La semilla de Héctor Gallego sigue germinando en Santa Fe

Actualizado
  • 09/06/2014 02:00
Creado
  • 09/06/2014 02:00
La Cooperativa la Esperanza de los Campesinos, es el gran legado del prelado colombiano, cuya desaparición cumple hoy 43 años de ocurrida

H éctor Gallego sabía que su trabajo en Santa Fe le podría costar la vida, por eso la famosa frase en la que pide que si algo le sucediera no lo buscasen. Aunque a medias, sus instrucciones fueron acatadas. Si bien lo han buscado, los santafereños siguieron con el proyecto del prelado colombiano: Un cambio en el orden social y económico de la comunidad.

El poderío de la Cooperativa La Esperanza de los Campesinos es evidente desde que se llega a Santa Fe. De las pocas tiendas grandes, ubicadas en el centro del pueblo, dos pertenecen a esta asociación.

La cooperativa tiene actualmente más de mil 200 asociados, de los cuales participan activamente alrededor de 800.

Isaías Rodríguez, gerente general de la cooperativa, explica que la asociación campesina es bastante sólida. ‘En estos momentos somos la empresa más grande del distrito y también somos el negocio que tiene mayor incidencia social en Santa Fe’, resaltó Rodríguez.

Según Isaías –quien, de sus 36 años de vida, lleva 19 en La Esperanza de los Campesinos–, la cooperativa genera aproximadamente $4.5 millones anualmente, pese a que los últimos años sus producciones han enfrentado algunas dificultades por el mal clima.

¿Cómo sortean estas dificultades?

–Mediante un trabajo coordinado y buscando las estrategias que Gallego le enseñó a nuestros padres– comenta Isaías Rodríguez, quien agrega: ‘Somos una empresa tenaz’.

Esta tenacidad nace, además de los miembros, de los 79 empleados, con derecho a todas sus prestaciones (seguro social, décimo tercer mes, vacaciones y salario mínimo), que son los que ponen en funcionamiento la cooperativa.

‘Multiplique por cinco, ese es el promedio de beneficiarios indirectos de estos empleos’, recalcó el gerente de la Cooperativa.

SERVICIOS

Como toda iniciativa cooperativista, la idea central es que las ganancias que se generen sean distribuidas en partes iguales entre todos los que la conforman.

Cuenta Rodríguez que el asociado que compra en los supermercado de la cooperativa los servicios que se brindan, ve al final del año una retribución.

‘De la ganancia que sale, al final del año nosotros la repartimos a los asociados, quienes tienen la potestad de usar su parte como mejor lo consideren’, explica Rodríguez.

Pero la Cooperativa La Esperanza de los Campesinos va más allá. Tal y como les enseñó Héctor Gallego, el aspecto social debe ser el centro de su gestión.

‘Somos fundadores del Consejo de Desarrollo Territorial de Santa Fe, un organismo de integración en el que participan todos los actores del distrito y discutimos las políticas de desarrollo y los problemas sociales del distrito de Santa Fe’, destaca Rodríguez, quien también comenta: ‘La Cooperativa patrocina el arreglo de caminos, de la capilla, la jornada de salud; siempre damos apoyo a quien se le puede brindar’.

La empresa tiene varios programas para su membresía. Uno de los más importantes es el de becas para los hijos de los asociados, además de contar con una reserva económica para cubrir gastos médicos en caso de hospitalización, cirugías, exámenes especiales o traslado para citas con especialistas. Dentro de este paquete médico se incluye el pago del 50% para los lentes del asociado que requiera comprarlos.

Sin embargo, el centro de los servicios de la cooperativo están orientados en satisfacer las necesidades que tenga la producción de los campesinos santafereños.

‘En la medida que produzcamos comida vamos a ser libres. Por eso tenemos la reserva de apoyo a la producción y desarrollo en la que le damos gratis, a manera de incentivo, una bomba de mochila, fertilizante y tuberías para llevar agua a sus parcelas. Al final, el asociado puede incluso venderle su producto a la cooperativa’, menciona, orgulloso, Rodríguez.

UNA FUERZA ECONÓMICA

Los sueños de los cooperativistas cada vez son más ambiciosos. Ya no basta con tener supermercados, tiendas, ferretería, producción agrícola, medios de transporte y la procesadora de café ‘El Tute’.

Dentro de los planes en los que trabaja la directiva de la Cooperativa La Esperanza de los Campesinos están la adquisición de su propia estación de combustible, además de una embotelladora de agua de manera que tengan un producto que puedan, incluso, exportar.

Tanto la estación de gasolina como la embotelladora de agua son proyectos a largo plazo porque su realización toma más tiempo.

A corto plazo, está el proyecto de panadería y dulcería propia de la cooperativa, de manera que no deban depender de los productos de otras empresas.

‘En estos momentos están trabajando los planos de la panadería y calculamos que para el mes de octubre ya debe estar lista’, explicó Rodríguez.

La Cooperativa La Esperanza de los Campesinos es una empresa modelo del área de Santa Fe, que busca, a través de sus políticas, crear distintos rubros que les permita una independencia de otros empresarios.

–Estamos convencidos de que Héctor Gallego es un santo, donde esté, porque su dedicación y trabajo, en dos años y medio, es mucho más grande que el trabajo de cualquier otro sacerdote en otra parroquia– reflexiona Isaías Rodríguez–. Todo en esta cooperativa es parte del fruto de la inspiración e ideales del cura colombiano que se adentró en los campos de Veraguas.

CONTINÚA EN LA 10A

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