La mujer ngäbe y su lejano derecho a una planificación familiar

Actualizado
  • 12/07/2021 18:23
Creado
  • 12/07/2021 18:23
Las uniones a temprana edad, los embarazos en la adolescencia y la multiparidad pueden ser una muestra de la falta de autonomía corporal de la mujer

Entre los beneficios de la planificación familiar está la mitigación de la pobreza, promover la equidad de género, la reducción de la mortalidad infantil y de la mortalidad materna. No obstante, este es un derecho lejano para las mujeres de las comarcas indígenas en el país.

Las uniones a temprana edad, los embarazos en la adolescencia y la multiparidad en la comarca Ngäbe Buglé pueden ser una muestra de la falta de autonomía corporal de la mujer y de una evidente necesidad insatisfecha de planificación familiar (NIPF).

“La NIPF se puede definir como el deseo de la mujer de posponer el próximo embarazo o el deseo de no tener más hijos, el cual se dificulta debido al limitado acceso a métodos anticonceptivos”, informó el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en un reportaje titulado: Planificación familiar, un derecho lejano para la mujer ngäbe.

Data del país

Según la última Encuesta Nacional de Salud Sexual y Salud Reproductiva, ENASSER 2014 – 2015, la necesidad insatisfecha de planificación familiar promedio, en el país, fue de 24.2%. Sin embargo, en la comarca Ngäbe fue de 57.3%, lo que significa que la mujer Ngäbe no lo logra espaciar más tiempo entre uno y otro hijo, y tienen dos o tres hijos más que el promedio nacional.

ENASSER 2014 – 2015 también evidenció que las mujeres casadas o unidas conocen los métodos de planificación familiar. Entonces, ¿ qué las alejas de una planificación familiar exitosa?

Ana Salinas, una mujer ngäbe, residente de Peña Blanca, comentó que su marido, Anel Salinas solo quiere tener tres hijos porque reconoce que la situación económica es difícil. Sin embargo, no acepta el uso de métodos anticonceptivos modernos, ya que él prefiere usar el método natural conocido como coitus interruptus.

Ana, quien tiene nueves meses de embarazo de su segundo hijo, recordó que para asistir al Centro de Salud de Llano Ñopo representa gastar $18 dólares ($36 si alguien la acompaña) para el transporte o caminar seis horas por las desafiantes montañas.

Otro caso, fue el de Sebastiana García de 22 años, que proviene de la comunidad de Sitio Prado y que se encontraba recluida en la casa materna contigua al Centro de Salud de Llano Ñopo, en compañía de su madre, ya que espera el nacimiento de su segundo hijo, después que a los 18 tuviera el primero.

Ella y su pareja, Bernabé Santiago (29 años), no utilizan método de planificación familiar. Al enterarse del embarazo, Bernabé se molestó porque ahora tendrá cuatro hijos que mantener. Sin embargo, Sebastiana no se atreve a hablar de planificación familiar con él, manifestó UNFPA.

Sebastiana indicó que su época de estudiante terminó en noveno grado cuando su familia no tuvo dinero para que pudiera continuar sus estudios.

En 2020, la comarca Ngäbe Buglé fue nuevamente la que más muertes maternas tuvo en el país. La planificación familiar y los controles prenatales son fundamentales para evitar que más ngäbes mueran.

Líderes de la comunidad

UNFPA señaló que, pese a que la pobreza multidimensional arropa al 92% de la población de la comarca Ngäbe y sigan siendo pocas las mujeres en sostener entre sus manos un diploma secundario o universitario, y, aunque todavía es una verdadera suerte encontrar a una mujer de la comarca que quiera conversar con un extraño, hay una llama emancipadora entre varias de ellas.

Por ejemplo, Julia Flores funge como asesora de las mujeres en edad reproductiva en Guayabal y Alto Caballero. Ella visita a las mujeres embarazadas y les recuerda su control prenatal, y hace de nexo entre el personal del centro de salud y las embarazadas.

Camina largas jornadas para cumplir con su labor, pues no dispone de dinero para el transporte, por lo que necesita un caballo.

Julia aprendió sobre salud sexual y reproductiva, y los beneficios de la planificación familiar cuando participó hace algunos años del proyecto de Reducción de Muertes Maternas del UNFPA como multiplicadora comunitaria.

“A pesar de que el proyecto terminó, su compromiso para con sus coterráneas no finaliza”, destacó UNFPA, quien reitera la necesidad de garantizar derechos y opciones para todas las mujeres, en salud sexual y reproductiva, a pesar de la pandemia, sobre todo, para esas mujeres rezagadas en vivir con plena facultad de sus derechos humanos.

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