Los partidos políticos y la huelga de los educadores

Actualizado
  • 30/07/2022 00:00
Creado
  • 30/07/2022 00:00
(Extracto final del discurso pronunciado por el Dr. Carlos Iván Zúñiga Guardia en 'Radio Hogar' en cadena con 'Radio 10', el 7 de enero de 1980
Los partidos políticos y la huelga de los educadores

De tal manera que el día de hoy de gran crisis, de gran conflicto, es necesario que partidos de gobierno y partidos de oposición, todos, se modernicen. Que se sepulte a los cadáveres insepultos que hay en este país como partidos políticos, que surjan nuevos partidos políticos y los que son realidad política en el país se modernicen, se conviertan en agentes de cambio con programas revitalizadores de la nación panameña. Que los partidos estén permanentemente buscando la participación popular en todos los problemas del país. Si nosotros no logramos eso, seguirán, los que están en el poder, utilizando la violencia, y los que están en la oposición, siendo víctimas de la violencia. Para acabar con la violencia, hay un diálogo democrático, y para entender el diálogo democrático, es necesario comprender, descansar en la participación popular.

Con relación a la huelga de los educadores de octubre de 1979. La huelga fue un acontecimiento nacional. No hay duda alguna que dentro de la desorientación interesada que dieron los enemigos de la democracia en Panamá, se quiso hacer ver que era una huelga política, con el objeto de tumbar al gobierno. Generalmente cuando no funcionan de modo adecuado los instrumentos partidarios, algunos... ven en cada protesta una posibilidad golpista, pero los que tienen conocimientos de las ciencias políticas saben perfectamente bien que nunca los gobiernos son derrocados por movimientos de sectores, y que los movimientos de sectores con objetivos socioeconómicos son movimientos que una vez se satisfacen sus objetivos socioeconómicos, se desinfla todo el movimiento.

En este país son muy dados a la engañifa, sobre todo en la prensa, en la radio y en la televisión, en donde se manipulan las informaciones y los comentarios, y son muy dados a crear imágenes falsas con el objeto de desorientar al pueblo. Y se decía, por ejemplo, aquella vez que hubo un problema ante la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (Apede) que la Apede iba a tumbar al gobierno. La Apede no es un organismo para tumbar gobiernos. Los organismos para tumbar gobiernos, en todo caso (cambiar), son los partidos políticos modernos, con sus instrumentos de pelea, pero nunca pueden ser los sectores. De tal manera, cuando se habla de que la huelga de los educadores era una huelga política para tumbar al gobierno, se estaba diciendo una solemne mentira, porque era una huelga socioeconómica. Últimamente, por ejemplo, escuché un comentarista de televisión que expresaba que la huelga era política y que los políticos perdieron su última oportunidad. Dijo textualmente, la oposición perdió su última oportunidad para tumbar al gobierno. Dos planteamientos falsos, primero porque la huelga no era política, era una huelga nacional, desde el punto de vista del respaldo cívico. Todos los sectores, médicos, profesionales de distinta actividad... y todos los partidos políticos respaldaron este acto de los educadores, pero en función de los objetivos de los educadores, de las tareas que se impusieron los educadores, en función de las consignas de los educadores. En esa huelga no se incorporaron consignas partidaristas de tumbar al gobierno. Era una lucha colectiva y con respaldo colectivo hacia las consignas, a los objetivos de los educadores. Hay que ver la diferencia.

No se trataba de una huelga política, era una huelga de los educadores con respaldo nacional. Y cuando se decía que era la última oportunidad de la oposición, se perdió de vista que la oposición siempre tiene última oportunidad. No hay última oportunidad para la oposición. Vean ustedes ahí la (Indira) Gandhi hoy, celebrando su triunfo. Hará cosa de pocos años fue derrotada violentamente por el pueblo. En política no hay últimas oportunidades. Para la oposición siempre habrá una última oportunidad para tumbar a un gobierno por las urnas y lograr desplazarlo. De modo que las últimas oportunidades no existen para la oposición. Existen únicamente para desorientar. Esa es una afirmación, para desorientar. Para que el pueblo se sienta desorientado: como que aquí no hay más objetivos. ¿Cómo que de pronto se habla de la última oportunidad para un pueblo que en su 80% es opositor?

Sí, hay una oportunidad, y es la oportunidad de la organización. Yo planteo la necesidad que aunque se diga: ¡Ya es la hora de no hablar más, ya está bueno de tanto hablar, ya está bueno de que continuamente se está con la palabra, ahora es cuestión de acción! Bien, yo estoy de acuerdo con que algunos sectores opinen así. Considero que aquel que tiene modos de hablar, que hable, que aquel que tiene capital, que mueva capital, y aquel que tiene masas que mueva las masas. El que tiene retórica, que mueva la retórica. Cada cual que ocupe su papel dentro de la sociedad. Lo esencial es que todos estén dirigidos hacia la democratización del país. Hacia la necesidad de formar grandes movimientos populares con el objeto de que, con base de tal participación popular y la organización popular, se pueda lograr un clima de democracia en Panamá. Lo que significa, un clima de respeto al derecho ajeno. Un clima de tolerancia. Y en Panamá ahora mismo no hay un clima de tolerancia. Como que se desea volver a etapas que se habían anunciado como sepultadas y estamos exactamente viviendo un clima de intolerancia como en el 70, como en el 71, 72, como en el 73, y como se ha estado viviendo en todo este gobierno de dictadura que hemos tenido desde 1968.

Estamos viviendo sin las garantías. Las garantías auténticas son aquellas que descansan en el cumplimiento exacto de los principios constitucionales. Las garantías que descansan en el temperamento de la autoridad y que es la autoridad la que va a determinar si hay o no hay derecho de reunión... de libre expresión, esa no es garantía, esa es una mentira. Esto es un disfraz democrático y yo creo que ya es hora de que en Panamá nadie viva con disfraces ni con caretas democráticas; que viva realmente en un país democrático.

Creo que la huelga de los educadores y el respaldo popular es el indicador del tremendo sentimiento de disgusto que hay en el país y que cada vez que se puede manifestar orgánicamente, seriamente, se manifiesta. Y se seguirá manifestando sin lugar a dudas...

Yo lo que planteo de modo final, es que cualquier orientación política a este pueblo tiene que estar apegada a los principios... apegado incluso a lo que es la tradición o lo que es el carácter de nuestro pueblo. El pueblo panameño es un pueblo pacífico.

Yo le hago un llamado al pueblo panameño, para que exija su participación en la convivencia democrática. No queremos dictaduras en Panamá. No queremos que la sombra del sha se extienda sobre el territorio panameño. Queremos la claridad democrática. La claridad democrática es la que obliga a que el estudiante cuando va a la calle se le respete en su derecho a protestar. Todos hemos visto en la televisión, los primeros actos de protesta estudiantil. Eran pacíficos. Ellos fueron víctimas de provocaciones. Fueron los atacados. Ellos contestaron en legítima defensa, que es la más grandiosa de todas las defensas. La legítima. Lo estamos viendo con claridad.

Están todas las cartas sobre la mesa. ¿Hay democracia en Panamá? ¿Hay una dictadura en Panamá? ¿Qué es lo que existe de máscara? Hay una cosa que no tiene máscara y es que ¡este es un pueblo comprometido con la democracia, con la libertad y con la paz! Y los pueblos así comprometidos tienen que participar para luchar por el imperio de esas tres banderas fundamentales. En la hora actual, a los partidos políticos, a las organizaciones nuevas, no les queda otra alternativa que democratizarse, que sacudirse y lograr en su vida interna la participación popular, si es que no quieren también perecer por inactividad o por cobardía.

Los partidos políticos y la huelga de los educadores
FICHA
Un vencedor en el campo de los ideales de libertad:
Nombre completo: Carlos Iván Zúñiga Guardia
Nacimiento: 1 de enero de 1926 Penonomé, Coclé
Fallecimiento: 14 de noviembre de 2008, ciudad de Panamá
Ocupación: Abogado, periodista, docente y político
Creencias religiosas: Católico
Viuda: Sydia Candanedo de Zúñiga
Resumen de su carrera: En 1947 inició su vida política como un líder estudiantil que rechazó el acuerdo de bases Filós-Hines. Ocupó los cargos de ministro, diputado, presidente del Partido Acción Popular en 1981 y dirigente de la Cruzada Civilista Nacional. Fue reconocido por sus múltiples defensas penales y por su excelente oratoria. De 1991 a 1994 fue rector de la Universidad de Panamá. Ha recibido la Orden Manuel Amador Guerrero, la Justo Arosemena y la Orden del Sol de Perú.
Publicado en Discursos inéditos, Impresos Modernos 2015
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