancías provenientes de China: lacas, porcelanas, sedas, joyas de oro, las famosas especias que llegaban a México y todo se intercambiaba por lingotes de plata que después el gigante asiático empleaba para crear sus monedas.

La expansión de la influencia del Mar del Sur es tan rápida que pronto el 80% de la plata mexicana termina en China, donde se crea la primera economía mundo en 1570, sólo 57 años después del descubrimiento.

Si Asia se hace con la plata, España se hace con el oro a través de la ruta que establece con Perú a partir de su conquista en 1530, cuando establece una ruta entre el Callao, puerto de Lima, y España que pasa por Panamá. Todo el oro inca pasa por el mismo lugar donde el próximo año transitarán los post-panamax.

A partir del Mar del Sur se establecen otras rutas, y los países se reacomodan ante el nuevo panorama comercial del mundo. La otra gran ruta que se crea en el siglo XVI, era la que venía del litoral del Asia desde Japón hasta Indochina, Tailandia, que desagua a través del Océano Índico hacia Europa.

‘Esas rutas desarrollaron toda una economía mundial’, dice el historiador. En el siglo XVI España controla geopolíticamente el pacífico y algunos empiezan a llamar al Mar del Sur ’el lago español’.

EEUU TOMA SU LUGAR

España preservará su poderío en el siglo XVII, pero los portugueses no iban a dejarles tomar ventaja, y se posicionan como fervientes rivales en el área del Pacífico en Asia. Los holandeses también toman parte creando la compañía neerlandesa de las indias orientales, que empleará la ruta hispana para controlar la actual Indonesia.

La poderosa compañía fue la mas grande empresa privada del mundo durante siglos. Un negocio que enriqueció holanda, y a la ruta por la que transitaba.

En el siglo XVIII los británicos les hacen la competencia a los holandeses, y el lago español se va convirtiendo en una laguna británica. Es el inicio del ocaso español. El Pacífico empieza a cambiar de bandera, con los piratas ejerciendo su dominio político en el Océnano Pacífico.

La independencia de las naciones hispanoamericanas ebulle entre 1808 y 1821, secando de forma definitiva el lago español, y España sucumbe con él. Del mapa español en el que se lee ‘en España nuca se pone el sol’, queda solamente Filipinas. Y eso dura hasta 1898, cuando España pierde sus últimas colonias y sus principales posiciones como resultado de la guerra hispanoamericanas por Cuba.

Pero para entonces, ‘se calcula que el comercio entre 1538 y 1540 y la mitad del siglo XVII, es decir en un siglo, entre el 55% y el 60% de todo el comercio de exterior del nuevo mundo, incluyendo Brasil, con los países europeos pasó por Panamá en el sistema de flotas y armadas’, explica Jaén. El 80% del sur y el 20% de centroamerica.

UNA MARINA EN AUGE

El Galeón de Manila comenzó por 500 toneladas y terminó con 2,000. Tenía diversos niveles, los contenedores comenzaron a mitad del siglo XIX.

En 1669 el imperio de la compañía neerlandesa poseía 150 barcos mercantes, 40 barcos de guerra, 50 mil empleados, mas de diez mil soldados, prácticamente un ejército privado.

En dos siglos transportaron casi a un millón de europeos en 4,785 barcos y llevaron hacia Europa mas de 2.5 millones de toneladas de mercancía asiática. Después viene el mercado chino, que importa toda la plata de México, las pieles de nutria de Alaska y la madera de sándalo.

Los británicos comienzan a exportar de la India opio, convirtiéndose en los primeros grandes narcotraficantes del mundo.

Pero no era el opio lo que más dinero generaba. Al igual que sucedería siglos después, es Estados Unidos el que se lanza a la conquista energética. Antes del petróleo, en pleno siglo XIX, todo el alumbrado público dependía del aceite de ballena.

Fueron millones de ballenas las que cazaron. Estados Unidos tenía una flota de 228 barcos para la caza de este animal, que se incrementó a 550 barcos en 1844, con más de 10,000 marinos que se dedicaban a la pesca de esta fuente de energía.

El paso por Panamá tenía futuro, y Estados Unidos lo sabía. Desde la II Guerra Mundial, con la derrota de Japón, EEUU domina el Pacífico. Tiene la flota mas poderosa, el sistema de alianzas más fuerte, y en la otra orilla está China, la potencia económica más pujante.

El Pacífico se convierte en el eje del desarrollo y comienzan a aflorar los pequeños tigres asiáticos; Corea del Sur, Taiwan, Hong Kong, etc. En América, México, Peru y Chile se hacen con su espacio.

‘Nosotros deberíamos estar metidos en esas potencias’, señala el historiador tras repasar la historia. ‘Y sin embargo, todavía estamos al borde, tenemos que resolver otras cosas. Lo que puede salvar a Panamá es una revolución educativa profunda. Tenemos un crecimiento enorme porque hay una demanda externa, pero no es generada por nosotros mismos. Lo que nos piden es la posicion geográfica’, sentencia.

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