Panamá: una ciudad global con tejido urbano roto

Actualizado
  • 12/10/2019 00:00
Creado
  • 12/10/2019 00:00
Un aspecto que ha descatado durante sus cinco siglos de historia han sido las condiciones de precariedad de la infraestructura, el alto nivel de especulación de los servicios que ofrece a sus usuarios, y el desinterés por parte de los gobernantes

A partir de la década de 1970, se instrumenta una transformación radical en el modelo de la economía panameña, que articula el centro financiero, marcos normativos como el de sociedades anónimas y el abanderamiento de naves, con infraestructuras físicas como el ferrocarril transístmico, la Zona Libre de Colón y el Canal de Panamá, estructurando 'la plataforma de servicios transnacionales', sobre la cual se fundamenta la posición de Panamá como uno de los nodos regionales del sistema financiero global.

Plaza Porras, corregimiento de Calidonia.

Luego de la reversión del Canal, esta 'plataforma de servicios transnacionales' sufre una nueva actualización, a partir de inversiones para su ampliación, la creación de espacios de intermediación global como la Ciudad del Saber, Panamá Pacífico, la construcción de nuevos Bussiness District Centers como Costa del Este, el programa de modernización del Aeropuerto Internacional de Tocumen y la adopción de nuevos marcos normativos como la Ley de Empresas Transnacionales y la Ley de Zonas Francas, que posicionan a Panamá como el principal captador de inversiones de la región y la economía de mayor crecimiento en el continente, durante lo que va de esta década.

Sin embargo, a pesar del éxito de Panamá como nodo regional del comercio y las finanzas, un aspecto que ha destacado durante sus cinco siglos de historia han sido las condiciones de precariedad de la infraestructura, el alto nivel de especulación de los servicios que ofrece a sus usuarios, y el desinterés por parte de los gobernantes en cuanto al mantenimiento y gestión de la ciudad que da soporte a esta función de intermediación.

El centro urbano de Panamá, definido como los barrios de valor histórico- patrimonial (San Felipe, Santa Ana, El Chorrillo, Curundú y Calidonia) y el área de mayor actividad económica (San Francisco y Bella Vista), constituye un área inconexa y discontinua desde el punto de vista de los elementos que deben estructurar el tejido urbano de una zona cuya vocación es dar soporte a esta 'plataforma de servicios transnacionales' sobre la cual el país ha basado el destino de su economía desde hace ya 50 años.

Es notoria la problemática por la ausencia de aceras y espacios públicos en la zona, una infraestructura sanitaria deficiente, la congestión vehicular y los problemas de movilidad o la inadecuada recolección y manejo de los desechos, además de las situaciones de conflictividad entre las actividades comerciales y los residentes de este centro urbano.

Datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censo para 2017, indican que el 50% de los detenidos en cárceles en ciudad de Panamá residen en corregimientos del centro urbano (El Chorrillo, Santa Ana, Curundú y Calidonia) y que el 42% estos detenidos, cometieron los delitos en estos mismos corregimientos.

Indicadores sobre el estado de salud en el Área Metropolitana de Panamá para el período 2001- 2011, muestran que las tasas más altas de mortalidad por homicidios, VIH y tuberculosis se registran en San Felipe, El Chorrillo, Santa Ana, Calidonia y Curundú, siendo esto una muestra del grado de marginación e inseguridad que registra esta zona de la ciudad.

A pesar de que hubo una inversión estimada de 1.4 billones de dólares, para recuperar y generar espacios públicos entre 2007 y 2018 en el centro urbano, su consolidación como una plataforma de soporte para la función de intermediación financiera que la ciudad de Panamá cumple, aún no se materializa.

El reducido número de proyectos inmobiliarios en corregimientos con una ubicación privilegiada como Calidonia, entre 2006 y la actualidad, dejan entrever que aún en un momento de auge económico y en el que se desarrollaban importantes infraestructuras en el área próxima a éste, no se logró una renovación de la actividad económica.

La estrategia desarrollada desde la década de 1970, de apostar a la creación de un centro urbano dinámico y atractivo que brinde soporte a la función de centro de intermediación global de la ciudad de Panamá, no puede continuar basándose exclusivamente en la construcción de rascacielos para oficinas y propiedades de lujo o en el desarrollo de espacio público.

Se requiere un cambio en las estrategias de desarrollo urbano que incorpore en la ecuación, el repoblamiento del centro de la ciudad de Panamá, a partir de una política de Estado que impulse la construcción de vivienda social, con el fin de estimular la reactivación económica y el aprovechamiento de un espacio que hasta ahora se encuentra en un estado de abandono.

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