Impacto emocional y de las funciones ejecutivas de las clases virtuales en alumnos con TDAH

Actualizado
  • 11/08/2022 00:00
Creado
  • 11/08/2022 00:00
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad, también conocido por sus siglas TDAH, es descrito por Rowland, Lesesne y Abramowiz (2002) como el trastorno del neurodesarrollo presentado con más frecuencia en la infancia.

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad, también conocido por sus siglas TDAH, es descrito por Rowland, Lesesne y Abramowiz (2002) como el trastorno del neurodesarrollo presentado con más frecuencia en la infancia. Este conlleva importantes consecuencias, entre las que se pueden mencionar dificultades con la educación y actividades académicas.

El TDAH es un trastorno del desarrollo heterogéneo de etiología desconocida, que se caracteriza por dificultades con la atención en sus distintos niveles (focal, dividida, sostenida), también distracción, control de los impulsos e hiperactividad.

Igualmente, las alteraciones de las funciones ejecutivas (FE) son un componente crítico en la descripción, manifestación e intervención dentro del TDAH, su desempeño escolar y las afectaciones emocionales.

Las funciones ejecutivas (FE) se pueden definir como una serie de capacidades que regulan, controlan y planifican el comportamiento y las funciones cognitivas, es decir; son esos procesos que llevan al individuo a desarrollar sus capacidades de autonomía de forma proactiva y productiva. Las FE incluyen las capacidades cognitivas superiores para la planificación, memoria de trabajo, inhibición-control, flexibilidad cognitiva y cambio de escenario (Pineda-Alhucema, et al 2018) y son cruciales en la vida cotidiana.

La identificación y gestión de las emociones también representan uno de los pilares del desarrollo del individuo con TDAH que se ven afectados; es así como las características que componen la educación a distancia, consistentes en estas dos esferas.

El sistema de atención a clases no presenciales se ha caracterizado por la amplia asignación de trabajos y módulos de aprendizaje a desarrollarse en casa, principalmente bajo la guía de un adulto, quienes son, casi siempre, los cuidadores principales o algún familiar o niñera. El alumno con TDAH tiene dificultades en escalas leves-severas para focalizar y sostener su atención, planear, estar sentados por un periodo determinado, mantener un pensamiento flexible, entre otros. Existe un desgaste diferente para esta población, un desgaste mayor, un desgaste que no es inclusivo para el aula.

Cuando se habla de 'educación a distancia'... ¿se están considerando realmente las necesidades educativas especiales de los estudiantes neurodivergentes de hoy?, ¿se estará limitando o incluso obstaculizando su desempeño con el uso de estrategias de enseñanza a distancia poco ajustadas a sus necesidades? O quizá, ¿se pasa por alto que en casa el nivel de apoyo puede no ser el mismo que en el aula?, ¿será papá o mamá quien termine todas las asignaciones para el estudiante con TDAH?

Es extensa la lista de preguntas que surgen, solo con imaginar la problemática que enfrentan nuestros niños durante dos años de educación a distancia.

¿Seguiremos ignorando que este tiempo no ha repercutido en el desempeño, rendimiento, manifestaciones conductuales y emocionales de los estudiantes que pertenecen a la neurodivergencia?

El entrenamiento ejecutivo, la participación, el modelamiento, el aprendizaje social, el entorno conflictivo pero ecológico dentro del aula enriquecen el cerebro que presenta TDAH, también provocan choques cognitivos, que requerirán intervenciones, sí, pero se dará el aprendizaje, se modifican comportamientos, se contribuirá al pronóstico académico y de vida de ese cerebro en formación.

“El conocimiento que no proviene de la experiencia, no es realmente un saber”: Lev Vygotsky

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