Auditoría revela fallas en patios y metrobuses

Actualizado
  • 10/11/2014 01:00
Creado
  • 10/11/2014 01:00
Filtros con exceso de polvo y problemas en los ductos y rejillas del aire acondicionado. Falta señalización

La mitad de las anomalías que halló el Ministerio de Trabajo (Mitradel) en la operación del metrobús de la capital tiene que ver con el propio estado de los buses y de los seis patios en donde son guardados.

Los resultados de una auditoría laboral, hecha pública la semana pasada, advierten a Mi Bus (la concesionaria del metrobús) que, por ejemplo, debería limpiar constantemente los ductos del acondicionador de aire para que no goteen, como ocurre ahora.

El documento también insta a la empresa a corregir las limitaciones que enfrentan los discapacitados para abordar los buses: las rejillas están en mal estado o, simplemente, no hay.

El informe no incluye, de todos modos, las correcciones que en 2013 la concesionaria prometió para la accesibilidad de personas ciegas. Entonces se aseguró que los vehículos tendrían sistemas sonoros que anunciarían las rutas.

Pese a eso, el director de la Autoridad de Tránsito (ATTT), Julio González, ha tomado distancia de la auditoría, al salvar que sólo aborda asuntos laborales.

Mi Bus ha adoptado la misma posición. Sus voceros aseguran que no harán comentarios hasta tanto no esté claro el futuro de la concesión, que analiza una comisión liderada por el consejero presidencial Francisco Sierra.

COMODIDAD RELATIVA

La apatía y el silencio se acaban una vez se analiza el escenario de los patios de buses, que hablan por sí solos: los depósitos tienen agua estancada y se debe adecuar el sistema de drenaje para la lluvia.

También, advierte el documento, las señales que distinguen el paso de los buses y de la gente debe mejorar.

La concesionaria debe, además, incrementar el número de fuentes de agua, aunque el Mitradel no dio respaldo a la demanda de los operadores para el establecimiento de clínicas.

Aún así, los operarios aseguran estar satisfechos. El informe da crédito a sus denuncias de las dudosas prácticas laborales en las que incurriría la concesionaria: no hay cuentas de las horas extras laboradas, ni se computa correctamente las horas de entrada y salida.

Tampoco, agrega la auditoría, se cumple cabalmente con el compromiso de aumento de $580 a $604 después de seis meses de trabajo, ni es claro el tiempo que tienen para almuerzo y descanso.

Antenor Guadamuz, líder de la Coordinadora 13/14, que aglutina informalmente a los conductores, asegura que confirmadas las fallas, el gobierno tiene más argumentos para hablar del incumplimiento de la empresa. Aunque la administración también lo ha hecho: los carriles exclusivos apenas se implementan, y la ATTT tardó tres años en darle a la concesionaria las rutas que ganó por concurso.

Los operarios ratificaron el acuerdo ayer, en una asamblea general en el patio de Los Pueblos. Insisten en que no cederán: en que la empresa debe acoplarse a los 20 días (de los que le quedan diez) de plazo que le dio el gobierno para enmendar. O si no, sostienen, irán a huelga.

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