Juan M. Pascale: 'Después del coronavirus, los políticos sabrán que la ciencia no es un gasto'

  • 15/04/2020 00:00
Para el director general del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud, el roce con el mundo a través de la investigación ofrece una mirada más solidaria y humana. Además, los gobiernos deben servir de combustible para el quehacer científico

Juan Miguel Pascale, director del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud, parece ser un hombre noble y sencillo, que ha sabido forjar un carácter fuerte. Con un doctorado en patología, de la Universidad de Indiana, ha dedicado una buena parte de su carrera a la investigación, una realidad que hoy le vincula a la oportunidad de liderar al equipo de científicos que procesa las muestras de Covid-19. Aunque admite que hay cansancio, la pasión por el oficio es mucho mayor y mantiene encendidos los motores. Desde el Gorgas, Pascale es vigilante del tratamiento que reciben las muestras, de la secuenciación de los genomas, en colaboración con el Departamento de Investigación en Genómica, para luego pasar al laboratorio de Biocontención, donde se aíslan los virus que permitirán hacer experimentos que den las bases a futuras investigaciones. Su andar por el mundo, siempre le trajo de vuelta a Panamá, el suelo con el que afirma un gran compromiso y donde confiesa, ante la avanzada del nuevo coronavirus, que una de las aristas de esta guerra es la competencia con otros países, por la obtención de recursos diagnósticos. Desde esa óptica más humana que la ciencia le ha dado, remarca que es preciso destinar más presupuesto a la investigación: “Creo que el porcentaje de PIB que dedicamos a la ciencia es muy limitado, comparado a otros países; eso es necesario si queremos salir adelante y convertirnos en el Singapur de Centroamérica”. Sin titubeos, sin miedo, reconoce que esta es solo una batalla de muchas, que en el futuro, el mundo deberá enfrentar, además, “la investigación y la ciencia no son un gasto, son una inversión que nos puede dar eficiencia al abordar estas pandemias, que van a seguir ocurriendo”.

Juan M. Pascale, director de la institución.
Desde el pasado 9 de marzo, el enemigo invisible penetró en nuestro país, ¿hay cansancio en este momento?

Sí y no. Físicamente me siento muy bien, duermo bien. Pero hay un poco de estrés; aunque no lo crea, la disposición de reactivos para el laboratorio es uno de nuestros generadores de estrés más grandes; se agotan mundialmente. Conseguir hisopos y medios de transporte no era tan fácil como antes; tuvimos que hablar con Indicasat para que nos apoyaran en la fabricación por un tiempo. Los kits de extracción de RMA tienen una alta demanda en todo el mundo, así que hemos tenido que volver a métodos viejos de extracción; a veces hay escasez de otros insumos y es porque muchos de los países los están acaparando y no tenemos acceso a la tecnología que quisiéramos, por ejemplo, acaba de salir un equipo de Abbot que hace el diagnóstico en cinco minutos y no va a estar disponible para Latinoamérica en un buen rato; hay otro equipo que hace el diagnóstico en 45 minutos y ya nos dijeron que tampoco habrá disponibilidad en América Latina porque el mercado está acaparado por Estados Unidos ante la situación que tienen. Estamos luchando no solo por hacer el trabajo, sino además compitiendo con otros países por la obtención de recursos diagnósticos que están cada vez más valorados.

El Gorgas se encarga de la descentralización de las pruebas en el territorio nacional, para agilizar el tiempo de respuesta de los diagnósticos. En el Departamento de Investigación en Virología hacen diariamente centenares de pruebas de Covid-19.

Hemos llegado a hacer mil pruebas. Estamos aumentando el flujo y varía según el día, la media es de 700 pruebas y queremos subirla; esto tal vez mejore con los centros en Atlapa y en Amador, que harán que el testeo sea más eficiencia. Nosotros hacemos las pruebas, pero si no tenemos el hisopado, no tenemos con qué trabajar; lo más importante es promover que se tome la muestra activamente a los sujetos positivos y a sus contactos.

Se trata de un trabajo de 24 horas todos los días de la semana, ¿cómo se han articulado los esfuerzos?

El Minsa tiene a sus equipos de toma de muestras. Nosotros trabajamos las horas necesarias para cumplir; por ejemplo, si llegan pocas muestras, laboramos hasta la medianoche, pero si llegan 50, 60 o 100, trabajamos 24 horas y nos ajustamos a la demanda. Lo menos que trabajamos son 18 horas diarias.

Desde la confirmación del primer caso en Panamá, científicos del Gorgas comenzaron a secuenciar el genoma de Covid-19 y lograron descifrar su ADN, ¿cuál es el impacto de este hallazgo?

Comparemos cada virus con la página de un libro: cada página tiene letras y párrafos, así mismo el virus tiene un código genético con letras; esas letras determinan lo que es. Más o menos en el código genético de este coronavirus hay 30 mil letras o nucleótidos que generan errores cuando el virus se replica o se divide, esos errores se llaman mutaciones y estas, a su vez, nos ayudan a determinar el origen del virus o si vino de Estados Unidos, Francia, Italia, España o incluso nos pueden ayudar a determinar si se originó en Panamá y ahora está apareciendo en Chiriquí, de tal manera que la secuenciación nos permite seguir el movimiento del virus en el país y cuántos conglomerados de brotes se están formando.

¿Cuál ha sido el comportamiento del virus en Panamá?

Por ahora no hemos visto diferencias en cuanto a gravedad, el virus no está variando; se ha visto que las complicaciones están más asociadas a la persona, la edad, otras enfermedades como diabetes, problemas del corazón o en los pulmones, cáncer, VIH. Lo que sí notamos es que pareciera que hay algunas variantes del virus que son más transmisibles que otras, pero eso es algo muy preliminar.

Mucho se discute en torno a la rápida propagación del virus y al incremento de casos en el país, ¿qué lectura debe darle la ciudadanía a las cifras?

Panamá está haciendo las pruebas y buscando positivos y eso es lo que se debe hacer para aislar y evitar transmisiones, así que tener casos no nos debe dar miedo. Hay países que no reportan casos y yo no les creo; también hay otros que reportan muertes por neumonía y no saben por qué murieron. El hecho de que hagamos diagnósticos y tengamos más casos, no debe preocuparnos; lo que debe preocuparnos es cómo se está moviendo la epidemia y debemos hacer muchas pruebas hasta ver cuándo llegamos a la meseta en la que el número de casos nuevos cada día se va estabilizando o va disminuyendo, eso es lo que queremos, y eso solo lo podemos hacer con las pruebas para determinar hacia dónde vamos y cómo podemos, a través de modelos predictivos, determinar que estamos en una fase estacionaria y luego, descendente.

Entiendo que esta es materia de epidemiología, pero, ¿tienen alguna consideración sobre el tiempo que podría tomarle al virus en Panamá llegar al tope de la curva de contagios?

No soy el más capacitado para esto, y hay un grupo de epidemiólogos haciendo esos análisis, como el equipo de la doctora Lourdes Moreno, en el Minsa, y el de Rodrigo De Antonio, que está aplicando modelaje. Según lo que he visto y lo que ha dicho De Antonio, abril y mayo serán meses cruciales en el desenvolvimiento de la epidemia en Panamá, y dependerá mucho de nosotros y del mantenimiento de la cuarentena y el distanciamiento social.

En el Gorgas trabajan actualmente con experimentos para lograr medicamentos antivirales y generar más secuencias de genomas completos. Esta labor, ¿en qué se traduce exactamente?

Estamos produciendo y plaqueando virus, con la idea de que si en Panamá se decide usar suero o plasma hiperinmune de personas que se han recuperado, podamos decir qué capacidad neutralizante tiene el suero o el plasma para que sea más efectivo, y seleccionar los donantes con mayor capacidad neutralizante para que sea más eficaz el tratamiento.

Ha comentado que es posible que siga surgiendo este tipo de virus ARN...

Este no será el único. Vendrán otros y tal vez estas experiencias nos sirvan para aprender y valorar lo que significa la ciencia y la capacidad de respuesta y diagnósticos en estos casos. Esa para mí es la mayor enseñanza, y además, debemos invertir en ciencia y tener buenos centros de investigación para estar listos cuando sea necesario afrontar estos problemas.

Esto parece ser un punto de inflexión en la historia moderna, ¿habrá un antes y un después del coronavirus, en materia de investigación en Panamá?

Creo que esto creará un gran cambio, sobre todo en los políticos, y se darán cuenta de que la investigación y la ciencia no son un gasto, son una inversión que nos puede dar eficiencia al abordar estas pandemias, que van a seguir ocurriendo; esta no es la primera ni la última; así como lo fueron el H1N1, el ébola en África, el zika, la fiebre chikungunya, ahora Covid-19, y vendrán otras, principalmente de virus ARN.

El Instituto Conmemorativo Gorgas ha sido cuna de la investigación desde hace casi un siglo, ¿cómo cree que ha evolucionado la mística de trabajo humano desde su creación?

Cada vez me siento más orgulloso de la gente que tenemos aquí. Se han preparado en lugares de primer nivel. Antes, pocos querían venir a trabajar acá y preferían ir a otros lugares. Acá en el Gorgas las labores son más demandantes porque no solo tienes que hacer el trabajo, sino que también debes crear, desarrollar, pensar y ser innovador, porque eso es un científico. Así que he visto a mucha gente llegar e irse, pero estoy muy orgulloso de los muchachos que tenemos ahora; gente joven y muy comprometida que quiere seguir adelante; los apoyamos para que hagan maestrías y doctorados porque es lo que queremos, tener cada vez más y mejores científicos para el país.

¿Expectativas para el segundo semestre de 2020?

Esperamos salir de este Covid-19 en el segundo semestre. Soy muy positivo en cuanto a la investigación; creo que vamos a tener un mejor presupuesto; se iniciará la construcción de la primera fase del campus Gorgas, donde está la Ciudad de la Salud. También soy positivo en cuanto al apoyo que tendremos del gobierno, para ciencia. Además, después de esta experiencia, los políticos estarán más sensibilizados en cuanto a que invertir en ciencia, es una ganancia.

¿Podremos alguna vez estar listos para enfrentar pandemias como esta?

Creo que hablar de estar preparados, es una utopía; nunca vamos a estar preparados, cuando no sabemos lo que nos viene. Hay algunos países que tienen una mayor capacidad y por experiencias anteriores tratan de tomar previsiones. Lo importante es tener una mayor capacidad para abordar problemas como este. Puede venir una enfermedad que requiera de respiradores o cuidados intensivos, así que debemos incrementar el número de médicos y enfermeras intensivistas y de unidades de cuidados intensivos.

¿Necesita la investigación en Panamá más reconocimiento y estímulo?

Sí, y creo que ya dimos un paso adelante con el Sistema Nacional de Investigación, hay que reconocerlo. Este sistema ha promovido la afluencia de investigadores y que uno pueda vivir de ello. Cuando llegué, uno debía comprar los reactivos de su bolsillo y ver cómo obtenía fondos. Ahora vamos por buen camino y lo que tal vez nos falta es destinar más dinero a la ciencia. Creo que el porcentaje de PIB que dedicamos a la ciencia es muy limitado comparado con otros países y eso es necesario si queremos salir adelante y convertirnos en el Singapur de Centroamérica; la diferencia con ellos es la cantidad de dinero y fondos que dedican a la investigación y la promoción de la formación de investigadores, eso es lo que debemos realzar.

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