Un 'reseteo' al gobierno de Nito

Actualizado
  • 29/06/2020 00:00
Creado
  • 29/06/2020 00:00
El mundo se encuentra en una encrucijada de dilemas trascendentales. Equivocarse no permite rectificar porque las ventanas de oportunidades son cortas. Eso obliga a los gobiernos a abordar el reinicio necesario con un 'reseteo' de acuerdo a su propia realidad.

El Foro Económico Mundial de Davos está convocando a su reunión anual de 2021 para discutir una salida a la pandemia de la covid-19 que conduzca a un mundo más resistente y sostenible. La iniciativa la han denominado The Great Reset. En el intermedio están desarrollándose una serie de diálogos virtuales con una amplia diversidad de voces y actores políticos y económicos.

El trasfondo es que en la actualidad el mundo se debate entre la “nueva normalidad” y la necesidad de resetear a fondo el sistema económico y social. Salir del pause y darle play.

Si antes el planeta se encontraba envuelto en lo volátil, incierto, complejo y ambiguo, ahora se le añade la fragilidad y vulnerabilidad frente a un futuro que no inspira confianza, seguridad o progreso. El mundo se encuentra en una encrucijada de dilemas trascendentales. Equivocarse no permite rectificar porque las ventanas de oportunidades son cortas. Eso obliga a los gobiernos a abordar el reinicio necesario con un reseteo de acuerdo a su propia realidad.

En ese marco, el presidente Nito Cortizo ha iniciado el reseteo de su gobierno al final de su primer año para recuperar la agenda estratégica que el nuevo coronavirus cambió. Nito llegó al poder para dar solución y transformar el país. En su primer año, el Gabinete ha tenido un protagonismo dispar y en algunos ministerios no ha podido desarrollarse buena parte de la agenda de 2020, como lo indican los niveles de ejecución presupuestaria.

Los cambios en el Gabinete y en las direcciones de algunas instituciones del Estado, significa un reperfilamiento de su equipo de gobierno. El objetivo inmediato es abandonar el confinamiento de la covid-19, transitar hacia la nueva normalidad y reactivar la economía.

En ese sentido, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) pidió la semana pasada a los gobiernos latinoamericanos que piensen en grande en términos de reactivación económica. Los proyectos de infraestructura masivos serian una opción para sacar la economía de su propia sala de emergencia producto del nuevo coronavirus y retomar la senda del crecimiento, sostuvo el organismo financiero regional.

El SARS-CoV-2 no está controlado. Sigue al acecho. La segunda ola de contagios, no es un invento, es algo real que debe tomarse con la mayor seriedad. Por eso la precaución de Nito, antes del desconfinamiento, para no malograr lo actuado hasta el momento, en función de la evolución sanitaria y epidemiológica de contagios y defunciones.

Debe tenerse en cuenta que el vértigo de la crisis sanitaria asaltó al gobierno de Nito enfrentado al desastre de las finanzas públicas, heredado del varelismo, cuya atención consumió los primeros seis meses de su gobierno. El aterrizaje del nuevo coronavirus ha comprometido prácticamente la mitad del año y se proyectará por los próximos 12 meses cuando, de acuerdo a las variables, la economía panameña comenzará a recuperarse.

Por eso resulta saludable el diálogo de Nito con los líderes políticos del país, los empresarios, gremios y actores sociales para abordar la gestión de la pandemia y el auxilio económico para enfrentar la emergencia sanitaria, dándole un enfoque orientado hacia el futuro postcoronavirus.

Mientras Nito ha demostrado la ética del comportamiento y de la responsabilidad en la gestión de la pandemia, hay quienes cuestionan sin fundamento los estándares de calidad democráticos de su gobierno, su transparencia y el respeto a los equilibrios institucionales. Es conspirador propagar informes falsos para tratar de sembrar la percepción de que el Ejecutivo actual ha legalizado la corrupción convirtiéndola en el medio de vida de su gobierno. La realidad es otra. Nito ha demostrado por acción y precepto que reconoce en la transparencia una de las virtudes más eficaces en la democracia.

Foro Económico Mundial de Davos

En la evolución de la pandemia han surgido voces que reniegan de la política, pero hacen política tratando de debilitar el gobierno de Nito. Señalan como lo peor a la clase política, mientras desarrollan su propia agenda conspiradora.

En medio de la urgencia sanitaria, la respuesta prudente y cívica de los ciudadanos permite concluir que la mayoría de los panameños atiende al llamado del gobierno para enfrentar unidos un mortal enemigo común y consensuar una remada conjunta para impulsar al país hacia mejores destinos.

Panamá está saliendo de la emergencia sanitaria con lesiones en la salud pública, en la actividad económica, social y en la vida democrática. Lo que menos necesita la ciudadanía es sobredosis de polarización, discordia, miedo, incertidumbre. Concordia, entendimiento y diálogo, es lo que demanda la mayoría, consciente de que en esa medida podrá verse la salida de la pandemia a más corto plazo.

La covid-19 no es una pesadilla transitoria, ni un colapso pasajero que con solo la llegada de un nuevo día desaparecerá. La pandemia es un antes y un después en todos los sentidos, más allá de la salud misma. Se aplica a la economía, pero también a la política, a los modos de vida y al propio orden nacional y mundial. Es una realidad que hay que asumir para enfrentar con éxito la evolución de la covid-19. El expediente aún no está cerrado.

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