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Una multa, un partido político y la salida de una ministra
- 26/06/2020 00:00


Que no debería existir nadie por encima de la ley. Justicia selectiva, no es justicia; pretender burlar los decretos en tiempos de crisis, concebidos para salvaguardar la salud pública, debe ser sancionado sin importar quién cometa la falta. A mi juicio debería ser una sanción más ejemplarizante que demuestre que no existen consideraciones sobre unos sí y otros no.
La gestión de la crisis en términos epidemiológicos ha recaído sobre el personal de Salud. Hubo un momento en que por evidentes presiones económicas se flexibilizaron las medidas de salud y eso ha tenido un gran costo. Dicha relajación alcanzó al partido gobernante y resulta muy preocupante que, en ese entonces, tres ministras de Estado priorizaron sus funciones como dirigentes del partido sobre sus roles para toda una nación en medio de la pandemia.
El derecho a la protesta está consagrado en nuestra Constitución y cubre a nacionales de cualquier estrato social. Partiendo de este punto, debemos contextualizar que la protesta surge porque servidores públicos optaron por priorizar su rol partidocrático, frente a dar el ejemplo como autoridades que son. En tiempos de injusticia social y desigualdad galopante, como la que se observa en nuestra sociedad, cuestionamos la multiplicidad de roles de los asistentes y que a todas luces proyectaron como un hecho de mayor relevancia, el efectuar una reunión partidista en lugar de la salud pública. Tanto los asistentes a la reunión, como los manifestantes, incurrieron en conductas cuestionables.
Las medidas de salud no han sido acompañadas de acciones contundentes en lo económico y social. Desde el día uno, científicos sociales plantearon la necesidad de que el vale o bono estuviese a la par de la canasta básica; no podemos pensar que personas que viven del día se quedaran encerradas en sus casas mientras mueren de hambre, es una completa insensatez y un ejemplo más de la desconexión de nuestras autoridades con la población. Nuestro pueblo no se siente impune, pero prefiere afrontar la covid-19 antes que morir de hambre.
El Ejecutivo y el partido gobernante han perdido, tal vez, a la figura que gozaba de mayor credibilidad en el Gabinete. Como mujer política, me preocupa enormemente el retroceso en representatividad del género femenino en el Ejecutivo; con los cambios se reduce aún más la participación de las mujeres en cargos de toma de decisiones. De hecho, los cambios se han dado días después de que el mandatario le brindara un espaldarazo a algunos miembros hombres de su Gabinete, cuya transparencia ha sido muy cuestionada por la sociedad. Es evidente que nos mantenemos en una sociedad donde las mediciones son disímiles cuando se es hombre o mujer.

Era lo menos que podía hacer. No puede ser que cuando todo el país está en cuarentena, sin la posibilidad de trabajar, y sin un bono que garantice las condiciones mínimas para vivir dignamente, un grupo de diputados y dirigentes del partido de gobierno nos muestre, nuevamente, que ellos están por encima de la ley. Por si fuera poco, en un restaurante amigo, mientras que el resto de los comercios se ven obligados a invertir en tecnología para adaptarse a la “nueva normalidad”, o simplemente, a irse a la quiebra. Pero seamos francos, la multa es consecuencia directa de la presión ciudadana ejercida en las calles y en las redes sociales. Sin la acción de la ciudadanía, eso no hubiese quedado en nada. Ojalá sirva para motivar a que más personas podamos unirnos alrededor de distintas causas que nos permitan salir de esta pandemia de una forma distinta. Las respuestas no vendrán desde el gobierno, tenemos que organizarnos para exigir nuestros derechos.
Mi criterio es que debió multarse a cada uno de los participantes. Si yo fuera miembro del PRD estaría realmente molesto. Luego está el tema de la colecta para pagar la multa, ¿cómo es posible que ante la ilegalidad cometida por unos cuantos, en lugar de exigirles a los responsables que asuman las consecuencias de sus actos, los que mandan deciden pasar la cuenta al resto? Es un claro retrato de cómo manejan el país: para beneficio de un grupito.
Sería completamente inaceptable imponer cualquier tipo de sanción a una persona por ejercer su derecho humano a manifestarse pacíficamente, ya sea fuera de un restaurante, o en cualquier otro lugar. Desde la perspectiva legal, hay que comprender que los decretos del Minsa, o cualquier otra resolución, no están por encima de la Constitución. Es una cuestión básica de principios generales del derecho. Debo agregar que he visto a muchas personas comparar la acción de los manifestantes con la de los diputados. Estoy seguro de que la mayoría lo hace por desconocimiento de la ley, eso lo entiendo. Pero hay algunos que, aun conociendo las normas, deciden interpretarlas a su conveniencia política. Cambian su criterio según quien sea la persona. Pareciera que para ellos el estado de derecho y el orden constitucional están en segundo plano.
Hay varios puntos. Por un lado, hemos tenido a un viceministro de Salud, ahora ministro, regañando a la población a diestra y siniestra. Por otra parte, claro que existen casos específicos de personas irresponsables, pero no creo que el problema central esté en la población. No es cierto que estamos en el mismo barco. Algunos están en barcos más pequeños, otros en lancha, muchos en “panguita”, e incluso, hay quienes luchan por sobrevivir prácticamente flotando. No es casualidad que la mayor cantidad de casos provengan de los sectores más vulnerables, y tampoco es porque los de esos sectores sean más irresponsables o que quieran salir para “ganar gracia”, como he leído en redes sociales. Son los efectos de la desigualdad, del pésimo sistema de transporte, de la falta de acceso a espacios públicos de calidad, de viviendas en las que las familias no tengan que vivir hacinadas, y de todos esos problemas que siempre han estado, pero que han sido ignorados y la pandemia ha puesto frente a nuestras narices. Seguir culpando a la población es irresponsable e ingenuo; no podemos seguir mirando para otro lado.
En lo personal, me parece una decisión desacertada. No se cambia al jugador estrella del equipo en el momento más difícil del partido. Aun con sus altas y bajas, la Dra. Turner había hecho un trabajo decente desde el principio, que luego fue opacado por las irregularidades y denuncias por corrupción de otros miembros del Gabinete. Además, la forma en que se dio el anuncio, sin dar ninguna explicación al país de las razones de los cambios, nos dejan más dudas que respuestas. Además, más allá del cambio de un funcionario por otro, me hubiera gustado escuchar cambios en las políticas del gobierno para enfrentar esta situación, principalmente en el aspecto económico, donde sigue pareciendo, tomando las palabras del economista y profesor Felipe Argote, que “el plan es que no haya plan”.