'El acceso al agua es un indicador directo de si un país es equitativo o no', dice Ducruet

Actualizado
  • 05/02/2022 00:00
Creado
  • 05/02/2022 00:00
En América Latina 166 millones de personas no tiene acceso adecuado a agua potable. El suministro del líquido es un servicio vinculado a la disparidad social y el aumento demográfico. Juan Antonio Ducruet, director ejecutivo del Idaan, hace una radiografía de la situación en Panamá
Según datos recopilados en el Censo de 2010, el 92.9% de la población panameña tenía acceso a agua potable vía los suministros protegidos y mejorados.

Expertos afirman que las guerras entre naciones serán por el acceso al agua potable. Esta predicción no se ha cumplido. Se desconoce qué tan cerca o qué tan lejos estemos de ese panorama. Lo que sí es una realidad palpable es que en América Latina el acceso al agua potable es un servicio vinculado a la desigualdad social, el aumento demográfico y la falta de inversión estatal en algunos casos.

Miles de millones de personas en el mundo se sumarán en el 2030 a las 2,200 millones (Banco Mundial, 2019) que hoy no tienen acceso a servicios de agua potable de forma segura si los esfuerzos no se cuadruplican, advierte un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

El problema no es nuevo. A inicios del año 2000, en Bolivia se registró una serie de protestas denominada popularmente como “La guerra del agua”. El conflicto social tuvo como detonante la privatización del servicio de agua potable municipal. Seis personas fallecieron y 175 resultaron heridas.

América Latina y el Caribe cuenta con aproximadamente un tercio de los recursos hídricos del planeta, sin embargo, el acceso al agua potable en los países de la región es desigual.

En Lima, 1.5 millones de ciudadanos no cuentan con acceso a agua potable ni alcantarillado.
Perspectiva nacional

Según datos recopilados en el Censo de 2010, el 92.9% de la población panameña tenía acceso a agua potable vía los suministros protegidos y mejorados. Lo que supone que cerca de 3.1 millones de personas en el país contaban con este recurso de manera fiable y saludable. Hasta aquí el panorama es esperanzador, sin olvidar o dejar de lado a los miles de panameños que no contaban con el suministro.

Alejémonos de la macro cifra para ver la situación de manera sectorial, desde los cinco Panamá.

“El Panamá moderno recibe agua potable 24 horas al día y tiene un servicio de primer mundo. El Panamá de la clase media no tiene tanta resiliencia en su infraestructura. Cuando se va la luz en Chilibre -lugar donde está la planta potabilizadora- se quedan sin agua automáticamente. Estamos hablando de quienes residen en Bethania, San Antonio, El Bosque… en esta zona se afecta la continuidad. Por nuestra falta de capacidad de producción los residentes de esta área no tienen agua 24 horas”, declara Juan Antonio Ducruet, director ejecutivo del Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (Idaan).

Panamá no es el único país de la región con aspectos a mejorar en materia de agua.

En el Panamá de los barrios la situación se torna crítica. “Es la periferia del sistema. Las Garzas, Pacora, puntos altos de San Miguelito, el área de San Isidro, carretera de Colón, Lomas de David, periferia de Santiago..., el Panamá de los barrios tiene un problema de continuidad, no tiene infraestructura. Son los que más sufren”, manifiesta Ducruet, quien argumenta que las potabilizadoras con las que cuenta el Idaan son las mismas de hace 15 años.

En el Panamá rural e indígena “está el límite” del Idaan. Ducruet explica que estos forman parte de los acueductos rurales de los cuales “un 40% funciona perfectamente y el resto necesita ayuda”.

Aumento demográfico

En cuanto al acceso al agua, el aumento demográfico es una bomba de tiempo. Tanto la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como la OMS señalan que generará cada vez más conflictos y desigualdades, si el tema no se aborda pronto y adecuadamente.

El 28 de julio de 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció explícitamente el derecho humano al agua y al saneamiento.

En Panamá, en la región Oeste, indica Ducruet, hace 12 años el Idaan tenía 60 mil clientes, “hoy tengo 120 mil, el doble de personas, con las mismas potabilizadoras, produciendo la misma cantidad de agua que hace 12 años”.

Según estimaciones del Instituto Nacional de Estadística y Censo (Inec) de la Contraloría General de la República, Panamá Oeste es la segunda provincia con mayor población y cuenta con una de las tasas de crecimiento más altas con 2.16% por año.

Con aplausos se recibe el esfuerzo estatal (tercera línea del Metro, ampliación de la carretera de ocho carriles hacia Arraiján y el cuarto puente sobre el Canal de Panamá) que revaloriza a Panamá Oeste y ofrece ventajas, beneficios y hasta mejora la calidad de vida de sus residentes, pero, frente al aumento demográfico, también es necesario “darle prioridad a la inversión de agua potable, construir potabilizadoras e infraestructura”, sostiene Ducruet.

“Entre Colón, Panamá Norte, Panamá Este y Panamá Oeste hay 75 mil familias que reciben agua en carro cisterna porque están en asentamientos informales, porque el acueducto era rural y ya no da o por otras situaciones. Estas familias no son clientes del Idaan pero se les da agua”, dice Ducruet.

El 26% de la población de América Latina y el Caribe no tiene acceso adecuado a agua potable.

El 28 de julio de 2010, a través de la Resolución 64/292 la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció explícitamente el derecho humano al agua y al saneamiento, reafirmando que un agua potable limpia y el saneamiento son esenciales para la realización de todos los derechos humanos.

América Latina

El 26% de la población de América Latina y el Caribe (166 millones de personas) no tiene acceso adecuado a agua potable y, por lo tanto, no disponen de agua de calidad para el consumo humano en todo momento (Comisión Económica para América Latina y el Caribe , Cepal- 2021).

El crecimiento de los barrios a las afueras de las grandes urbes latinoamericanas, donde residen  personas de condición económica baja, acrecienta el problema del acceso al agua.

'El acceso al agua es un indicador directo de si un país es equitativo o no', dice Ducruet

En zonas rurales, al igual que en Panamá, en demás países latinos, el problema también es importante debido a la falta de infraestructuras que lleven agua segura.

“Actualmente, más del 80% de la población argentina tiene acceso a agua potable y un 56% a saneamiento. Las estadísticas son más preocupantes si segregamos por nivel socioeconómico: en los barrios populares, el acceso formal a servicios de agua y cloacas alcanza sólo al 11,6% y al 2,5% de los habitantes, respectivamente. La meta para 2023 es alcanzar un 88% de acceso a agua potable y un 66% de acceso a saneamiento en toda la Argentina”, recoge argentina.gob.ar, portal oficial del Estado argentino.

El informe anual de 2021 (datos 2019) de la Asociación de entes reguladores de agua y saneamiento de las Américas (Aderesa) anota que la población de Argentina durante el 2019 fue de 44,938,712 habitantes, de los cuales el 92% pertenece al ámbito urbano y el 8%, al rural. El número de habitantes que recibió el servicio de agua potable fue de 13,328,074, mientras que 10,827,611 recibieron el servicio de alcantarillado, de acuerdo a la información reportada por Agua y Saneamientos Argentinos S.A., Agua y Saneamiento Mendoza S.A. y Compañía Salteña de Agua y Saneamiento S.A

En cuanto a Bolivia, el documento reseña que 4,810,163 es el número de personas con acceso al agua potable a través de operadores urbanos que reportaron información, de la población total del país suramericano (11,513,100).

“Aquí en Cochabamba casi toda la ciudad tiene red de agua potable, menos algunos barrios en cerros donde el agua les llega por carros cisternas y algunas casas tiene sus pozos”, comenta Aldo Cebellos, residente del lugar por más de 20 años.

En Perú, millones de peruanos/as aún no tienen agua potable, siendo Lima la ciudad más vulnerable. “En el caso de Lima, 1.5 millones de ciudadanos no cuentan con acceso a agua potable ni alcantarillado. Existe un notorio contraste entre la zona urbana y periurbana, donde los pueblos jóvenes y pequeños asentamientos humanos no gozan del servicio de agua, ni desagüe, como el resto de zonas de Lima que sí”, afirma Oxfam, confederación internacional formada por 19 organizaciones no gubernamentales, que realizan labores humanitarias en 90 países.

“Vivo en Villa María del Triunfo, -a menos de 30 minutos del centro de Lima - y para poder tener agua tengo que bajar donde mis vecinos que cuentan con el servicio, acá nosotros, más de 120 familias, no tenemos agua”, dice Bertha Tiquihuanca, residente del lugar. Villa María del Triunfo es un asentamiento ubicado al sur de Lima.

La Aderesa recoge en su informe que la población de Perú durante el 2019 fue de 32,510,453 habitantes, de los cuales el 78% pertenece al ámbito urbano y el 22%, al rural. El número de habitantes que recibió el servicio de agua potable fue de 18,396,478, de acuerdo a la información reportada de 50 operadores proporcionada por la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass).

No importa el tamaño de la nación, si es un gigante territorial o un pequeño país, cada nación vive su crisis híbrida.

El documento “Reflexiones sobre la gestión del agua en América Latina y el Caribe” de la Cepal, reseña que la importancia del tema en la región está plasmada en experiencias, postulaciones, y procesos de reforma de las legislaciones y administraciones de agua, “que se han presentado en la mayoría de los países de la región, así como en los programas y propuestas existentes para reformar los servicios asociados, en especial los de agua potable y saneamiento”.

Entre los casos de reformas consolidadas el documento cita: “Brasil, en lo que hace a la creación de una legislación y un sistema nacional de administración de los recursos hídricos; Chile, con las reformas del régimen de aguas y de prestación de los servicios de agua potable y saneamiento; Argentina, con la privatización del sector hidroeléctrico y de agua potable en varias provincias; Colombia y Bolivia, con la privatización de una serie de servicios; México, con reformas recientes de la legislación de aguas y con privatizaciones de algunos servicios o sus segmentos; y algunos otros casos. Los países con procesos de discusión de nueva legislación de aguas, o cambios a la legislación vigente, incluyen entre otros, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Paraguay, Perú y Venezuela”, se lee en el documento.

En cuanto a Panamá, Ducruet plantea entre soluciones construir potabilizadoras, infraestructuras y darle prioridad en el tema de inversión.

“El acceso al agua es un indicador directo de si un país es equitativo o no”, manifiesta . “Si tú quieres definir un país en la equidad mira cómo está su sistema de agua, no mires la macro cifra, ve a cómo se distribuye el agua, sigue al acueducto y te vas a dar cuenta donde está la pobreza y la necesidad”, puntualiza.

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